Rajoy se cobra la cabeza de Aguirre como cortafuegos ante la corrupción

  • El Gobierno y el PP fijan su hoja de ruta y diseñan los 'cortafuegos' para no chamuscarse por el incendio de corrupción. El partido despide a Aguirre con dos párrafos y Rajoy con 'tuit'... sobre Venezuela.

    En Moncloa "preocupa" que los casos de corrupción -Rato, González..- oculten la acción y los logros del Gobierno, sobre todos los económicos, y se vuelcan en evitarlo.

Mariano Rajoy y el Presidente brasileño, Michel Temer
Mariano Rajoy y el Presidente brasileño, Michel Temer
Iñaki Etxarri
Iñaki Etxarri

En el Gobierno y en el PP tienen clara la 'hoja de ruta' para mantenerse de pie y no ser engullidos por la gigantesca ola que ha creado el 'tsunami' judicial que viven los populares desde la pasada semana. Y la están cumpliendo a rajatabla. Primero: cordón sanitario de los ministros y del propio Rajoy respecto a la prensa. Cuantas menos declaraciones públicas, mejor; cuanta menos exposición mediática, menos posibilidades de decir algo inconveniente.  

Segundo: 'quitarse de en medio' a la 'enemiga íntima' del presidente, Esperanza Aguirre, acorralada por los casos de corrupción que asolan a los que fueran sus más estrechos colaboradores. Ya está. 'Nivel superado'. Y tercero: Que "los árboles de la corrupción, que son viejos y pertenecen al pasado", dicen fuentes cercanas al Gobierno, "no lo tapen y nos dejen ver el bosque de la recuperación y los logros económicos, del crecimiento y de la creación de empleo". Y en ello están.

Hasta el lehendakari vasco Íñigo Urkullu echaba este lunes una mano a Rajoy al anunciar en Vitoria que el acuerdo sobre el cupo, y por añadidura sobre los Presupuestos Generales del Estado 2017, era "cuestión de horas". Y es que con la que está cayendo, Rajoy evitó decir nada sobre la corrupción en su comparecencia pública tras la entrevista que había mantenido con el presidente de Brasil, Michel Temer. En bandeja de plata

Mientras hablaba en Brasilia -de Venezuela, de Maduro, de la economía, de las estrechas relaciones comerciales entre Brasil y España, de las negociaciones de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur-, el presidente del Gobierno ofrecía, en la plaza de la Villa de Madrid, la cabeza de Esperanza Aguirre al pueblo y al resto de actores de la vida política española disfrazados de Salomé.

"Tengo como norma de conducta no eludir mis responsabilidades. Por eso dimito", afirmaba Aguirre, bajo el punto de mira de todos los grupos políticos desde el arresto de Ignacio González, sucesor de la dirigente popular en la Comunidad de Madrid, por un supuesto caso de desvío de fondos en la empresa pública del Canal de Isabel II. "Mi manera de concebir la política como servicio a España y a los ciudadanos me lleva a asumir la responsabilidad que me corresponde por no haber vigilado a Ignacio González, por no haber descubierto antes lo que ahora ha descubierto la Guardia Civil y el Juez", explicó la ya dimitida concejal popular. 

Rajoy se había enterado de la dimisión de Aguirre, que esperaba desde hacía dos o tres días que se produjera en cualquier momento, por un sms que la ex 'lideresa' madrileña le había enviado mientras estaba reunido con el máximo mandatario brasileño en el palacio de Planalto. Rajoy, una vez más, se había mantenido impoluto, sin mancharse en el fango del la corrupción. Aguirre, aunque no ha sido imputada  en nada, ve cómo las cárceles madrileñas se llenan de colaboradores suyos.  

Para el PP, Aguirre ya sólo era una persona "que ha sido", en el pasado, "relevante en el partido" y despachaba, en dos párrafos, 35 años de vidas política: "El Partido Popular respeta la decisión personal tomada en la tarde de hoy, por Esperanza Aguirre, de dimitir de su cargo de portavoz del Grupo popular en el Ayuntamiento de Madrid y dejar su acta de concejal".

"El Partido Popular valora y reconoce la larga trayectoria política de Esperanza Aguirre, desarrollada en distintas Administraciones así como en el partido, y considera que ha sido una persona relevante para esta organización". Demoledor. 

Y Rajoy en Brasil sólo habló de 'su libro', la economía. En el Gobierno y en el PP reconocen que el continuo goteo de noticias -ayer mismo saltó que el juez Eloy Velasco investiga dentro de la 'operación Lezo' al ex Ministro Eduardo Zaplana, entre otros- "no son plato de gusto", "no son agradables", admiten. Pero también están convencidos, van a hacer todo lo posible para ello, de que no empañarán la acción del Ejecutivo. Y se muestran además seguros de que no afectará a la aprobación de los presupuestos, máximo objetivo ahora, como este lunes ha dejado claro Urkullu o el jueves pasado el líder de Ciudadanos. "Los españoles no se merecen que no haya presupuestos", explicó Albert Rivera.'Huyendo' de la prensa

Y a todo ésto, al menos hasta que Aguirre se hizo a media tarde el 'harakiri', los ministros huían de la prensa y daban esquinazo a las preguntas 'incómodas' de la prensa. Esa es la otra pata de la hoja de ruta configurada para minimizar los efectos del 'tsunami' judicial, tal y como hicieron la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Energía y Hacienda Digital, Álvaro Nadal, que participaban en un desayuno informativo en Madrid. Rajoy incluso, tras la dimisión de Esperanza Aguirre tuvo a bien escribir un 'tuit' desde Brasil sobre Venezuela. "Nos preocupa la situación de un país hermano, #Venezuela. La solución debe pasar por devolver la palabra al pueblo venezolano", dice Rajoy.Nos preocupa la situación de un país hermano, #Venezuela. La solución debe pasar por devolver la palabra al pueblo venezolano pic.twitter.com/a5lJrbFjUy— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) 24 de abril de 2017

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