Cameron defiende su postura en Europa ante el malestar de los euroescépticos

  • Entre el malestar del ala euroescéptica de su partido, el primer ministro británico, David Cameron, ha defendido hoy su decisión de no bloquear el uso de las instituciones de la Unión Europea (UE) para la aplicación del nuevo tratado.

Ramón Abarca

Londres, 31 ene.- Entre el malestar del ala euroescéptica de su partido, el primer ministro británico, David Cameron, ha defendido hoy su decisión de no bloquear el uso de las instituciones de la Unión Europea (UE) para la aplicación del nuevo tratado.

En un intenso e incómodo debate en la Cámara de los Comunes, donde fue a menudo abucheado, Cameron trató de contener las críticas asegurando que recurrirá a medidas legales si el futuro pacto fiscal de la UE afecta a los intereses nacionales del Reino Unido.

Los diputados conservadores más euroescépticos consideran que Cameron ha ablandado su postura en Bruselas, después de su histórico veto del pasado diciembre al nuevo pacto fiscal.

Entonces, el primer ministro sugirió que el Tribunal de Justicia y la Comisión Europea debían ser usados solo por los 27 miembros de la UE y no por los países que han firmado el tratado, pero ahora asegura que ello no pone en riesgo los intereses británicos.

Entre pitidos y gritos de rechazo en los Comunes, Cameron ha justificado hoy que no supone a priori una amenaza para el Reino Unido pero ha avisado con posibles acciones legales si la aplicación del nuevo tratado interfiere en la soberanía británica.

"El Reino Unido no es parte del nuevo tratado, por tanto no supone ninguna obligación para los británicos ya que no tiene autoridad legal para nosotros", explicó.

David Cameron ha reconocido además que "una adecuada disciplina fiscal" es necesaria como parte de una solución a largo plazo para los problemas de la eurozona, aunque ha insistido en que el nuevo tratado no es la forma de hacerlo.

En esta ocasión, Cameron contó con la presencia en el Parlamento de su viceprimer ministro, Nick Clegg, que en diciembre se ausentó del debate para mostrar su malestar por el veto británico

El giro ha dejado sobre todo satisfechos a sus socios de Gobierno, los liberaldemócratas, que intentan suavizar la postura británica en Bruselas.

En este sentido, el diputado liberaldemócrata Menzies Campell ha dicho dar la bienvenida al "pragmatismo" demostrado por Cameron en la cumbre de ayer.

Sin embargo, el líder laborista, Ed Miliband, ha vuelto a denunciar que la decisión de dejar al Reino Unido fuera del tratado ha aislado al país del resto de Europa.

"No era un veto para siempre, sino solo para las navidades", ha ironizado Miliband, quien ha asegurado que el acuerdo suscrito ayer por 25 de los 27 estados miembros funciona como un verdadero tratado de la Unión Europea y Cameron no ha conseguido ninguna protección para el Reino Unido como prometió.

A la vez, algunos diputados conservadores han reprochado al primer ministro que su cambio de postura respecto al uso de las instituciones europeas significa que en realidad no vetó el tratado.

El "tory" Douglas Carsell denuncia que las "garantías blindadas que aparentemente ganó el primer ministro en diciembre han desaparecido".

"Volvemos a lo mismo de siempre, los ministros y los altos funcionarios cerrando los acuerdos, y la gente de este país ignorada", dijo el diputado, que forma parte del grupo que defiende la celebración de un referéndum para sacar al Reino Unido de la UE.

La comparecencia del primer ministro hoy no ha tenido nada que ver con la del pasado diciembre cuando los diputados conservadores cerraron filas ante su líder, al que recibieron como un héroe por su posición de intransigencia con Bruselas.

En aquella ocasión, la mayoría de la prensa alabó su valentía a la hora de plantar a la Unión Europea, pero hoy los tabloides se han cebado en las imágenes en las que se ve a Cameron besando a la canciller alemana, Angela Merkel, y dando la mano al presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Incluso el conservador "Daily Telegraph" ha publicado hoy una fotografía de grupo de la cumbre en la que insinuaba la poca influencia del Reino Unido en Europa resaltando la posición marginal de Cameron, en una esquina y en la última fila.

Mostrar comentarios