Birmania interroga a 1.000 sospechosos en relación con los disturbios

  • Los cuerpos de seguridad de Birmania (Myanmar) interrogan a 1.000 sospechosos en relación al rebrote de violencia interreligiosa en el estado de Rakhine, en el oeste del país, que ha causado 89 muertos y ha dejado 5.351 casas calcinadas, informan hoy los medios locales.

Bangkok, 1 nov.- Los cuerpos de seguridad de Birmania (Myanmar) interrogan a 1.000 sospechosos en relación al rebrote de violencia interreligiosa en el estado de Rakhine, en el oeste del país, que ha causado 89 muertos y ha dejado 5.351 casas calcinadas, informan hoy los medios locales.

El director de la oficina de la Presidencia, Zaw Htay, declaró a "The Irrawaddy" que todavía no se puede precisar cuánto durará la investigación, pero garantizó que los culpables de los disturbios serán condenados.

Las autoridades birmanas trabajan con la idea de que la última ola de violencia, que estalló entre miembros de las comunidades musulmana y budista el pasado día 21 y se prolongó durante una semana, fue provocada.

Los datos oficiales más recientes hablan de 89 víctimas mortales, 136 heridos, 5.351 casas incendiadas -incluidas mezquitas y templos budistas- y 32.231 personas sin hogar.

Las fuerzas de seguridad de Rakhine han recibido de refuerzo 51 batallones del Ejército, que comprenden unos 10.000 soldados, unos 5.000 agentes de policía y un millar de miembros de la unidad de seguridad fronteriza.

El Gobierno teme que de no controlar la situación a tiempo la violencia interreligiosa podría desembocar en un conflicto armado.

La oficina de la Presidencia señaló hace dos días que también se trabaja en ofrecer alimentos y atención sanitaria a los damnificados.

El estado de Rakhine hace frontera con Bangladesh, su capital es Sittwe y está poblada por unos 3,8 millones de habitantes, en su mayoría budistas.

No obstante, la mayor parte de los 800.000 miembros de la etnia rohingya -originaria de Bangladesh- que se encuentran en Birmania residen en ese territorio del oeste birmano.

Aunque el conflicto entre ambas comunidades no es nuevo en Rakhine, la última ola de violencia comenzó el pasado 28 de mayo, cuando se encontró el cadáver de una mujer budista que había sido violada y asesinada supuestamente por tres musulmanes.

La primera ola de indignación causó 100.000 desplazados y 88 muertos: 31 budistas y 57 "musulmanes bengalíes", como catalogan las autoridades birmanas a los yohingyas.

Bangladesh tampoco reconoce a esta comunidad apátrida y unos 300.000 rohingyas viven hacinados en campos de refugiados en aquel país.

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