Caso faisán. Un comisario asegura que el investigador del ‘faisán’ le pidió borrar la prueba clave del ‘chivatazo’


El que fuera comisario jefe de la Unidad Central de Inteligencia de la Policía Nacional José Cabanillas ratificó hoy en el juicio que la Audiencia Nacional está celebrando por el ‘caso Faisán’ sus acusaciones contra el investigador del ‘chivatazo’, el comisario Carlos Germán, según las cuales éste le pidió que borrara la prueba clave de la delación.

Germán, en concreto, ratificó hoy ante el tribunal la declaración que prestó el 8 de febrero de 2011 ante el instructor del caso, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, y en la que acusó a Germán de haberle pedido que borrase la grabación de la conversación en la que el dueño del bar ‘Faisán’, Joseba Elosua, reconoció que le habían alertado de la operación que se iba a llevar a cabo contra el aparato de extorsión de ETA. El propio Ruz receló de la acusación vertida por Cabanillas y dictó un auto en el que destacaba que estos hechos habían sido puestos en conocimiento de la Audiencia Nacional “cuatro años y nueve meses” y señalaba que “faltar a la verdad en el testimonio prestado en una causa judicial” es un delito recogido en el Código Penal.
Cabanillas también ha asegurado hoy en su declaración como testigo en el juicio que Germán, que era el jefe de la operación contra el aparato de extorsión de ETA, se negó a comunicar al por entonces instructor, el juez Fernando Grande-Marlaska, que se había producido un ‘chivatazo’ a ETA. “Le estuve diciendo los días anteriores que fuera denunciarlo”, señaló ante el tribunal.
Según el antiguo comisario jefe de la Unidad Central de Inteligencia, Germán se negó a acudir a Grande-Marlaska, por lo que tuvo que acudir el mismo el lunes 8 de mayo de 2006, cuatro días después de que tuviese lugar la delación, al juez de la Audiencia Nacional para informarle.
Cabanillas hizo estas declaraciones en el juicio que la Audiencia Nacional está celebrando contra el antiguo jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y el inspector José María Ballesteros, a los que se acusa de ser los presuntos responsables de la delación que, el 4 de mayo de 2006, alertó a ETA de la operación que se iba a llevar a cabo contra su aparato de extorsión.
DECLARACIONES CONTRADICTORIAS
Las palabras de Cabanillas se contradicen con la declaración prestada por Germán ante el tribunal el pasado lunes. El investigador del ‘caso Faisán’ aseguró que le comunicó el 5 de mayo a Cabanillas y al por entonces comisario general de Información, Telésforo Rubio, sus conclusiones, según las cuales el autor del ‘chivatazo’ tenía que ser un policía. Según Germán, Rubio y Cabanillas le impidieron acudir al juez Grande-Marlaska para comunicarle estos datos.
La Fiscalía pide hasta cinco años de cárcel para Pamies y Ballesteros al acusarles de un delito de colaboración con organización terrorista. El Ministerio Público sostiene que el inspector Ballesteros fue la persona que entregó a las 11.23 horas del 4 de mayo de 2006 un móvil a Elosua. A través de ese teléfono, Pamies habría alertado a Elosua de la operación que se iba a llevar a cabo contra el aparato de extorsión de ETA.

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