(avance) defensa admite que los programas de modernización de armamento son insostenibles


El secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, alertó hoy de que el modelo de adquisiciones que ha abastecido durante 15 años los llamados Programas Especiales de Armamento (PEAS) es "insostenible" por causas estructurales, no vinculadas a la actual crisis, pero culpó a los gobiernos del PP del 84% de las obligaciones financieras que el Estado tiene contraídas en esta materia.
Méndez hizo esta advertencia en su comparecencia a petición propia ante la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, con la que se satisfizo las solicitudes en este sentido de los grupos parlamentarios del PP y CiU, interesados por las dificultades del Ministerio para pagar una deuda estimada en más de 25.000 millones provocada por las adquisiciones para los PEAS.
Según el secretario de Defensa, es "imprescindible" revisar este modelo de adquisiciones, cuyas "causas estructurales" que han permanecido "larvadas", y que tienen una naturaleza industrial que explica el sobrecoste de las compras y que va más allá, asegura, de la actual crisis. Ésta, a lo sumo, "ha adelantado" el problema, pero éste habría aflorado pronto "en cualquier coyuntura". "El próximo Gobierno tendrá que enfrentarse a esta situación desde el primer día", avisó.
Méndez dijo que los PEAS, puestos en marcha en 1997 para estar a la altura de los aliados de España en las misiones militares en el extranjero, han creado valor añadido y muchos puestos de trabajo y han supuesto "un auténtico motor de cambios en las Fuerzas Armadas y la industria". Pero, añadió, su balance presenta "luces y sombras" porque, a la vez, se exacerbaron las adquisiciones sin atender demasiado a su impacto económico.
En concreto, acusó a los gobiernos del PP de diferir a sus sucesores el pago de tales adquisiciones, en lo que calificó de "un auténtico, ejercicio de prestidigitación" y "frenesí de nuevos ricos". Pero ahora las adquisiciones ya no pueden afrontarse con cargo a los presupuestos ordinarios, pues colapsarían la partida de Defensa durante "más de dos décadas", obligando a cuantías de 4.000 millones anuales que duplican la de los años de más gasto.
Entrando en detalles, Méndez criticó que el modelo actual no incentiva comportamientos eficientes en los agentes implicados públicos y privados, por alejar en el tiempo el impacto presupuestario y haber contado los tres grandes proveedores históricos de tecnología con 14.000 millones de anticipos del Ministerio de Industria a interés cero. También puso el acento en la dispersión y la falta de especialización en la organización de las adquisiciones de que, a su juicio, y a diferencia de otros países, adolecen los PEAS.
Como medida a corto plazo, apostó por desplazar cinco años el calendario de pago de los créditos contraídos por Defensa y por concentrar los gastos en las prioridades con el objeto de ganar tiempo y adoptar las imprescindibles medidas estructurales. Entre estas últimas, sugirió promulgar una ley de dotación o programación militar como la de Francia, que desvincularía los gastos de Defensa de la negociación anual de los presupuestos.

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