Coronavirus

¿Por qué Castilla y León y Cataluña han renunciado a pasar en bloque a la fase 1?

  • La Generalitat solo salva 3 de sus 9 regiones sanitarias y CyL da luz verde a 26 zonas básicas de salud, ninguna de ellas capital de provincia.
Un hombre ataviado con una mascarilla pasa por delante de una terraza recogida de un bar, este miércoles en el centro de Valladolid durante el cuadragésimo sexto día de confinamiento tras decretarse el estado de alarma debido a la pandemia del coronavirus
Un hombre ataviado con una mascarilla pasa por delante de una terraza recogida de un bar, este miércoles en el centro de Valladolid durante el cuadragésimo sexto día de confinamiento tras decretarse el estado de alarma debido a la pandemia del coronavirus

Cataluña y Castilla y León se han descolgado de los planes de desescalada previstos por el Ministerio de Sanidad para toda España. Ambas comunidades tan solo han dado luz verde al paso a la fase 1 -que comienza el lunes- a unas pocas áreas sanitarias. Tanto la Generalitat como la Junta quieren que el resto de territorios de sus respectivas autonomías mantengan el actual modelo de confinamiento que ya permite salir a pasear, practicar deporte y que los niños jueguen en las calles en franjas horarias prefijadas.

Las autoridades sanitarias castellanas y leonesas han optado por no arriesgar, pese a que muchos ciudadanos y empresarios soñaban ya con seguir desescalando para poder arrancar la actividad económica. Castilla y León, con nueve provincias y 2,4 millones de habitantes, según datos de 2019, es una de las comunidades autónomas más castigadas por el coronavirus. Los datos oficiales de Sanidad indican que la región ocupa el tercer lugar en casos confirmados por PCR (17.625), por detrás de Madrid (63.870) y Cataluña (51.190).

Esta última comunidad, presidida por el independentista Quim Torra, también ha reclamado no pasar a la fase 1, salvo tres de sus regiones sanitarias: la provincia de Tarragona y parte del Pirineo leridano. En resumen, Barcelona y otras grandes poblaciones catalanas se quedarían fuera del proceso de desescalada, siempre y cuando Salvador Illa levante la mano. El ministro tiene la última palabra a la hora de permitir o no a una comunidad autónoma el cambio de fase.

La Generalitat mantiene, además, un pulso continuado con el Gobierno de España para que se permita al Govern decidir sobre su desescalada al margen del resto de territorios, al tiempo que ha mostrado su enfado por la existencia de un 'mando único' bajo la titularidad de Illa.

Por su parte, Castilla y León, presidida por el popular Alfonso Fernández-Mañueco, ha preferido echar el freno antes que tener que lamentar un paso en falso. Con 1.864 muertos ocupa el cuarto lugar en número de fallecidos por el Covid-19; además, los positivos mediante test de anticuerpos se elevan a 4.912, que sumados a los diagnosticados con PCR deparan 22.537 infectados desde que se empezaron a contabilizar los casos de la pandemia.

Mañueco sí ha reclamado que se active la fase 1 en 26 zonas básicas de salud rurales que suman unos 50.000 habitantes... algo más del 2% de la población de la comunidad autónoma. Curiosamente, Segovia es la única de las nueve provincia que no ha podido colocar área de cobertura sanitaria en la lista de desescalada.

Ninguna capital de provincia cuenta con los mínimos para saltar de nivel, aunque, "en todo caso todavía quedan reuniones bilaterales con el Ministerio y a lo mejor nos convencen de lo contrario... pero no creo". "Hemos sido muy prudentes. Seguramente más que nadie, al menos en la petición. Todas esas zonas rurales han tenido cero casos -sospechosos o confirmados- de Covid-19 en los últimos 10 días, y algunas de ellas mucho más de 10 días, claro", dicen a este periódico fuentes cercanas a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León.

"El parámetro básico en Castilla y León ha sido cero casos de todo tipo en la zona básica de salud en los últimos días. Es un criterio de incidencia muy restrictivo... a falta de cualquier otro que haya marcado el Estado. Porque los únicos umbrales que ha marcado el Estado son de número de camas de hospitalización y número de camas de UCI por 10.000 habitantes. Pero nada sobre la incidencia". "En esa situación se puede optar por la extrema prudencia de Castilla y León... o por pedir la desescalada de una manera quizás muy imprudente cómo ha podido hacer Madrid", rubrican las fuentes citadas.

El vicepresidente castellano y leonés, Francisco Igea, ha explicado en redes sociales cuál es la estrategia del Gobierno regional. Igea, de Ciudadanos y médico de profesión, ha afirmado que "dentro de 15 días veremos: si todos los demás van bien la gente se reirá de nosotros, si se produce un rebrote todos lloraremos con ellos. No tengan duda de que prefiero la primera opción".

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