Las autoridades interinas de Malí se instalan finalmente en Tombuctú y Taudénit

  • Las autoridades interinas de Malí se han instalado finalmente en las localidades de Tombuctú y Taoudénit durante la jornada de este jueves, más de un mes después de lo previsto.
EUROPA PRESS
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El acuerdo firmado por el Gobierno y los rebeldes tuareg del norte de Malí incluye la presencia de las autoridades malienses en las principales ciudades de la zona septentrional de la nación africana para evitar un vacío de poder.

Tras la exitosa llegada del Gobierno interino a las ciudades de Gao, Kidal y Menaka, a principios de marzo, estaba previsto que se instalara en Tombuctú y Taoudénit, pero el Congreso para la Justicia del Azawad (CJA) impidió que la delegación oficial llegara a su destino.

El CJA, que reclama una mayor representación en las nueves estructuras creadas por el acuerdo de paz, rechaza la presencia de políticos de Bamako que, en su opinión, desconocen la realidad social de la zona.

Sin embargo, el CJA alcanzó recientemente un acuerdo con el Gobierno central que ha permitido la instalación de estas autoridades interinas, según ha informado el portal local de noticias Malijet.

La ceremonia de toma de poder se ha celebrado durante la jornada en Tombuctú con la presencia de los gobernadores de Tombuctú y Toaudénit, Koina Ah Ahmadou y Abdoulaye Alkady, respectivamente. De esta forma, las cinco regiones del norte cuentan con sus autoridades interinas.

La instalación de estos consejos regionales implica a los movimientos armados firmantes del acuerdo de paz de 2015 y estarán en vigor durante un periodo de entre 18 y 24 meses, cuando serán reemplazados por órganos descentralizados.

El acto se ha celebrado apenas un día después de que el Gobierno maliense declarara el estado de emergencia durante un periodo de diez días debido a la "precaria" situación de seguridad en el país.

La decisión fue adoptada un día después de la muerte de cuatro militares en un ataque ejecutado por una coalición yihadista contra una base militar en la localidad de Gurma Rahrus, ubicada en la provincia de Tombuctú.

La autoría del ataque fue reivindicada por la nueva alianza Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, creada en marzo bajo la égida de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) e integrada por Ansar Dine, el Frente de Liberación de Macina y Al Murabitún, este último encabezado por el destacado yihadista argelino Mojtar Belmojtar.

Horas después resultaron heridas tres personas, dos 'cascos azules' y un civil, tras estallar un artefacto explosivo al paso de un vehículo de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) al sur de la localidad de Tesalit, situada en la región de Kidal (norte).

SITUACIÓN EN EL NORTE DEL PAÍS

El norte de Malí es una región convulsa con presencia de tropas francesas desde la revuelta tuareg de 2013, que rápidamente fue secuestrada por grupos yihadistas, lo que provocó la intervención militar de París en su antigua colonia.

El proceso de paz sufrió un duro golpe a mediados de enero, tras la muerte de al menos 77 personas en un atentado contra una base militar que albergaba a soldados gubernamentales y a miembros de grupos armados rebeldes --Plataforma y CMA-- que acordaron llevar a cabo patrullas conjuntas en el marco del acuerdo de paz.

Estas patrullas, a las que está previsto que se unan también militares malienses, están pensadas como germen de una reconfiguración del Ejército en el que estén integrados dichos antiguos miembros de grupos rebeldes, en el marco del Mecanismo Operacional de Coordinación (MOC).

La autoría del atentado fue reclamado por Al Murabitún. El grupo, dirigido por el yihadista argelino Mojtar Belmojtar, ha llevado a cabo en los últimos años varios atentados de gran magnitud contra objetivos civiles y militares en el norte de Malí y en otros países africanos.

Tras el atentado, el presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, hizo un llamamiento a aplicar en su totalidad el acuerdo de paz, pidiendo que el ataque no impacte negativamente en este proceso.

"El acuerdo de paz no tiene ninguna alternativa creíble y positiva para la población", dijo, al tiempo que solicitó "que se muestre aún más voluntad, valor y convicción para aplicarlo".

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