Cataluña. Mas convocará elecciones adelantadas sólo si sirven como "consulta definitiva"


El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, anunció hoy que convocará elecciones como "el único instrumento" que queda para conocer la voluntad de los catalanes sobre su futuro político, porque son legales por definición y el Estado no los puede impedir, pero sólo las adelantará si sirven como "consulta definitiva".
En la conferencia que pronunció bajo el lema 'Después del 9-N: tiempo de decidir, tiempo de sumar' en el auditorio del Foro de las Culturas de Barcelona, Mas comenzó aclarando que comparece sólo como presidente de la Generalitat y no compromete ni a su Gobierno ni a ningún partido, como lo demostraría el que nadie más que él conociera el contenido de su discurso .
Dijo que hay que completar el proceso abierto hace dos años y que falta la parte más difícil, más decisiva y llena de obstáculos: saber si hay una mayoría clara en Cataluña a favor de construir un Estado propio y completar democráticamente el proceso.
El objetivo, dijo, es construir un país que merezca la pena y que ello no se ha de confundir con el instrumento. Por el momento, aseguró que Cataluña ha contribuido al mundo con su ejemplo de civismo y movilización sin ningún tipo de violencia y con una sonrisa en los labios, incluso contra la hostilidad del Estado.
Mas cree interpretar que el Estado y Cataluña se mueven en ondas de frecuencia diferentes: mientras la segunda demuestra voluntad de autogobierno, el Estado busca la recentralización. Arraigó la primera en una larga historia, de forma que la voluntad de autogobierno formaría parte consustancial de la identidad catalana, pero eso no explica por entero la situación actual.
Según dijo, ha sido sólo en los últimos dos años cuando esta voluntad “puede no necesariamente coincidir” con su histórica pertenencia al Estado español. Lo atribuyó al comportamiento del Estado, que “a la mayoría de los catalanes nos ha fallado y nos sigue fallando”, causa apoyada por la democracia, que impide la represión violenta, y la globalización, que diluye fronteras.
Aseguró que el catalanismo “ha ayudado en todo” y de forma positiva o incluso decisiva al progreso del Estado, hasta que el Tribunal Constitucional anuló parte del Estatuto de Autonomía pactado y votado, y luego el Gobierno central se negó a negociar el pacto fiscal pese a que se le advirtió de la creciente movilización por el derecho a decidir.
Mas presumió de haber “puesto siempre las urnas antes de tomar importantes decisiones”, subrayó que el Estado “dio portazo” a la cesión de la competencia de convocar referendos y a la ley de consultas y el decreto de la consulta original y luego el proceso participativo.
“Un Estado que dice que no a todo, que ni hace ni deja hacer”, protestó, quejándose de la querella de la Fiscalía y prometiendo que volverá a poner la urnas cuando sea necesario “sin miedo de querellas injustas”. Aquí fue interrumpido por una ovación del auditorio.
El presidente de la Generalitat se preguntó si el Estado va a cambiar y se declaró bastante escéptico, dado que reacciona “de forma bastante diferente” que lo que piensa la mayoría de catalanes,porque “no existe un trato entre iguales sino una relación de jerarquía y subordinación”.
En esta relación, dijo que cabe aguantar y tirar de la “conllevancia” orteguiana pero que cuando Cataluña quiere equipararse al resto de naciones del mundo “salen los viejos fantasmas de la tolerancia”, del Estado que “a cambio de vencer le es indiferente convencer”.
Pese a ello, dijo tener la obligación de dejar abierta la puerta a que el Estado cambie de actitud, por dos posibles vías: que acceda a negociar un referéndum acordado, sí a la autodeterminación pero no a la independencia automática.
La otra sería que el Estado hiciera una propuesta concreta, algo que ve aún “muy verde” aunque cada vez más fuerzas en España se pronuncien así. También se declaró escéptico en esto porque el Estado, gobernado por el PSOE, tampoco se avino al Estatuto. “Tendrían que comerse muchas ranas”.
Aun así, dijo que todo tendría que decidirlo el pueblo catalán. “No se puede devolver a los despachos lo que es de la gente porque se lo ha ganado”, proclamó para ser otra vez interrumpido por una ovación.
Mas dijo que el 9-N Cataluña rompió el statu quo y alcanzó la mayoría de edad, aunque admitió que esto no significa en la vida la emancipación inmediata, puesto que sufre problemas económicos y sociales, y sigue disponiendo de los escasos instrumentos para enfrentarse. Pero desde el 9-N ve a Cataluña más preparada para afrontar su futuro. Y cree que sociedad civil movilizada más instituciones comprometidas más unidad de partidos se ha demostrado una “fórmula ganadora” de “éxito de país”.
“Si falla uno de los ingredientes”, reflexionó, “la fórmula falla”. Y señaló algunos posibles errores: confundir los roles de los políticos y la sociedad civil, convertir la anécdota o el detalle en lo fundamental. Dijo también que el coraje es no tener miedo pero no debe tener una sobredosis hasta llegar a la inconsciencia.
Mas dijo que hay tiempos para los partidos y la ideología, pero que hay momentos que trascienden a los partidos e incluso a la actual generación, y que hay que actuar con “generosidad” . Y procedió a dar sus propuestas de hoja de ruta como una invitación al debate. Recordó que en su día dijo que, si el Estado no se avenía al acuerdo, estaba dispuesto a utilizar todos los instrumentos, incluida la convocatoria de elecciones, y que estamos en dicho punto, el de utilizar “el único instrumento que nos queda”, que no es el mejor, pero que es el único que no depende del Estado, porque no puede suspender elecciones.
Preguntándose qué tipo de elecciones convocar, dijo que serían elecciones legales al Parlamento catalán. Pero dijo que sólo adelantará elecciones si son a modo de consulta definitiva; si no, las convocará cuando toca. Eso sí, dijo que tienen que ser claras para que todo el mundo sepa qué ha votado el electorado catalán, porque los estados “no esperan con los brazos abiertas” lo que para ellos sería “un problema”, y no hay que dejar ninguna excusa para la malinterpretación.
Para ello, continuó, hay que hacerlo de forma legal y con mayoría clara, con un programa nítido que someta a la decisión de los catalanes si quieren un Estado independiente o no. Y reconoció que no todos los partidos querrán limitar las elecciones a la cuestión de la independencia, lo que le parece legítimo, pero que ése es el único tema que requeriría adelantar las elecciones.

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