Capriles, ligado al cine y apasionado de la música romántica

  • El candidato presidencial de la oposición venezolana, Henrique Capriles, es un apasionado de la música romántica y del cine, y recuerda los tiempos en que, gracias a la cadena de cines de su familia, tuvo "el honor" de conocer a grandes personajes del séptimo arte.

Caracas, 24 ago.- El candidato presidencial de la oposición venezolana, Henrique Capriles, es un apasionado de la música romántica y del cine, y recuerda los tiempos en que, gracias a la cadena de cines de su familia, tuvo "el honor" de conocer a grandes personajes del séptimo arte.

Tendría apenas seis años cuando conoció a Olivia Newton John en la vorágine de su popularidad con "Grease" u ocho años cuando vio a esa dulce y adolescente Brooke Shields recién salida de "El Lago Azul", según señaló en una entrevista con Efe.

"Desde muy pequeño tengo esa vinculación con el cine", admitió con una sonrisa el exgobernador y abogado de 40 años, que aspira a convertirse en presidente de Venezuela con una victoria en las urnas el próximo 7 de octubre.

Su abuelo, Andrés Radonski, descendiente de judíos del gueto de Varsovia y del campo de exterminio de Treblinka (Polonia), llegó a Venezuela a finales de los años 40 junto a su abuela Lili Bochenek "en un barco, con una maleta de ropa".

"Pero su vocación era el cine y bueno, empezó mi abuelo alquilando una película, la alquilaba y ahí fue construyendo", relata Capriles.

De los encuentros con celebridades de la gran pantalla, Capriles recuerda "especialmente" el que tuvo con el comediante mexicano Mario Moreno "Cantinflas".

"Me decía sobrino, Mario Moreno Cantinflas. Siempre que venía a Venezuela era su sobrino", recuerda.

Hijo de una adinerada familia de dueños de medios de comunicación y empresas inmobiliarias por parte paterna, Capriles es el mediano de tres hermanos del matrimonio entre Henrique Capriles y Mónica Radonski hace 43 años.

Desde que tiene "uso de razón", explica, ha sabido que su misión en la vida es "servir a los demás".

Eso ha hecho que, prácticamente, "no tenga vida", dijo.

"La verdad que me encantaría tener tiempo para otras cosas, pero la agenda que llevo es imposible, honestamente", confiesa.

"Yo soy un fanático de los deportes, me gusta mucho practicarlos y verlos", dice Capriles, quien explica que trató de ver "algo" de los Juegos Olímpicos de Londres en el "tiempito" libre de la campaña.

Señala que le gusta el fútbol, pero, sin duda, el béisbol y el baloncesto son sus favoritos.

Pero a lo que pistas se refiere, sólo pisa las deportivas, porque las de baile las tiene un poco olvidadas.

"No bailo hace ya, que sé yo, muchísimo tiempo", se ríe, al asegurar que le gusta la música del sonero venezolano Oscar de León, la del panameño Rubén Blades e, incluso, se lanza con el reguetón de los locales Chino y Nacho, Grammy Latino en 2010, a quienes dice que conoce.

"No soy rockero, la verdad. Me gusta todo tipo de música. Me gusta mucho la música así romanticona también", reconoce el opositor, católico practicante.

Dice que vive solo y que "cuando vives solo y llegas a las 11, 11.30 de la noche, lo que menos haces es cocinar".

"A veces me llego hasta casa de mi madre. Siempre la cocina de la madre es la mejor de todas", dice Capriles, que admite que la agitada vida política que lleva le hace comer "mucho en la calle" y en campaña come cualquier cosa dentro del autobús en el que viaja.

Amante del chocolate venezolano, "uno de los mejores del mundo", dice, el joven político admite que de pequeño veía "muchas telenovelas".

"Ahora ya no, imposible", asegura.

El mundo de la televisión ha estado siempre cerca del candidato, especialmente, durante los seis años que estuvo vinculado a la animadora Erika de la Vega, presentadora del Latin American Idol.

Ahora, Capriles es uno de los solteros más codiciados en Venezuela.

"Por supuesto que me gustaría formar mi familia, pero bueno, no me ha tocado hasta ahora", apunta. EFE

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