El Govern se rompe en dos: ERC mira a un adelanto electoral e impulsa a Aragonès

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès en TV3 (L.I.)
El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès en TV3 (L.I.)

Ruido. Mucho ruido en el seno del Govern de coalición. ERC ha dicho basta y ya empieza a pensar en una ruptura con sus socios de Junts. Una parte del partido republicano no está de acuerdo con algunas decisiones del president Quim Torra en una semana de máxima tensión y en la que la confianza se ha erosionado. El mirlo blanco que empieza a emerger es Pere Aragonès, el vicepresident y hombre de las finanzas de la Generalitat, y principal cabeza visible del "independentismo sensato" en ausencia de Oriol Junqueras.

Hay sectores de ERC abiertamente enfrentados a Torra. Se quejan de que el president no está gestionando bien esta crisis. Por dos motivos: en primer lugar, por la respuesta tibia ante la violencia en las calles catalanas. Mientras Torra mantenía silencio los líderes republicanos repetían una y otra vez que esas escenas eran "intolerables". Y, en segundo lugar, por el anuncio de promover otro referéndum de independencia antes de que finalice esta legislatura. Torra no lo consensuó con sus socios.

El sector "sensato" de ERC apuesta por hacer caer el Govern y convocar elecciones anticipadas. A los de Junqueras, además, les sonríen los sondeos y eso ya es un motivo de peso para pensar en las urnas. A Junts, por su parte, las actuales estimaciones electorales no les vienen nada bien: las últimas encuestas publicadas sitúan al partido de Carles Puigdemont muy por debajo de sus socios de Gobierno. Un republicano 'con galones' como Joan Tardà lanzó ayer este mensaje apostando por esas nuevas elecciones que abran paso a un nuevo escenario:

En ERC las miradas se dirigen hacia el citado Aragonès. El vicepresident estará el próximo jueves en Madrid, en un desayuno informativo, demostrando que el independentismo quiere encontrar una solución. En el Gobierno central y entre los empresarios también hay una buena opinión sobre él, ya que le consideran su principal interlocutor. El discurso que pronuncie en la capital la próxima semana será decisivo para conocer si la ruptura con Torra es inminente o se hará a cámara lenta. Gabriel Rufián, cabeza de lista en Madrid, está en su equipo.

Pero en el partido de Junqueras también hay quien mira hacia posiciones más radicalizadas. Es el caso de un grupo que lidera Marta Rovira, actual secretaria de organización y que se encuentra fugada en Suiza. Su apuesta no es Aragonès, sino el presidente del Parlamente, Roger Torrent. Rovira marco distancias con el grupo de Junqueras al hablar esta semana de una "sentencia criminal" por parte del Tribunal Supremo.

En Junts la situación es aún más rocambolesca. Torra y Puigdemont mantienen contacto directo y se habla como "los de Waterloo" como el verdadero cerebro que mueve los hilos del president. Entre los postconvergentes también se maneja la opción de un adelanto electoral y una posibilidad es que el propio Puigdemont pueda presentarse. Podría hacer campaña, aunque fuera desde Bélgica, y se erigiría como "el salvador", como un "mártir de la causa" independentista, según apuntan fuentes del partido.

Pero hay otro grupo en Junts que empieza a sumar fuerza. Son los antiguos dirigentes convergentes, apartados del partido por la deriva más radical que ha impregnado Puigdemont y los suyos. Nombres como Carles Campuzano o Jordi Xuclà, hoy relegados, son citados como representantes de una facción más moderada y acercada a posturas más pragmáticas. La antigua CiU, en definitiva.

En el independentismo también se cita el nombre de Artur Mas, el expresident cuya inhabilitación finaliza el 23 de febrero de 2020, y al que algunos empiezan ya a mirar para que regrese a la primera línea. En ERC no les resulta descabellada esta idea ante unos comicios anticipados.

No hay que olvidar que Junts tiene un banquillo amplio. Hay dirigentes que se citan también como posibles candidatos en unas futuras elecciones autonómicas. Es el caso de Marc Solsona, que el pasado 26-M revalidó con mayoría la alcaldía de Mollerussa; de Anna Erra, de Vic; de Meritxell Roigé, de Tortosa; de Marc Castells, de Igualada; o de Xavier Fonollosa, de Martorell. Todos ellos representan el ala de del partido menos radicalizada. Algunos les ven trayectoria.

Las diferentes fuentes consultadas apuntan a los meses de febrero/marzo para ese adelanto electoral. Quieren esperar a las elecciones generales del 10-N y a los pactos postelectorales (la constitución de las Cortes será el 3 de diciembre) para configurar el futuro Gobierno central. A partir de ese momento habría que contar 54 días para la cita con las urnas. Solo ven un problema: la disolución del Parlament la tendrá que firmar Torra... y de momento el president ha anunciado que agotará la legislatura con esa apuesta de nuevo por la vía unilateral. El tablero catalán, en definitiva, no vislumbra un panorama muy halagüeño. 

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