Cae red de uno de los narcos más buscados al llegar barco con cocaína a Marín

  • La Guardia Civil ha detenido al español Antonio Manuel B.I., uno de los narcotraficantes más buscados, en Marín (Pontevedra), donde se encontraba para hacerse cargo de 54 kilos de cocaína de un barco procedente de Colombia, que han sido incautados, y ha arrestado a otras ocho personas de su organización.

Madrid, 29 oct.- La Guardia Civil ha detenido al español Antonio Manuel B.I., uno de los narcotraficantes más buscados, en Marín (Pontevedra), donde se encontraba para hacerse cargo de 54 kilos de cocaína de un barco procedente de Colombia, que han sido incautados, y ha arrestado a otras ocho personas de su organización.

Se trata de la operación Jaula en la que ha sido desarticulada una red dedicada a introducir en España importantes partidas de cocaína en España con los citados nueve detenidos, en la que ha sido incautada la droga referida que iba en un cargamento de plátanos y en la que se han efectuado cuatro registros domiciliarios en las provincias de Pontevedra, Granada y Córdoba.

La organización estaba liderada por Antonio Manuel B.I., que estaba usando la identidad falsa de Christian E., uno de los narcotraficantes más importantes de España y que estaba siendo buscado por la justicia desde el año 2006 para el cumplimiento de una condena de 17 años de prisión, informa la Guardia Civil.

De los nueve detenidos cuatro son españoles y además hay un ruso, un colombiano, un argentino, un peruano y una mexicana, esta última la compañera sentimental del jefe de la organización, arrestada en el domicilio de la pareja en una urbanización de lujo de Dilar (Granada).

Las investigaciones comenzaron tras el análisis de documentación intervenida en diversas operaciones llevadas a cabo en el último año contra otras organizaciones dedicadas al tráfico de drogas.

Fruto de este análisis se supo que una persona identificada como Christian E. podría dirigir una red que estaría preparando la introducción de una importante partida de cocaína en España a través del puerto de Marín.

Los agentes le vigilaron y fueron identificando a todos los miembros de la organización, cada uno de los cuales tenía funciones diferenciadas, como el chófer y el guardaespaldas del jefe y el encargado del traslado de la cocaína desde Marín a otros puntos de España.

En los últimos días los investigadores comprobaron que Christian E. se desplazaba a Pontevedra y mantenía frecuentes reuniones con otras personas de la red en la que extremaban medidas de seguridad que acrecentaron las sospechas de que la llegada del estupefaciente al puerto de Marín podría ser inminente y se conoció la llegada de un mercante procedente de Colombia cargado de frutas.

Durante las descarga del barco los perros detectores de drogas de la Guardia Civil marcaron cajas llenas de plátanos en las que se halló la cocaína, de gran pureza, procediéndose en ese momento a la detención de los seis implicados que estaban vigilados en Marín.

Según han informado a Efe fuentes de la investigación, en solo diez minutos se consiguió arrestar a estos seis implicados de dos en dos, ya que habían quedado en una plaza para acceder al puerto de Marín y recoger la droga.

En un coche usado por estas personas fueron encontrados dos chubasqueros de los usados por los pescadores nuevos y una bolsa grande para introducir la cocaína.

Paralelamente en Dilar (Granada) fue detenida la compañera sentimental del jefe de la red, además de un ciudadano colombiano y otro peruano, miembros del cártel que había enviado a España la cocaína, que se habían desplazado desde Sudamérica para supervisar la llegada del estupefaciente.

Tras una operación policial realizada en Colombia en la que se intervinieron más de mil kilos de cocaína y seis millones de euros, Antonio B.I. ya fue detenido en 2001 en España por ser integrante de esa estructura delictiva desmantelada.

Era tal la obsesión por su seguridad y por la de sus operaciones que además de utilizar documentación falsa, sistemas tecnológicos para evitar que sus comunicaciones fueran interceptadas, guardaespaldas y otras medidas, con frecuencia cambiaba su apariencia física, como el color del pelo, la barba, el bigote, las gafas y la indumentaria.

Incluso en los alijos de droga que introducía en España a través de contenedores marítimos colocaba sistemas de localización para conocer en todo momento su ubicación.

La Guardia Civil ha practicado dos registros domiciliarios en las localidades pontevedresas de Cangas de Morrazo y Vigo, uno en Dilar (Granada) y otro en Montilla (Córdoba), en los que se han intervenido vehículos de alta gama, inhibidores de frecuencia, dinero, sistemas informáticos y otros efectos.

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