Brasil tiene condiciones de reducir su tasa de homicidio un 65,5 % en 2030

  • Brasil, donde en 2013 hubo una muerte violenta cada diez minutos, podría reducir un 65,5 % la tasa de homicidios de aquí al año 2030, si adoptase una serie de medidas, empezando por la articulación de todos los cuerpos de seguridad.

Sao Paulo, 11 nov.- Brasil, donde en 2013 hubo una muerte violenta cada diez minutos, podría reducir un 65,5 % la tasa de homicidios de aquí al año 2030, si adoptase una serie de medidas, empezando por la articulación de todos los cuerpos de seguridad.

Esa es la principal conclusión del Anuario Brasileño de Seguridad Pública que hoy fue presentado en Sao Paulo.

Los especialistas del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), la organización responsable del estudio, concluyeron que, tras "analizar las experiencias exitosas de reducción de homicidios en la década pasada, cuya marca fue la cooperación y los cambios institucionales", el país suramericano puede establecer y cumplir metas ambiciosas para los próximos años.

Con "la coordinación e integración" de los recursos disponibles hoy en Brasil, apuntó el informe, el país "tiene condiciones de reducir en un 65,5 % los homicidios hasta 2030, con un promedio del 5,7 % cada año".

De acuerdo con el Fórum, para alcanzar este objetivo el gigante latinoamericano debe centrar sus esfuerzos en tres pilares fundamentales: la aproximación a la población, el uso intensivo de la información y el perfeccionamiento de la inteligencia y de la investigación.

"El mayor problema es el de articular los diversos agentes de la cadena de seguridad pública", subraya el documento, que insta al Gobierno a "dejar de invertir tiempo y recursos en encontrar nuevas soluciones, para centrarse en hacer bien y de forma integrada un trabajo que ha sido realizado de forma aislada y sin coordinación".

En 2013 Brasil registró 53.646 muertes violentas, cifra que incluye los homicidios intencionales y las muertes por robos, asaltos y por lesiones corporales, lo que representa un aumento del 1,1 % respecto a 2012.

El estudio detalló que el 53,3 % de los muertos en Brasil por la violencia tenía entre 15 y 19 años de edad, el 68 % era de raza negra y un 93,8 % era de sexo masculino.

En el caso de las violaciones sexuales, Brasil registró el último año 50.320 casos, 96 más que en 2012, pero, según el estudio, la cifra podría ser el triple, porque sólo el 35,5 % de las víctimas de este tipo de delito lo denuncia ante las autoridades.

Si se tienen en cuenta los casos registrados, en el país suramericano se cometió aproximadamente una violación cada diez minutos.

El Anuario Brasileño de Seguridad Pública también abordó la situación de las cárceles del país, donde desde finales de 2013 ha habido varias rebeliones de carácter violento, sobre todo en las del estado de Maranhão.

El número de personas encarceladas en el país en 2013 sumaba 574.207, de las cuales un 40,1 % estaba a la espera de juicio, una de las causas de la sobrepoblación carcelaria por las que atraviesa Brasil en las últimas décadas.

Según el informe anual, en 2013 hubo un déficit de 220.000 plazas en las cárceles brasileñas, lo que supuso un incremento del 9,77 % respecto a 2012.

Organismos de derechos humanos, como Amnistía Internacional, también arremetieron contra la "violencia" y el "hacinamiento" en las cárceles brasileñas, definida por esa organización como "mazmorras con condiciones para animales".

La estadística oficial dice que el año pasado fueron asesinados 282 reclusos en diversos episodios de violencia, que en general se vinculan a disputas por el control del tráfico de drogas y otros "comercios" ilegales tras las rejas.

Por último, el Foro constató que la violencia le costó a Brasil 258.000 millones de reales (unos 101.097 millones de dólares) en 2013, cifra equivalente a un 5,4 % del PIB.

Para realizar el cálculo del costo económico de la violencia, el gubernamental Instituto de Investigaciones Económicas (Ipea) analizó los gastos de los diferentes niveles de gobierno con la seguridad pública y con el sistema de salud (cuando es activado por un episodio de violencia), y la contratación de seguridad privada o seguros, entre otros parámetros.

El FBSP destacó que, a pesar del aumento en el valor absoluto del gasto, se registró una leve retracción si se tiene en cuenta el porcentual del PIB destinado a la seguridad pública, que pasó del 1,28 % en 2012, al 1,26 % en 2013.

El porcentaje es superior al que Estados Unidos destinó en 2013 (1,02 %) y similar al de los países que componen la Unión Europa (1,3 %), "aunque los resultados obtenidos aquí están muy lejos de los registrados en esos países".

"Esto indica que los recursos son insuficientes para enfrentar la situación local o, al menos, están muy mal utilizados", concluye el anuario.

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