Becerril asegura que será "independiente, resistente a presiones e indicaciones" como defensora del pueblo


Soledad Becerril, candidata a Defensora del Pueblo, aseguró este miércoles ante el Parlamento que si obtiene la confianza de los grupos para ocupar ese cargo será "independiente, resistente a presiones e indicaciones".
Ante la Comisión Mixta Congreso-Senado de Relaciones con el Defensor del Pueblo, reunida para examinar su candidatura, Becerril expuso su trayectoria política, desde su participación en la fundación del Partido Demócrata Andaluz y en la Federación de Partidos Demócratas y Liberales, que formó parte de la Coalición de Unión de Centro Democrático bajo la dirección de Adolfo Suárez.
Concurrió como candidata al Congreso de los Diputados por Sevilla en 1977 y ha sido diputada en seis legislaturas, además de ministra de Cultura por encargo de Leopoldo Calvo Sotelo, y alcaldesa de Sevilla.
Dado que sus méritos son "menores" a los de sus predecesores, aseguró, "tendré que esforzarme mucho" para desempeñar el papel encargado a la institución.
"No me faltan ganas, ánimo y afán", aseguró, tampoco capacidad de trabajo ni ejercicio de austeridad para sí misma y para la institución.
Entiende que su deber es defender a los ciudadanos "ante las instituciones" sobre la premisa de que no haya "dialéctica de enfrentamiento" sino plena colaboración, y siempre con su idea de que el Estado es garante de libertades y derechos y, precisamente por eso, "no puede invadirlo todo" hasta dificultar la vida de los ciudadanos.
Aseguró por ello que su preocupación serán las libertades "con minúscula, las de todos los días", y se mostró dispuesta a colaborar con las instituciones similares de las comunidades autónomas. A las que no creen necesario, posible o conveniente disponer de una institución con ese papel, les dejó claro que la Defensora del Pueblo de España será también la suya.
Soledad Becerril expuso tres ámbitos que le preocupan especialmente. La primera de ellas, la protección y reconocimiento de las víctimas del terrorismo, a las que dijo que encontrarán siempre su comprensión y amparo.
En su intervención, recordó el atentado contra su segundo teniente de alcalde en Sevilla, Alberto Jiménez Becerril, y su mujer, Ascensión García Ortiz, que le hizo comprobar de cerca el daño padecido por una familia víctima del terrorismo.
También se comprometió a combatir especialmente la violencia contra las mujeres, y garantizó que la protección social y económica recogida en la Constitución "será objeto de una muy especial atención y seguimiento" en esta época de crisis.
A todos los grupos les subrayó su intención de no defraudarlos y de intentar que no se arrepientan de su nombramiento. Sin embargo, en los casos en que así fuera, les pidió paciencia hasta que llegue "el momento de mi adiós".

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