Cataluña. El enfado de importantes federaciones del psoe forzó el respaldo a la moción de upyd


El enfado de importantes federaciones del PSOE forzó en el último momento la decisión de la dirección federal de votar afirmativamente junto al PP la moción de UPyD sobre el derecho a decidir, en la que los diputados del PSC se abstuvieron.
La intención inicial de la dirección, expresada a lo largo del día por varios de sus integrantes, era abstenerse, en caso de que UPyD no admitiera la enmienda presentada, en la que el PSOE había plasmado su propuesta para resolver la tensión entre Cataluña y el resto de España, basada en la reforma de la Constitución en un sentido federal.
Pero UPyD propuso una enmienda transaccional en la que, básicamente, se enumeraban los artículos de la Constitución que consagran la unidad de España y de la soberanía nacional, poniendo con ello al PSOE entre la espada y la pared.
Con ese escenario, explicaban desde el PSC, los diputados catalanes mantuvieron su intención inicial, la abstención, ya que no podían votar en contra de esos artículos de la Constitución pero tampoco respaldar un texto en el que se hablaba del derecho a decidir como una “falacia”.
En el caso del PSOE, fueron varias llamadas de teléfono, hechas ya en los días previos pero intensificadas en las horas previas a la votación, las que obligaron a la dirección a modificar el sentido de su voto.
Desde el PSC reconocían que ya desde días antes habían alertado de que la votación de esa moción podía ser delicada para los socialistas, y habían defendido, aseguran, su posición coherente con lo que están manteniendo en Cataluña.
A los dirigentes del PSC les consta que esa misma “delicadeza” de la votación estaba siendo alertada desde otras federaciones, y se hizo en la misma tarde del martes desde federaciones que después lamentaban lo ocurrido.
Desde Madrid subrayaban que esa división de voto es resultado de la indefinición de los mensajes, y cuestionaban además la capacidad de liderar una propuesta que fue puesta negro sobre blanco en el Consejo Territorial de Granada pero que no ha servido, dicen, para unificar la posición de los socialistas ante el desafío del secesionismo en Cataluña.
Hay quien señala incluso la circunstancia de que esta votación, sobre una moción que se veía venir desde que UPyD planteó la interpelación previa, se produjo apenas unos días después de que el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reuniera en Barcelona con el presidente de la Generalitat, Artur Mas.
En esa reunión también estaba el primer secretario del PSC, Pere Navarro, dicen dirigentes socialistas, pero a la vista de la votación en el Congreso de los Diputados, el encuentro no sirvió para que unos y otros votaran después juntos.
Madrid ha expresado su malestar pero no ha sido la única. También desde Andalucía y Extremadura alteraron en los días previos de lo que podía suceder y del riesgo de repetir el episodio del pasado mes de febrero, tras el Debate sobre el Estado de la Nación, cuando el PSC respaldó una resolución favorable al derecho a decidir en contra del criterio de voto de la dirección del Grupo.
Aquello se saldó con la salida de José Zaragoza de la dirección del Grupo Parlamentario Socialista y con la intensificación de las negociaciones para actualizar el protocolo de relaciones entre los dos partidos.
Aquello quedó, en un Comité Federal del PSOE, en la creación de un grupo de seguimiento encargado de coordinar a los dos partidos con el objetivo expreso de evitar situaciones como la que esta semana ha vuelto a producirse en el Congreso de los Diputados.
Mientras las dos direcciones se afanaban después de la votación por remarcar que comparten proyecto político, iban surgiendo voces en otro sentido, como las de Alfonso Guerra, para quien el PSC “hace tiempo que dejó de ser socialista”, o José Bono, convencido de que concurriendo con sus propias siglas el PSOE tendría más votos en Cataluña que el PSC.

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