Carlos Areces confiesa ser el 'tercer ojo' de Pedro Almodóvar"

El trío de azafatos homosexuales de Los amantes pasajeros es el corazón de la nueva película de Pedro Almodóvar. Javier Cámara, Raúl Arévalo y Carlos Areces se meten al público en el bolsillo desde su primera aparición en pantalla.

No obstante, es el componente de Muchachada Nui quien quizá protagonice algunos de los momentos más hilarantes de este particular Aterriza como puedas pasado por el particular tamiz del cineasta manchego.

De hecho, Javier Cámara, su compañero en la película, no duda en afirmar que Areces se ha convertido "el ojito derecho" de Almodóvar.

A lo que el cómico, siempre dispuesto al chascarrillo, apostilla: 'Sí, en el tercer ojo'.

El actor madrileño vuelve a encarnar en Los amantes pasajerosa un personaje reprimido y algo chafado por la vida, un tipo de rol que se ha convertido casi en una seña de identidad dentro de sus trabajos para el cine.

"Tengo el mismo problema que Miguel Ángel Silvestre, pero a la inversa. Si él es un objeto de deseo, yo soy un objeto de desdeseo", reconoce Areces, divertido y resignado.

El actor ha tenido que dejar a un lado el histrionismo para encarnar a este azafato religioso, petardo y nada promiscuo.

Almodóvar le exigió al cómico que "actuara sin actuar", en un estilo interpretativo que el cineasta español califica como "ataraxia expresiva".

"Pedro me dijo que le gustaría que abordara el personaje como lo hace Chus Lampreave en sus películas. Me comentó: 'Quiero que tu acting transmita qué hago aquí si no soy actor, pero me voy a quedar, porque me lo estoy pasando muy bien'", confiesa.

Almodóvar ha querido, en cierta manera, que Areces se convierta en un continuador de la gran estirpe de intérpretes de reparto.

"Pedro es muy fan de una caterva de secundarios del cine español, que a mí me fascinan también, como Laly Soldevilla o Pepe Isbert. Son gente muy buena, pero que no tiene un registro amplísimo. No obstante, a mí, me pones a Luis Ciges al lado de Marlon Brando y no me entero de que está Brando", admite.

Él mismo reconoce que se va a "comer muchos secundarios" a lo largo de su trayectoria artística y agradece a Álex de la Iglesia que le haya dado, en Balada triste de trompeta, uno de los pocos papeles protagonistas de su carrera.