Josep Borrell, el primero de los ministros del Ejecutivo de Pedro Sánchez en ser desvelado, tiene un gran pasado en política pero también fuera de ella. El socialista, a pesar de haberse librado de pasar por el banquillo de los investigados, formaba parte de la cúpula de Abengoa en la época en la que se decidieron las millonarias indemnizaciones de salida de la compañía de Felipe Benjumea y Manuel Sánchez Ortega.
El catalán tiene callo en política. Formó parte del Gobierno de Felipe González entre los años 1991 y 1996, ocupando la cartera de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente. De hecho, fue el único de los antiguos ministros, junto con Cristina Narbona, que apoyó al propio Sánchez durante las duras primarias del PSOE e, incluso, en los platós de televisión, donde fue especialmente activo en su defensa.
Además, el catalán y el ahora presidente Sánchez tienen más cosas en común de las que parece. El socialista se identifica con él en muchos aspectos, quizá el más importante de ellos sea que ambos consiguieron salir victoriosos de unas primarias a pesar de tener el 'aparato' del partido en contra. En el caso de Borrell, consiguió hacerse con el liderato del PSOE en el año 1998, cuando se disputaba el puesto con Joaquín Almunia, el preferido de Felipe González. Lo mismo le ocurrió a Pedro Sánchez cuando en 2017 venció a Susana Díaz y Patxi López en contra de la opinión de los grandes barones del partido.
En el año 2004, se convirtió en diputado del Parlamento Europeo y, poco después, en presidente de este órgano de la UE hasta 2007. Tras ello, continuó siendo diputado durante dos años más cuando se 'retiró' de la vida política y pasó a la empresa privada como consejero de Abengoa.
Su puesto en la tecnológica andaluza fue uno de los lunares de Borrell que ahora vuelven a salir a la luz. El catalán era integrante de la comisión de nombramientos de Abengoa, lo que supone que su firma era necesaria para autorizar los pagos. La salida de Felipe Benjumea, expresidente de la compañía, y Manuel Sánchez Ortega, exconsejero delegado, estuvo bajo la lupa de la justicia al considerar que sus indemnizaciones millonarias no se correspondían con una administración leal de la empresa.
El ahora ministro de Asuntos Exteriores se libró del banquillo de los investigados por las indemnizaciones de Abengoa al confesar que no asistió al encuentro del 23 de septiembre de 2015 en el que se firmó la orden porque se encontraba en una firma de su libro en Barcelona. En cambio, el voto fue delegado en otro de los consejeros, por lo que las compensaciones de 11,4 y 4,5 millones de euros, respectivamente, fueron aprobadas.
Finalmente, en enero de este mismo año, la cúpula de Abengoa fue absuelta por la Audiencia al considerar que no quedó lo suficientemente acreditada la administración desleal o la apropiación indebida por la que estaban siendo investigados a pesar de que la empresa tuvo que entrar en concurso de acreedores ante su situación de crisis.
En cambio, en los últimos tiempos Josep Borrell, retirado desde el año 2016, ha destacado por rebatir los argumentos de los independentistas catalanes teniendo una posición destacada en la manifestación que convocó Societat Civil Catalana en Barcelona tras el referéndum del 1 de octubre a favor de la Constitución.
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