Sánchez se enfrenta a Rutte

Cambio de cromos en la UE: recorte de ayudas para frenar un veto imposible

Dos días de reuniones en Bruselas no mueven las posiciones de los países: el norte exige reducir más de 50.000 millones en subsidios y el sur se niega a una ‘troika’ holandesa

Cumbre Unión Europea
Cambio de cromos en la UE: recorte de ayudas a cambio de un veto imposible.
Efe

Este fin de semana la UE decidió viajar al pasado, realizar un flashback a tiempos no tan lejanos en los que se negociaban las posibles ayudas a Grecia hasta altas horas de la madrugada y tras toda una tarde a cara de perro. Sólo que ahora se negocia el Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros para todo el continente para superar la pandemia más grave sufrida por la humanidad en 100 años y la gigantesca crisis económica que está provocando.

Y el viaje al pasado se convirtió en un mercado, el de a cuántos miles de millones de euros en transferencias a fondo perdido está dispuesto a renunciar el sur de Europa a cambio de que la vigilancia sobre sus planes de reformas sea lo menos dura posible.

Porque endurecimiento de la supervisión por parte de Bruselas y del resto de capitales sí va a haber. El “súper freno de emergencia” planteado por el presidente del Consejo Europeo permitiría a cada país plantear sus dudas sobre la reforma de otro y que fuese el Consejo, en modalidad de Ministros de Finanzas, Ecofin, el que los discutiese. Holanda exige que deba ser por unanimidad, pero es una línea roja que ni España ni Italia, Portugal, Francia o Grecia, actualmente gobernada por el partido conservador, están dispuestas a aceptar.

“Es sólo Países Bajos quien pide la unanimidad, ni siquiera los otros países frugales le siguen, España no está sola”, vuelven a insistir fuentes del Gobierno tras dos días de negociaciones en Bruselas. “El freno de emergencia planteado por Michel no significa unanimidad, lo importante es si luego en la aprobación por el Consejo de los planes de reformas habrá unanimidad o no”, aclaran estas fuentes.

Para conseguir que Holanda ceda en sus pretensiones y que la aprobación sea por mayoría cualificada, el sur de Europa tendrá que rebajar aún más el importe a percibir en subvenciones. Michel introdujo el freno de emergencia y una reducción de 50.000 millones de esas transferencias pero no parece suficiente. La clave es saber hasta donde están dispuestos a ceder los del sur, pero "si damos la cantidad de cuánto cederíamos, nos cargamos la negociación”, respondes fuentes gubernamentales, reconociendo implícitamente que España, y también socios como Italia o Portugal, sí verán un mordisco mayor que 50.000 millones en los 500.000 millones de euros en subsidios planteados inicialmente por la Comisión.

Los frugales bloqueas las negociaciones

Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca no sólo mantienen que las transferencias deben ser menores, sino que también deben aumentar sus cheques de devolución por las aportaciones al Presupuesto de la UE como contribuyentes netos. El Fondo de Recuperación se mantendría sin cambios pero estos ‘rebates’ sí tienen una incidencia directa en el tamaño de los Presupuesto de la UE, precisamente cuando ese mismo grupo de países pide que sean menores. Una paradoja que vuelve a chocar con el sur y también con grandes potencias como Francia e incluso el gobierno de la canciller Angela Merkel.

Son demasiadas piezas en el puzle de las negociaciones, imposible de completarse tras otra jornada maratoniana de negociaciones este sábado entre los 27 Estados Miembros en pleno del Consejo y las altas autoridades europeas y, posteriormente, en discusiones bilaterales o en pequeños grupos de países.

Esta segunda modalidad negociadora se conoce como ‘confesionario’ y surge cuando las conversaciones entre todos los países están atascadas, pero sí existe una avanzada propuesta con la que es posible avanzar si se liman los puntos conflictivos. El presidente del Consejo, en este caso Michel, se va reuniendo con los líderes nacionales con objeciones y ve hasta dónde es posible llegar. Concesiones que luego plantea a sus rivales en la negociación, a grupos de países que se pueden ver afectados y también a las dos grandes potencias, Alemania y Francia.

Fue lo que ocurrió durante todo el sábado, el segundo día de la Cumbre. Michel retocó la propuesta original del Fondo de Recuperación realizada por la Comisión, ofreciendo más supervisión al Consejo para aplacar a los países frugales que exigen reformas al sur del continente a cambio de las ayudas europeas.

El sábado por la mañana apareció un nuevo texto de su equipo con los recortes de 50.000 millones en las transferencias, que pasarían a engrosar préstamos a devolver por los Estados y el freno de emergencia.Los 27 debatieron un texto que “iba en la buena dirección”  pero sin cerrarlo, quedaban muchos flecos y, en privado, Holanda filtraba por Bruselas que le valía mientras que España e Italia podrían aceptarlo si no se requería el principio de unanimidad dentro del Ecofin ni tampoco se les imponían las reformas desde fuera.

Así fue como tras el almuerzo, por el confesionario de Michel, situado en el ático-terraza de la sede del Consejo y bajo un potente sol estival, fueron pasando conjuntamente primero los dos grupos de países enfrentados, frugales versus sur europeo más Alemania y Francia. También se vio por separado al primer ministro polaco, al temido Victor Orban húngaro, de nuevo a Merkel y a Macron ya solos, al holandés Mark Rutte o el checo Babis.

Más de siete horas de estos pequeños encuentros seguidos de una nueva cena entre los 27 no sirvieron para llegar a un acuerdo. Tampoco un encuentro entre Sánchez con el premier holandés Rutte, que fuentes consultadas por La Información califican como “difícil”. Y Europa volvió a viajas prácticas de la pasada crisis: patada para adelante a la resolución de un grave problema económico.

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