Birmania decide en legislativas históricas llegada al poder de opositora Suu Kyi

  • Millones de birmanos votaron de forma masiva este domingo en unos históricos comicios legislativos que podrían llevar al poder a la líder opositora Aung San Suu Kyi.

La comisión electoral anunció, al cerrar a las 09h30 GMT (16H00 locales) los colegios electorales, una muy alta participación de "alrededor del 80%". El anuncio de los resultados podría llevar varios días a consecuencia del recuento en las regiones remotas.

"La gente está muy emocionada" en estas elecciones nacionales, las primeras presentadas como democráticas en 25 años, dijo entusiasmado Myint Aung, un elector de 74 años.

La atención mediática se centra en Suu Kyi, que pasó más de 15 años bajo arresto domiciliario y, a sus 70 años, votó por segunda vez en su país.

Suu Kyi, vestida de rojo, el color de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), depositó su papeleta en la urna por la mañana temprano en una escuela del centro de Rangún, rodeada de cientos de periodistas de todo el mundo.

Aclamada por sus partidarios al grito de "victoria", Aung San Suu Kyi se marchó sin hacer declaraciones a la prensa rumbo a su circunscripción electoral de Kawhmu, a varias horas de Rangún, donde espera renovar su puesto de diputada conseguido en las legislativas parciales de 2012, saldadas con una abrumadora victoria de la LND.

Lejos de la atención mediática que rodea a Suu Kyi, el presidente Thein Sein votó mediada la jornada en Naypyidaw, la capital administrativa. Su partido, el USDP, integrado por exgenerales, es el principal rival de la LND.

La tensión, salpicada de entusiasmo y preocupación, se recrudece máxime cuando la LND aparece como la gran favorita de las elecciones y podría llegar así a gobernar tras décadas de represión.

Durante las últimas elecciones consideradas libres, en 1990, la junta dejó participar y ganar a la LND. Pero los resultados no fueron reconocidos y Aung San Suu Kyi, entonces en arresto domiciliario, no pudo votar. Y en 2010, su formación llamó a boicotear los comicios.

La actual cita electoral está considerada como una prueba del éxito de la transición democrática iniciada hace cuatro años con la autodisolución de la junta militar, que gobernó el país con mano de hierro desde 1962.

La mayoría de los 30 millones de birmanos llamados a las urnas nunca ha votado.

Muchos electores manifestaban su amor a "madre Suu", el apodo de la premio Nobel de la Paz, cuyos retratos presiden muchos hogares al lado del de su padre, el general Aung San, un héroe de la independencia de esta ex colonia británica asesinado en 1947.

La ausencia de cualquier sondeo dificulta, sin embargo, determinar su verdadero nivel de popularidad en el país.

Pese a estar consideradas las primeras elecciones democráticas en 25 años, las dudas siguen planeando.

En un comunicado, la LND denunció irregularidades en localidades del delta de Irrawaddy, con una posible compra de votos.

Además, las elecciones se han visto lastradas por varias trabas: la votación anticipada en el extranjero fue caótica, los observadores extranjeros no pudieron entrar en los cuarteles para asistir al voto de cientos de miles de soldados, cientos de miles de musulmanes rohingyas no tienen derecho a votar, la votación fue anulada en las regiones sumidas en conflictos étnicos en el norte y las fuerzas del orden detuvieron a algunos líderes estudiantiles.

En total, más de 90 partidos optan a obtener un escaño en el Parlamento. Y una de las incógnitas sigue siendo la elección del presidente, que la cámara deberá escoger en algunos meses.

Aung San Suu Kyi, a quien la Constitución heredada de la junta le impide acceder al cargo, ha advertido que estará "por encima del presidente" si vence su partido.

Esa constitución impide ser presidente a quien tenga hijos de nacionalidad extranjera. Ella tiene dos hijos británicos.

Además, la tarea de formar un eventual gobierno podría complicársele a la LND, ya que el ejército conserva un 25% de los escaños del Parlamento para militares no escogidos en las urnas y tradicionales aliados del USDP.

Por otra parte, es grande la incertidumbre sobre la reacción del poder.

El ejército y el presidente saliente, un exmilitar, prometieron que respetarían el resultado de las urnas, si bien difundieron al mismo tiempo en la televisión pública vídeos advirtiendo contra cualquier intento de revolución inspirada en la "primavera árabe".

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