Catalá tiene previsto compatibilizar su trabajo en Herbert con el escaño y el PP

  • El exministro de Justicia explica que su nuevo trabajo como asesor en el despacho de abogados "es compatible" con su condición de diputado. 
Rafael Catalá, Juan Ignacio Zoido y Dolors Montserrat
Rafael Catalá, Juan Ignacio Zoido y Dolors Montserrat
EUROPA PRESS - Archivo

Rafael Catalá no abandona la política. Al menos por el momento. El exministro de Justicia tiene previsto compatibilizar su labor en Herbert Smith Freehills -un fichaje adelantado en exclusiva en estas páginas- con su condición de diputado y miembro de la cúpula del Partido Popular. El que fuera cabeza de lista de su formación por Cuenca considera que no existe problema alguna para desempeñar la función política con su nuevo trabajo como miembro del consejo asesor del despacho británico.

Fuentes del entorno de Catalá explican a La Información que el trabajo de el exministro de Justicia en Herbert Smith se limitará a asistir a una reunión de su consejo asesor cada dos meses. No será -insisten las mismas fuentes- una labor diaria ni a tiempo parcial, por lo que el ahora diputado de base del PP considera que no existirán problemas para continuar encuadrado en el grupo parlamentario a las órdenes de Pablo Casado y Dolors Montserrat.

Catalá tampoco tiene previsto abandonar la cúpula del PP. El exintegrante del Consejo de Ministros del Gobierno de Mariano Rajoy es secretario ejecutivo de Justicia de Génova y, además, vocal electo del Comité Ejecutivo Nacional. Dispone, por tanto, de ciertos 'galones' en la nueva ejecutiva que lidera Casado. Su intención es continuar asistiendo al cuartel general del partido cuando sea requerido y seguir trabajando en el área de justicia.

Las fuentes cercanas a Catalá confiesan que el exministro no entiende el "revuelo" causado por la noticia adelantada en La Información. "Son trabajos perfectamente compatibles", añaden. 

¿Son compatibles ambos trabajos?

Compatibilizar actividades en el sector privado con la labor público de diputado en el Congreso es algo que suele ser habitual, siempre que esa actividad no tenga relación con las responsabilidades que se tienen en la Cámara. Cuando se han tenido, además, responsabilidades en el Ejecutivo (ministros o secretarios de Estado), esa relación se cuida todavía más, para que no haya trato de favor de ningún tipo. En el caso de Rafael Catalá, la relación que pretende mantener en Herbert Smith, sobre el papel, es perfectamente legal aunque se trate de un despacho de abogados dedicado al derecho de los negocios, según explican fuentes cercanas al Ministerio que regentaba.

Otra cuestión es cómo se verá esa relación ante la opinión pública y en el sector privado de la prestación de servicios jurídicos a empresas e instituciones. Este tipo de consejeros o asesores especiales trabajan de forma habitual en algunos grandes despachos, con la premisa de que no tienen relación directa con los clientes. Su labor se centra en preparar papeles y análisis sobre la regulación de algún aspecto concreto que afecta a los casos que llevan los socios o el resto de los abogados del despacho. Conocer hasta qué punto los grandes clientes eligen un despacho u otro en virtud de la calidad o la capacidad de influir que puedan tener sus consejeros externos, depende siempre de cada caso y es muy difícil demostrar que hayan tenido una dedicación directa o exclusiva en alguno de ellos.

No obstante, el fichaje de este tipo de consejeros externos cuando proceden de la política o han tenido responsabilidades en algún área de práctica cercana, suele pasar siempre el visto bueno de la oficina que analiza los conflictos de intereses, tanto para el bien del propio interesado, como para salvaguardar la reputación del despacho de que se trate.

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