El contrapeso a Podemos en el Gobierno

Calviño, la tecnócrata sin carné al timón de la economía y de los fondos europeos

Sánchez ascendió a su ministra de Economía a la Vicepresidencia con el objetivo de dar empaque económico a la legislatura. Lo que no se esperaba es que le iba a tocar lidiar con la mayor crisis.

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Calviño, la tecnócrata sin carné al timón de la economía y de los fondos europeos
L.I.

Nadia Calviño (A Coruña, 1968) era una semidesconocida en España cuando a Pedro Sánchez le pasaron su teléfono. Corría junio de 2018 y el PSOE acababa de llegar a La Moncloa tras una moción de censura que la gallega siguió desde Bruselas. Cuentan en el entorno de Sánchez que el presidente le tenía echado el ojo desde hacía tiempo. En la capital comunitaria ejercía de directora general de Presupuesto de la Comisión Europea desde 2014 y no dudo en decir 'sí'. Un año y medio después era ascendida a la Vicepresidencia en una jugada de Moncloa para dar empaque económico a la legislatura que se avecinaba intensa en este terreno. Pero la Covid-19 ha modificado totalmente el terreno de juego y a Calviño le ha tocado ahora dirigir la recuperación de la mayor crisis en el país desde la Guerra Civil.

Explican en su equipo que Calviño "no para". Casi 24 horas al día de trabajo, más en este momento si cabe. Acostumbrada a dormir poco, la tecnócrata del consejo de ministros tiene plenos poderes de Sánchez para allanar el camino para las ayudas europeas. Su departamento, por tanto, se encargará de preparar los proyectos y presentarlos a la Comisión, en colaboración con el resto de ministerios. Ello conllevará, sin duda, que la economía amplíe horizontes hacia otros lares y en eso está su equipo. Digitalización, objetivos verdes, desarrollo sostenible, investigación... Es el futuro de las empresas y el tejido productivo nacional.

Cuentan también en el equipo de Calviño que lleva monitoreando todos los datos económicos desde que estalló la crisis. En panel de mando de Economía evalúa cualquier novedad y la transmite vía directa a Moncloa. El Ministerio ubicado en el Paseo de la Castellana se ha convertido, por tanto, en el epicentro donde se están fraguando los planes de recuperación, los que ya se han hecho públicos y los que vendrán. Su papel es clave y ella está comprometida a sacar al país de esta situación, añaden.

Sin haberse afiliado al PSOE pero con participación activa en las diferentes campañas, como las últimas gallegas, la vicepresidenta económica dispone de un equipo de colaboradores que serán decisivos también en esta etapa. Son siete, cinco hombres y cinco mujeres. Son sus pretorianos. Por encima de todos ellos destacan dos: la economista Carmen Balsa, jefa de gabinete de la vicepresidenta y la persona que tiene el súperministerio en la cabeza. Su misión: pilotar los asuntos más relacionados con la economía nacional. La segunda es Isabel Riaño, la directora de gabinete adjunta. Su campo: el internacional. Pieza clave en la negociación con Bruselas, con el FMI y con los ministros de Economía de los países de nuestro entorno. Cada vez que se convoca un Eurogrupo, Riaño es esencial. Ambas son técnicas comerciales y economistas del Estado, como Calviño.

Calviño que lleva monitoreando los datos económicos desde que estalló la crisis. El panel de Economía evalúa las novedades y las transmite a Moncloa

El resto del equipo lo completan Ana de la Cueva, la tercera 'teco', que es la secretaria de Estado de Economía y que está ejerciendo un papel decisivo en la cocina de las medidas económicas que luego acaban en consejo de ministros; la subsecretaria, Amparo López, la jurista el equipo; y Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro, ocupan un papel decisivo en el día a día. Por último es necesario mencionar a la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial que dirige Carmen Artigas y la de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales de Roberto Sánchez

Calviño sufrió por el varapalo del Eurogrupo. Ella era de lo más cauta, pero Moncloa evidencio un optimismo que no se confirmó. La derrota escoció aunque en el Gobierno lo nieguen en público. Y es que la vicepresidenta, junto con Sánchez, había conseguido amarrar hasta diez síes. Incluso tenía el compromiso de algún país de que en la segunda votación se decantaría por España. Pero como el voto es secreto alguien traicionó al sur y Calviño tuvo que resignarse. Hay quien dice en el área económica del Gobierno, eso sí, que a España no le venía bien ser juez y parte en esta nueva etapa europea.

Una de las frases que repite Calviño una y otra vez es la de que "todos estamos en el mismo barco". Tanto en España como en Europa. Sin embargo la crisis ha dejado atrás varios enfrentamientos sonados en el consejo de ministros que han tenido a la gallega y a Pablo Iglesias y los ministros de Unidas Podemos como protagonistas. Solo basta echar la vista unos meses atrás para recordar el pulso entre ambas partes por las medidas de choque para hacer frente a la pandemia de los primeros cónclaves de la crisis o la que es considerada la 'batalla de las batallas': la del Ingreso Mínimo Vital. Dicen que en entorno que a Calviño no le han gustado estos roces pero que ya los ven como normales en un Gobierno con dos sensibilidades.

Calviño se ha convertido con el tiempo en una de las ministras imprescindibles para Sánchez. Así quedó plasmado en el "extenuante" Consejo Europeo donde la vicepresidenta económica estuvo en contacto permanente con el presidente. Uno en Bruselas, otra en Madrid. No pararon de hablar, relatan, en los casi cinco días de cumbre. En Moncloa dicen que están "muy orgullosos de su trabajo infatigable para consolidar la economía española y garantizar el futuro de la UE".

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