Cádiz, 17 nov.- El estado de bienestar, del que se enorgullecía Europa, "parece en peligro de extinción" y la supervivencia del euro, "que fue motivo de esperanza, está amenazada", ha afirmado hoy el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
El ministro representa en la Cumbre Iberoamericana a su país y al presidente, Raúl Castro, quien está ausente de estas citas desde que asumió el poder en 2006, en sustitución de su hermano Fidel.
Rodríguez ha recalcado que la comunidad iberoamericana vive una época muy distinta de la de 1991 cuando la ciudad mexicana de Guadalajara acogió la primera cumbre de jefes de estado y de gobierno de América Latina, España, Portugal y Andorra.
En ese sentido, ha incidido en la crisis europea y el temor al contagio en América Latina y en su país.
"En medio de los embates de una crisis económica global, cuya solución no se vislumbra, las políticas que se aplican en Europa no parecen dar resultados ni lidiar con las causas de los problemas", ha afirmado.
En su crítica a Europa sostuvo que el sistema de integración está atrapado "en dilemas profundos" y que sus sistemas políticos, que alguna vez "fueron impuestos como modelo, han perdido legitimidad".
Por ello, ha añadido, los vínculos económicos entre Europa y América Latina se han debilitado.
Cuando nos reunimos en Guadalajara, Unión Europea concentraba el 24,8% de las exportaciones y el 20,2% de las importaciones latinoamericanas, mientras que en el 2009, fueron el 13,7% y el 14,0%, ha señalado.
En los noventa, la región absorbió el 12% de la inversión directa de la Unión Europea; en los años cercanos al 2010, se redujo al 6%, precisó el canciller.
Por ello, ha estimado que las relaciones económicas siguen siendo significativamente desfavorables para América Latina, marcadas por la inequidad entre proveedores de materias primas con bajo valor agregado y suministradores de manufacturas.
En términos políticos, ha denunciado que "proliferan las guerras de la OTAN lejos de sus fronteras y se ha consagrado una doctrina militar y nuclear claramente ofensiva que parece considerar "a nuestra región parte de la periferia euro-atlántica".
Ha estimado que América Latina y el Caribe viven una nueva época, porque nunca antes había existido de parte de los Gobiernos un compromiso más definido y orientado a favor de la justicia social, de la equidad y de la defensa de los intereses soberanos.
Con la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ha asegurado, los países de la región han mostrado su determinación de construir un destino común.La CELAC es "nuestra obra más preciada", ha afirmado.
También sostuvo que Cuba está unida a la Península Ibérica por "históricos y especiales vínculos" y que la difícil coyuntura actual plantea una oportunidad singular a España y Portugal para articular una política eficaz y mutuamente enriquecedora hacia América Latina, basada en la relación respetuosa entre soberanos iguales.
Pero, advirtió que, cuando América Latina se está dotando se sus propios mecanismos de coordinación, el papel de las Cumbres Iberoamericanas "se modifica inexorablemente".
Las Cumbres anuales no parecen ser ya necesarias, como tampoco muestran serlo las múltiples y frecuentes reuniones sectoriales, de resultados limitados, ha señalado.
El canciller ha finalizado su intervención trasmitiendo el saludo a la cumbre del presidente Raúl Castro, y "un abrazo fraternal" de los cubanos "para el noble, digno y solidario pueblo español". EFE
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