Los planes contra el calentamiento global

El bazuca anticrisis de Sánchez arrincona la inversión de la transición energética

Panales solares / EFE
Panales solares / EFE

Lo primero es lo primero. En ese orden. Con esa idea, el Gobierno ha anunciado una inyección de 200.000 millones para mantener con pulso la economía. Los grandes planes quedan entre paréntesis. Y eso incluye el gran proceso inversor anunciado hasta 2030 por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para impulsar la transición energética. El borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) recoge una inversión de 241.000 millones en los próximos diez años. Como en el bazuca anticrisis, el PNIEC prevé la movilización de capital privado en la lucha contra el cambio climático. Hasta un 80%. Ahora, los planes están en el aire.

En momentos de incertidumbre el tiempo verbal que impera es el condicional. Todo está abierto. El presidente de la Comisión de Transición Ecológica del Congreso, Juantxo López de Uralde (UP), admite que todo y todos -incluidos los planes a largo plazo- participamos de "un paréntesis vital". "Se han tomado medidas puente para llegar al otro lado de la crisis con el mínimo número de víctimas sociales y económicas", explica, y "el impacto y el efecto de las medidas "debería ser temporal". En condicional.

El miedo a que la pandemia empuje al cajón de los buenos propósitos los planes y el dinero previstos contra el cambio climático tiene fundamento. Hay tres pilares que apuntalan ese temor: la necesidad inmediata de fondos para evitar el derrumbe del tejido productivo y del empleo; el desplome temporal de las emisiones contaminantes por la menor actividad y el desplome en el precio del crudo.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) se ha hecho eco de las consecuencias que puede tener el aplazamiento de la lucha contra el cambio climático. "No hay nada que celebrar en una probable disminución de las emisiones impulsadas por la crisis económica porque, en ausencia de las políticas y medidas de estructura adecuadas, esta disminución no será sostenible", ha dicho el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. 

Las advertencias se suceden. La agencia especializada BloombergNEF (BNEF) ha advertido de que la crisis desatada por elcoronavirus podría provocar el "primer año de contracción" en el crecimiento de las instalaciones solares mundiales desde al menos la década de 1980, según 'El Periódico de la Energía'. 

"Cualquier retraso en la lucha contra el cambio climático sería un error" asegura Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables,. Ferrando admite que el desplome del crudo -como la reducción temporal de emisiones- puede alimentar espejismos negativos para la lucha contra el cambio climático. Para combatirlos, aboga por aprovechar la coyuntura. Por ejemplo, dedicando el margen que deja el desplome del crudo, no a bajar precios, sino a alimentar un colchón que facilite la transición.

También Javier García Breva, analista de modelos energéticos, advierte contra la tentación de relajar los planes contra el cambio climático. "La tendencia de crecimiento de las emisiones y del calentamiento global no se va a modificar", expone, "aunque se vuelvan a registrar importantes bajadas en las emisiones, como ya sucedió en la crisis de 2008".

El latigazo de la pandemia es tan fuerte, sonoro y doloroso en todo el mundo que cambia prioridades y puntosde vista. Aunque la realidad es tozuda. Elpresidente de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Talas, ha advertido de que el cambio climático es "mucho peor" que el Covid-19..

"El virus tendrá un impacto económico a corto plazo, pero las pérdidas serán masivas si pensamos en el calentamiento global. Estamos hablando de un problema de mayor magnitud, con consecuencias en la salud de las personas y en nuestras sociedades mucho más graves", afirmó Talas. Sin condicionales.

Mostrar comentarios