Consecuencias de su ataque a Abascal

Casado se erige en líder de la oposición a costa de arriesgar Andalucía o Madrid

El PP mantiene el poder en tres comunidades autónomas gracias al apoyo externo de Vox. Aunque Abascal ha asegurado que serán responsables, peligran las negociaciones de los presupuestos regionales.

El líder del PP, Pablo Casado, durante su intervención en la segunda sesión del debate de moción de censura presentada por Vox, este jueves en el Congreso. EFE/Mariscal
Casado se erige en líder de la oposición a costa de arriesgar Andalucía o Madrid
EFE/ Mariscal

Conseguir que quede claro que es el líder de la oposición es el gran éxito que ha obtenido Pablo Casado tras la fallida moción de censura de Vox contra el Gobierno de coalición. No hay quien no reconozca que el líder del PP brilló en la tribuna del Congreso, desde la que lanzó todo tipo de reproches a la fuerza que más ha hecho sufrir electoralmente a su partido por arrebatarla miles de votos. Pero tomar este camino puede plantearle numerosos problemas a Casado. Romper con Santiago Abascal implica riesgos para el PP. Un coste que puede sufrir en tres comunidades autónomas donde los 'populares' gobiernan junto a Ciudadanos. Y en las que el apoyo de Vox es imprescindible para podar sacar adelante cuestiones clave para seguir en el poder.

La mirada de Casado ahora tiene que dirigirse a los movimientos que haga Vox en Andalucía, Madrid y Murcia. En la comunidad andaluza, presidida por Juanma Bonilla, los de Abascal ya han dado el primer aviso. Poco después de que fracasara la moción, sus diputados andaluces suspendían una reunión prevista para la tarde del jueves en la que iban a empezar a negociar las cuentas de la región del próximo año. El portavoz de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández, ha asegurado que "ahora seremos mucho más rígidos". Una reacción que ha contrastado con la del propio Abascal, que en un primer momento aseguró que ejercerían su "responsabilidad histórica" y no dejarían caer a esos Ejecutivos de coalición tan importantes para Génova. 

El asunto de los Presupuestos es especialmente sensible. Su aprobación o no determina si un gobierno puede continuar con la legislatura o si debe empezar a pensar en convocar elecciones anticipadas. Moreno y su vicepresidente, Juan Marín (Ciudadanos), ya consiguieron que Vox levantara la mano y les aprobara las cuentas para este año sobre la bocina. Las negociaciones fueron duras ya entonces. Y tras lo ocurrido en el Congreso entre Casado y Abascal, pintan aún más difíciles. La ventaja para los gobernantes andaluces es que la aritmética parlamentaria no facilita una alternativa de PSOE y Adelante Andalucía. Aunque el 'riesgo' de las urnas volverá a estar ahí.

En Madrid ni negocian

Lo mismo ocurre en la Comunidad de Madrid. La izquierda no suma por sí sola, siendo imprescindible el respaldo de un partido del actual gobierno como Ciudadanos para que saliera adelante una moción de censura contra Isabel Díaz Ayuso. El problema para el PP aquí es que las negociaciones de los Presupuestos ni siquiera han comenzado. Tras más de un año desde que los de Rocío Monasterio permitieran a Ayuso ser presidenta, las cuentas públicas continúan siendo la gran asignatura pendiente. Fuentes del grupo parlamentario de Vox en la Asamblea de Madrid confirman que aún no hay "nada de nada" y que "no hay que romper nada porque no hay negociación de ningún tipo". 

Que en Madrid no haya Presupuestos desde 2018, cuando gobernaba en Madrid el ahora consejero de Transportes por Ciudadanos, Ángel Garrido, es algo que lleva meses preocupando a los 'populares'. Esta ya tenía previsto esperar a que el Gobierno central de Pedro Sánchez redactara los suyos para así saber cuánto le iba a corresponder de los fondos destinados a las autonomías. La llegada de la pandemia trastocó todos los planes, y retrasó 'sine die' la dura negociación que le esperaba a Ayuso con Monasterio. Por el momento, la presidenta no ha sacado el tema. Mientras que su socio de gobierno espera que Vox "no sea capaz de no aprobar presupuestos con la que tenemos encima", según fuentes de los naranjas. 

Y es que Ciudadanos sería la víctima colateral de esta disputa que ha abierto Pablo Casado con Santiago Abascal. La solidez del Ejecutivo madrileño en el que Ignacio Aguado es vicepresidente ha estado en entredicho desde el principio. Los desencuentros han sido constantes. Las pullas se han lanzado tanto en público como en privado. Ahora, se abre un nuevo frente tras una polémica en la que no han participado. Aunque hay que recordar que Inés Arrimadas y el grupo naranja en el Congreso también votaron en contra de la moción. Pero en ningún caso hubo ataques tan feroces contra Vox como las que lanzó el líder del PP, que iban directos hacia Abascal. 

Donde no hay tanta preocupación es en Murcia. En la región que preside Fernando López-Miras, Vox está inmersa en una lucha interna que acabó con la salida del grupo parlamentario de tres de sus diputados, que pasaron a ser no adscritos. Todos los temores, y los nervios, los provocan los territorios andaluz y madrileño. Casado ha asegurado que no teme las consecuencias de su giro al centro para desmarcarse de Santiago Abascal. Está por ver qué recorrido tendrá su "hasta aquí podíamos llegar" dirigido a su excompañero de partido. Lo que está claro es que en sus autonomías hay más nerviosismo que antes de la moción.

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