El reloj de Sol tardará cuatro minutos en ajustarse para las Campanadas canarias

  • El relojero afirma que seremos partícipes de un momento histórico al ver como un país celebra el cambio de año en sus dos husos horarios.
El reloj de la puerta del Sol se pone a punto con fiesta incluida
El reloj de la puerta del Sol se pone a punto con fiesta incluida

El relojero de la Puerta del Sol de Madrid, Jesús López Terradas, explica que tardarán cuatro minutos y medio en realizar los ajustes necesarios para retrasar el reloj para que de las 'Campanadas Canarias', a la 1:00 de la madrugada en la península.

Terradas ha visitado estos días Lanzarote para conocer el segundo reloj de sol más antiguo del archipiélago, el reloj de San Roque, en Tinajo. Allí ha explicado cómo realizará, junto a sus compañeros de la histórica relojería Losada, el retroceso del reloj madrileño para ajustarlo al huso horario canario el próximo 31 de diciembre, y que de las campanadas para los habitantes de las islas.

"Se trata de una acción complicada que requerirá de una máxima precisión y coordinación por parte de mis compañeros", ha indicado. Exactamente, "serán 4 minutos y 35 segundos los necesarios para realizar esta tarea, ya que hay que retroceder todas las esferas laterales que componen el reloj y accionar el mecanismo, además de la bola, que solo se cuelga en Nochevieja", señala la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias en un comunicado.

"El 31 de diciembre todos seremos partícipes de un momento histórico", pues, "miles de personas verán como un país celebra el cambio de año en sus dos husos horarios", ha asegurado.

El consejero de Turismo, Cultura y Deportes, Isaac Castellano, considera que "por primera vez la historia, retrasará las manecillas del emblemático reloj de la Puerta del Sol una hora para que coincida con el cambio de año de nuestra tierra. Sin duda, esta Nochevieja Canarias da la campanada". El reloj de sol de San Roque es el segundo más antiguo de Canarias y uno de los iconos del municipio.

Se encuentra en lo alto de la iglesia de San Roque, está realizado en madera y se mantiene en perfectas condiciones después de más de 150 años de vida. Es obra de F.R. Fernández y data de 1851, y según el archivo de Tarquis, la "hechura" de este artilugio se encargó por 90 reales.

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