México, 29 nov.- El presidente de México, Felipe Calderón, promulgó hoy una "importante" reforma laboral que, dijo, impulsa la competitividad y la productividad, al tiempo que fortalece los derechos de los trabajadores y la transparencia sindical.
En un acto celebrado en la residencia de Los Pinos, Calderón señaló que la reforma aprobada por los legisladores mexicanos tras un intenso debate introduce más de 300 cambios a la Ley Federal del Trabajo, que data de 1970.
La reforma introduce nuevas modalidades de contratación "sin mermar las prestaciones laborales", como el pago por hora, trabajo por temporada y periodos de prueba, regula la subcontratación del empleo y endurece las multas a las empresas que incumplan sus obligaciones.
Además, prohíbe todo tipo de discriminación, garantiza el acceso a la seguridad social y el cumplimiento de condiciones adecuadas de seguridad e higiene e incorpora disposiciones orientadas a proteger a grupos vulnerables, señaló el mandatario.
También incorpora medidas para agilizar la impartición de justicia en el caso de conflictos laborales y "da pasos significativos para abrir las organizaciones sindicales al escrutinio público", uno de los puntos que generó mayor controversia.
"A partir de ahora las directivas sindicales deberán elegirse a través del voto libre y secreto, y a ningún trabajador se le podrá negar información sobre el uso y destino de las cuotas sindicales que aportan", indicó Calderón.
Estas modificaciones generaron el rechazo de los poderosos sindicatos, algunos de ellos muy próximos al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Dos artículos de la reforma sobre democracia sindical quedaron pendientes de aprobación, dado que hay divergencias entre ambas cámaras.
Con esta reforma de "gran calado", México "avanza en la construcción de un marco normativo que permite incrementar la oferta laboral, alentar la productividad de las empresas y elevar la competitividad del país", indicó el presidente un día antes de que concluya su mandato.
La iniciativa fue presentada en septiembre pasado por Calderón con el carácter de preferente para agilizar el debate parlamentario sobre los cambios a un marco normativo "obsoleto", que no "respondía a las actuales condiciones sociales, económicas y demográficas del país".
La izquierda mexicana criticó con dureza la iniciativa, al señalar que despoja de garantías y derechos sociales a los trabajadores, y no garantiza la estabilidad en el empleo ni la generación de nuevos puestos de trabajo.
Desde su promulgación hace más de cuatro décadas, la Ley Federal del Trabajo no había sido modificada sustancialmente, a pesar de que se presentaron sin éxito muchas iniciativas para reformarla.
La propuesta de Calderón primero fue debatida por los diputados, luego le tocó el turno al Senado y, después de una segunda ronda en ambas cámaras, el 13 de noviembre pasado recibió la luz verde de la Cámara alta.
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