Consecuencias de la guerra de Ucrania

Bruselas pide cambiar el ancho de vía de los trenes españoles antes de 2030

España deberá desarrollar en dos años un plan de migración al ancho estándar europeo y deberá ejecutarlo en los corredores mediterráneo y atlántico antes de 2030. El resto de la red hará en otros veinte años. 

Vías de tren
Bruselas pide cambiar el ancho de vía de los trenes españoles antes de 2030
CONTACTO vía Europa Press

La invasión rusa de Ucrania ha acelerado los planes de integración de la Unión Europea, que trata de hacerse más fuerte y conectada en su interior mientras avanza en la adhesión de países externos a sus fronteras. Precisamente, para mantener el espíritu fundacional de transitar libremente por los distintos países entre sí, la UE puso en marcha una política de interoperabilidad a múltiples niveles, que se extiende desde la eliminación del roaming telefónico a tratar de conseguir una red transeuropea de transporte (TEN-T) que, mediante una serie de vías arteriales, facilite el paso de personas y mercancías por los distintos estados miembros. 

Sin embargo, la revolución geopolítica que ha causado el ataque de Moscú a territorio ucraniano y los problemas para sacar las cosechas de Ucrania, hasta ahora granero de Europa, han cambiado la perspectiva de los burócratas europeos, que ahora abogan por mejorar sus propias conexiones y las de los vecinos a los que la Unión destina miles de euros en inversiones. Uno de esos modos que han pasado a ser primordiales es el ferrocarril, para cumplir los objetivos del Pacto Verde Europeo y reducir la dependencia energética de los combustibles fósiles. 

La realidad es que Europa tiene serios problemas con sus trenes, basados principalmente en que buena parte de sus redes ferroviarias están construidas con anchos de vía distintos, lo que impide que trenes de un país accedan a otro. El ejemplo está en el reciente intento de España de traer grano ucraniano por tren, cuyos contenedores tendrán que hacer dos transbordos (en Francia y Polonia) para poder llegar a su destino, ya que tanto la península Ibérica como Ucrania tienen anchos de vía distintos al estandarizado en Europa, el conocido como "ancho internacional", que separa ambos carriles en 1.435 milímetros (mm). 

Aunque éste es el utilizado en nuestro país desde los años 90 para desarrollar la red de Alta Velocidad, la mayoría de líneas convencionales -por las que circulan los trenes de mercancías- no lo tienen implantado, afectando a más de 14.000 kilómetros de vías y dificultando la salida de mercancías a Europa por tren al aumentar costes y tiempo. Todas las de alta velocidad sí lo tienen implantado, pero no están adaptadas para mercancías, salvo el tramo gallego. En España y Portugal, los trenes que no son de alta velocidad (Cercanías o Media Distancia) circulan desde 1884 sobre vías montadas con el ancho ibérico, de 1.668 mm (el equivalente a seis pies castellanos); mientras que en Ucrania y los países bálticos se aplica el ancho ruso, de 1.520 mm, vinculado al antiguo espacio soviético, del que ahora la UE desconfía. 

Los corredores Mediterráneo y Atlántico deberán migrar de ancho antes de 2030.
​El resto de la red tendrá hasta 2050.

El nuevo plan ferroviario de Bruselas, que todavía debe convertirse en reglamento para tener validez, otorgará dos años a España para que desarrolle un plan de migración del ancho de vía de todas las líneas integradas en los corredores ferroviarios que componen la red TEN-T. A partir de ahí, tendrá hasta 2030 para ejecutarlo en aquellas líneas integradas en la red europea, entre las que se encuentran los corredores Mediterráneo y Atlántico. A partir de entonces, la migración se extenderá a la red secundaria para 2040 y lo restante para 2050. Además, obligará a que todas las nuevas inversiones se realicen en ancho UIC, como la futura línea de alta velocidad entre Lisboa y Oporto, cuyas obras no han comenzado. Portugal pretendía ejecutar dicho tramo en ancho ibérico, pero esta nueva orden cambiará sus planes. 

La Comisión permitirá excluir del plan a todas aquellas líneas que no se consideren de interés europeo, como ha pasado recientemente con el tramo Tarancón-Utiel perteneciente a la línea convencional Madrid-Cuenca-Valencia. El plan no se limita a la península ibérica, ya que también afecta a Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia, quien ya se ha mostrado contraria a la orden europea. A cambio, la Comisión Europea propone ampliar los corredores de transporte europeos a Ucrania y Moldavia y sacar de los planes existentes a Bielorrusia y Rusia.

En la actualidad, el sistema ferroviario europeo no es interoperable, al no estar plenamente adaptado para la libre circulación de mercancías, y sigue en cierta medida limitado para pasajeros. De las cinco fronteras ferroviarias que tiene España con Europa (Portbou, Puigcerdà, Canfranc, Irún y El Pertús), sólo este último tiene implantado el ancho estándar europeo, pero los trenes sólo pueden llegar hasta Barcelona. En fronteras como Irún o Portbou, los contenedores tienen que cambiar de ejes o transbordar a otros vagones para continuar su trayecto. En otras, como Canfranc (Huesca), los planes pasan por que Francia recupere la línea que hasta allí llegaba hace décadas, devolviéndole su carácter original de estación internacional. 

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