Tras ocho años de vaivenes

Bárcenas, el hombre de las mil caras que ahora sí perfila su vendetta contra el PP

El extesorero vuelve a inquietar al partido para el que trabajó tres décadas amenazando con sacar lo que conserva de la caja 'B' que se juzga desde mañana. 

Luis Bárcenas, a su llegada a una de sus comparecencias en la Audiencia Nacional
Luis Bárcenas, a su llegada a una de sus comparecencias en la Audiencia Nacional
Europa Press - Archivo

15 de julio de 2013. Luis Bárcenas comparece ante el juez Pablo Ruz para desgranar los detalles de la financiación opaca de la caja 'B' del Partido Popular. El extesorero de la formación de la que había sido despedido medio año antes tira de la manta ante el entonces juez de la Audiencia Nacional. Destapa el supuesto sistema ilegal y da nombres y apellidos de una ristra de altos cargos -incluido Mariano Rajoy-, que habría percibido mensualmente sobresueldos en negro. Su testimonio da pie a una investigación que incluso implicó un registro en Génova. La Guardia Civil seguía el rastro de los papeles de Bárcenas. Pero no son los únicos. Ahora, siete años después, el caso Villarejo ha destapado que ese mismo año arrancó una operación policial, paralela al caso Gürtel, que tenía como fin secuestrar la copia de todos estos documentos que ponían en jaque al partido. 

El avance de esta trama -a la que José Manuel Villarejo puso el nombre de 'Kitchen'- y la entrada en prisión de Rosalía Iglesias ha propiciado el enésimo giro en la estrategia de Bárcenas. Pasó de no hablar a denunciar los hechos e incluso al partido tras su despido. Una acusación que terminó retirando ante la existencia entonces de un supuesto pacto que confirma en un escrito dirigido a Anticorrupción. En su carta manda un mensaje claro: la tregua con el PP se ha roto. Mucho tiene que ver en este asunto el cambio de abogado. Hasta cuatro letrados han ejercido su defensa en todos estos años aunque ha sido el último, Gustavo Galán, el que ha dado el paso definitivo y ha ofrecido máxima colaboración con la Justicia a las puertas de la vista oral por la reforma de la sede del PP. Más allá de este juicio, en el que el partido se vuelve a sentar en el banquillo como responsable civil subsidiario, Bárcenas apunta también a otras causas que ponen en jaque a la formación.

De hecho, después de su ofrecimiento, la Fiscalía Anticorrupción pedía al magistrado al frente del caso de los papeles de Bárcenas que le interrogue por este asunto, según consta en un escrito al que ha tenido acceso este diario. Santiago Pedraz ha dado luz verde a la solicitud con el objetivo de que, ahora sí, amplíe la información que dice atesorar y entre la que se encontraría una grabación del fallecido Álvaro Lapuerta hablando del reparto de estos sobres con dinero negro. De hecho, y de acuerdo con las fuentes consultadas, no se espera que antes de esta intervención desvele muchos detalles sobre este asunto, pese a que todas las miradas están puestas en la vista oral que arranca mañana y por la que afronta una petición de la Fiscalía de cinco años de prisión. 

La verdadera ruptura

Aunque Bárcenas ha esperado hasta este momento para escenificar la verdadera ruptura con la antigua cúpula del PP, el enfrentamiento viene de lejos. A la trama Kitchen y la condena en firme de su mujer por parte del Tribunal Supremo, se suma el juicio por la destrucción de sus ordenadores. La vista oral, que se celebró a mediados de 2019, contó con su testimonio y el de María Dolores de Cospedal. Pese a que en este caso Bárcenas declaraba como testigo (ya que tres años antes había retirado la acusación contra el PP), la vista dejó patente que se avecinaba tormenta. Durante su intervención ya aludió al espionaje de Kitchen e incluso las partes sacaron a relucir un nombre que se ha convertido en clave en todo este asunto: el de su exchófer. Sergio Ríos fue la persona que el político designó tras su salida del partido para que fuera a recoger sus enseres a Génova.  

Para entonces ya había sido captado por la 'policía patriótica' como topo de esta operación. "¿Sabía usted eso?", le preguntaron a María Dolores de Cospedal, que también acudió como testigo. "No tengo ni idea. No lo sé", respondió. Pero Bárcenas no pasa este asunto por alto y en su último escrito no solo alude a esta red que consiguió entrar en el estudio de restauración de Rosalía y llevarse documentos clave, sino que señala al inspector de la Policía Nacional Andrés Gómez Gordo. Aunque son muchos los mandos policiales imputados en esta pieza séptima del caso Tándem, Bárcenas se centra en esta figura, que también ejerció como jefe de seguridad de Cospedal durante su etapa como presidenta de Castilla-La Mancha. Él mismo confesó al juez que pagó a Ríos Esgueva por este trabajo con fondos reservados del Estado, previa autorización del Ministerio del Interior.

Cara a cara con el PP 

Todo este caldo de cultivo explica el cambio de su estrategia y los motivos que le llevaron a guardar silencio ante el juez. Un episodio al que se refiere en su última carta y en la que justifica su estrategia por las presiones sufridas entonces. Según dice, optó por "no manchar el buen nombre" del PP. "El sentimiento de culpabilidad de haber podido provocar que mi mujer estuviese en riesgo de perder la libertad y entrar en prisión, me hizo creer, inocentemente, en la promesa -por parte del Partido Popular- que unos meses después a esta primera declaración del 15 de julio se me hizo llegar sobre que Rosa no entraría en prisión gracias a las gestiones que se habían iniciado. De ahí que firmara la 'paz' con dicho partido político, retirando la denuncia que había interpuesto por la destrucción de la información", dice.

También da claves del episodio relativo a la reforma de la sede del PP con dinero en 'B'. Se trata de unos apuntes que a buen seguro repetirá en el juicio que arranca este lunes en la Audiencia Nacional y que contará con la ausencia en el plenario del exgerente de la formación Cristóbal Páez, tras dar positivo en coronavirus. Además de los interrogatorios, otro de los momentos clave de la vista oral se vivirá en la fase de testigos. Las acusaciones consiguieron que el tribunal diera luz verde a sus peticiones, de manera que desfilarán los presuntos protagonistas de esta historia. Mariano Rajoy (que ya declaró en Gürtel época I negando los hechos), José María Aznar, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato, Francisco Álvarez-Cascos, Pío García Escudero o el expresidente balear Jaume Matas serán algunos de los altos cargos del PP que se volverán a ver las caras con Bárcenas para revivir lo que para ellos se ha convertido en una pesadilla que nunca termina. 

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