La carta del párroco de El Palo, pueblo de Julen: "Estamos tristes e impotentes"

El párroco de El Palo ha escrito una carta en la que pone de manifiesto el dolor que viven todos los vecinos junto a la impotencia ante la avalancha de noticias que llegan desde Totalán, donde el pasado domingo el niño cayó al pozo de 100 metros de profundidad y nueve días después el equipo de rescate sigue intentando llegar hasta el. 

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En unas horas que son cruciales (los mineros empezarán a excavar a mano los cuatro metros que quedan para llegar hasta donde está el pequeño), Rafael Vivancos escribe, a través de una carta a la que ha tenido acceso el diario 20Minutos,  que el barrio, "una zona empobrecida y muy atacada por la crisis económica", está llena de gente buena, noble y acogedora. 

A la pregunta de los periodistas que desde hace más de una semana llenan las calles de la localidad sobre cómo se está viviendo la situación de Julen y la familia el cura reflexiona: "¿Esperan que alguien les diga que con mucha alegría?" Asegura que "si uno se queda roto cuando oye y ve la situación en Palestina y Siria o las concertinas ¿Como no romperse del todo cuando el dolor está en la puerta de al lado con caras y nombres conocidos?". 

Vivancos asegura que "los que somos creyentes rezamos", haciendo referencia a la vigilia que llenó las parroquias de el Palo ayer por la tarde por la familia "de nuestro bario que está sufriendo un dolor indecible". Y continúa: "Somos cristianos adultos, y no creemos en varitas mágicas que solucionen nuestros problemas. Para eso están las magníficas personas que trabajan por ello". Pero desde su fe, y unido, dicen "al Padre Dios que estamos mal,que nos duele este niño y su familia. Seguimos con pena, pero sintiendo que Dios está quí apoyando". Así hace un llamamiento para pedir que "Julen esté de nuevo con nosotros. Eso es lo único que nos importa ahora".