La otra cara de la 'city' de Madrid: 20 'sin techo' toman la antigua sede de Barclays

  • Todo un problema antes de que CBRE Global Investors tome el edificio que compró el año pasado y que está ubicado en la Plaza de Colón.
La otra cara de la city de Madrid: los sin techo en la vieja sede de Barclays
La otra cara de la city de Madrid: los sin techo en la vieja sede de Barclays

Cuando a principios de los 70 comenzó a remodelarse la Plaza Colón, los madrileños vieron en ella y, en especial, en los nuevos rascacielos un símbolo de la modernidad y de la expansión que estaba viviendo la ciudad. Situada en el eje Paseo del Prado-Recoletos-Castellana no tardó en convertirse en uno de los centros económicos de la capital. Ahora, empresarios y banqueros caminan con paso apurado para llegar a sus puestos de trabajo, mientras, en paralelo, una veintena de 'sin techo' se ha atrincherado en la antigua sede de Barclays. Todo un problema antes de que CBRE Global Investors tome el edificio que compró el año pasado.

Es el caso de Marcus. Fuma despacio mientras chapurrea en un español básico su historia, a pesar de llevar 8 años en España. Emigró desde Rumanía para buscarse la vida en la hostelería, pero un accidente le impidió seguir trabajando, dice mientras muestra una mano ennegrecida a la que le faltan tres dedos. Pronto, lo perdió todo y desde hace seis años vive en la calle, en una caseta construida con plásticos, cartones y un carrito de supermercado.

Sin techo en Colón
Sintecho en Colón

 "Para mi fue mala suerte", desvela Pedro, un manchego de 48 años que lleva dos años durmiendo entre cartones. "Perdí mi trabajo con la crisis, se me agotó el paro y no pude afrontar el pago el alquiler. No tenía a nadie a quien recurrir y con la ayuda que recibo no me da para alquilar nada. Eso sí, los días de mucho frío, si puedo, intento alquilar una habitación en una pensión modesta o ir a un albergue", comenta. Sus pertenencias las guarda en una maleta, "por los robos".

"Mis compañeros son, en general, buenas personas que lo han tenido muy difícil en la vida. Pero hay mucho alcoholismo, drogas... y a veces hay problemas, antes vivía por el centro hasta que un compañero me dio una paliza. Por lo demás, no es mal sitio, se está más resguardado y vives en la mejor zona de Madrid", bromea.

Según datos del Ayuntamiento de Madrid, actualmente 2.217 personas carecen de hogar y un cuarto duerme permanentemente el calle. El 36,8% de los 'sin techo' son españoles, mientras que, entre los extranjeros, el 39,4% es de Rumanía. La gran mayoría son hombres en la cuarentena, el 31% trabaja sin contrato, el 42% pide limosna y el 63% culpa de su situación al desempleo. Por zonas, Centro (35,7%), Arganzuela (más del 13,4%), Moncloa-Aravaca (10,5%), Chamberí (10.2%) y Salamanca (8,8%) son los distritos en donde se concentra un mayor número de personas durmiendo en la calle.

Sin embargo, pese a los esfuerzos de las administraciones, según denuncian las ONG, las ayudas siguen siendo insuficientes. Como ejemplo señalan que la XXX Campaña del Frío del Ayuntamiento de Madrid arrancó con 2.053 plazas de alojamiento para quienes carecen de vivienda. "Un número que ni siquiera puede cubrir a todos las personas sin hogar que el Consistorio dice que hay y que nosotros elevamos a 3.000", se comentan desde diversas asociaciones.

David es el benjamín en el grupo que duerme en Colón. Con solo 27 años se ha visto abocado a vivir en la calle al no tener trabajo ni nadie que le ayude. Unos meses antes de cumplir los 18 años huyó de su casa e intentó ganarse la vida en la capital. "Mi padre me molía a palos. Un día no pude más y me fui. No tengo formación, he vivido de algunos trabajos temporales, pero poco más. A la precariedad que vivimos los jóvenes se une el hecho de que es muy complicado encontrar un trabajo viviendo en la calle", mantiene.

Mientras hablan, un grupo de jóvenes se acerca. No aparentan tener más de 20 años. Traen termos de café, bocadillos y galletas. Según explican pertenecen a una organización católica y al menos tres días a la semana se turnan para llevar comida y algo caliente a las personas sin hogar. "Es nuestro proyecto de apostolado. Somos varios grupos y nos repartimos por zonas. No se trata solo de llevar comida o mantas cuando las necesitas. Se trata de sentarnos y escuchar. Todos queremos que nos escuchen y nos comprendan y si tienes una situación complicada lo necesitas más", detalla una de las voluntarias.

Fuentes de Cáritas, por su parte, comentan que no solamente se trata del drama de carecer de un techo bajo el que cobijarse, sino de que esta situación provoca que muchos otros derechos estén en entredicho. “Algunos de los derechos que se han visto restringidos para estas personas tienen que ver el acceso al sistema sanitario, las desigualdades territoriales en la obtención de la tarjeta sanitaria o en la atención prestada en servicios específicos, como urgencias o salud mental. A esto se añaden situaciones de inequidad en el acceso al sistema de protección social en el territorio, que van desde el empadronamiento a las rentas mínimas", critican.

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