Movimientos con origen en Waterloo

Puigdemont plantea llevar las catalanas a noviembre y enreda los PGE a Sánchez

La nueva marca electoral del expresident se presenta el próximo 25. Orden a los dirigentes de la Generalitat de darse de baja en masa del PDECat. El 'PNV catalán' abre una nueva vía a Moncloa.

Torra y Puigdemont
Puigdemont plantea llevar las catalanas a noviembre y enreda los PGE a Sánchez
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El tablero catalán se encuentra en plena sacudida. Las miradas, tanto en Barcelona como en Moncloa, están puestas en Carles Puigdemont, que relanzará el próximo sábado 25 la marca Junts per Catalunya como nuevo partido rompiendo amarras con todo lo anterior. Con él se alineará prácticamente medio Govern, con Quim Torra a la cabeza, poniendo punto y final a la herencia de la antigua CiU de Jordi Pujol para intentar competir de tú a tú con ERC y Oriol Junqueras. Los hilos se mueven desde Waterloo y en Madrid siguen muy de cerca todos estos movimientos porque en ellos también se están jugando los decisivos Presupuestos que garantizarían a Pedro Sánchez la legislatura y cuya maquinaria acaba de echar a andar por orden de María Jesús Montero..

Son varias las circunstancias que invitan al tándem Puigdemont-Torra a aplazar las elecciones, según explican fuentes cercanas al expresident. En primer lugar, la situación epidemiológica en Cataluña no ayuda a disolver el Parlament de forma inminente. Los rebrotes en Lleida y L'Hospitalet alarman especialmente y llevan a expresident y president a enfriar la cita electoral. Empiezan a pensar ya en finales de año. Con 66 nuevos positivos registrados ayer, según las cifras del Ministerio de Sanidad, no es momento de fijar la convocatoria a urnas, concluyen. 

En un principio el calendario diseñado apuntaba al 12 de agosto como fecha marcada para disolver el Parlament, lo que hubiera llevado a celebrar los comicios el 4 de octubre. Pero los rebrotes llevan estos cálculos a septiembre, coincidiendo con la revisión de la inhabilitación de Torra en el Supremo el 17 de septiembre, para disolver la cámara y convocar elecciones el citado mes noviembre. Torra, dicen, no prevé acudir al alto tribunal con las cámaras disueltas y estudia apretar el 'botón nuclear' antes de la notificación de la condena que le inhabilitaría para el cargo. Antes de dejar el despacho de president a Pere Aragonès convocaría los comicios, por tanto.

​La aritmética de Sánchez y cuatro diputados de JxCAT

Toda esta estrategia es observada desde la distancia por Moncloa con sumo interés. Por dos motivos. En primer lugar porque la mesa bilateral entre Gobierno y Govern está pendiente. Ambas partes han acordado aplazar su preparación y celebración hasta que se solucione la situación sanitaria en Cataluña. Eso es ahora la prioridad. Un problema que, por cierto, ha unido las costuras entre Moncloa y el Palau. Ambas partes están en contacto permanente desde el pasado lunes para atajar el contagio del virus, colaborando tanto en el terreno sanitario como en el judicial. 

En segundo lugar, Sánchez y su equipo miran a los Presupuestos y Moncloa considera que cualquier movimiento de Puigdemont es clave para lograr amarrar los votos que necesita el Gobierno. Explican desde el equipo de Presidencia que con ERC, con quienes los puentes están semirrotos, no va a ser sencillo pactar hasta que se solucione la gobernabilidad en Cataluña. Y eso puede conllevar varios meses.

Los Presupuestos de Sánchez, que se ha referido en los últimos días a un "escenario preelectoral", se deciden, por tanto, en clave catalana, tal y como reconocen diferentes miembros del Gobierno tanto de la parte socialista como de Unidas Podemos. Es aquí cuando en cada facción gubernamental tiran de calculadora. Los de Pablo Iglesias quieren que las negociaciones presupuestarias se dirijan hacia ERC y así lo han manifestado en público. Pero el sanchismo ha abierto la vía de Ciudadanos, a la que también se podrían sumar los dos diputados de Coalición Canaria. Serían 12 apoyos sin los independentistas catalanes, que suma 13 votos. Una nueva veta que en el Ejecutivo ven "complicada", no obstante. Esencialmente porque la reforma fiscal que plantea la coalición es contraria al ideario naranja. Pero Moncloa está dispuesto a explorarla con Inés Arrimadas a ver hasta dónde llega. 

Hay incluso otra vía que Moncloa conoce y tiene en cuenta: la de una escisión en el JxCAT. Y es aquí cuando entra en juego, de nuevo, Puigdemont. El órdago lanzado por el expresidente en su congreso constituyente del día 25 va a provocar una ruptura en lo que todavía queda del PDECat y eso, inevitablemente, hace que la miradas se dirijan hacia los ocho diputados de la formación en Madrid. Fuentes internas hablan de que la mitad, cuatro, serían fieles a Puigdemont y otros cuatro podrían desmarcarse del entorno de Waterloo a medio plazo mostrando una sensibilidad moderada como la que encarna el nuevo Partido Nacionalista Catalán (PNC)

Se trata de una marca promovida por Marta Pascal y que cuenta con el apoyo de destacados sectores empresariales para hacer una política útil al estilo de la que están practicando el dúo formado por Aitor Esteban y Andoni Ortúzar en el PNV. Son cuatro votos que al Gobierno de Sánchez le podrían resultar incluso útiles de cara a la batalla final de los PGE. Lo que está claro es que el grupo de Pascal, que fue purgada por el propio Puigdemont, rehuye de lo que ellos llaman "el hooliganismo de Waterloo".

Baja masiva de militantes y cargos de la Generalitat

La división en el actual PDECat es total en este momento. Los de David Bonvehí, el presidente, siguen negociando con el entorno de Puigdemont su integración en el renovado JxCAT. Fuentes de la formación apuntan que en estas conversaciones se juega su supervivencia. Añaden que la orden recibida por los cargos del partido y miembros del Govern afines al expresident es la de abandonar en masa la militancia el próximo 25. Actualmente en el PDECat quedan unos 5.000 afiliados de los 14.000 que llegaron a ser en su día tras la era CiU. Si varios centenares de cargos públicos y sus entornos, que aportan una cuota anual a la causa, se dan de baja de forma simultánea la formación tendría complicado mantener su estructura. Es lo que algunos han llamado 'Operación Ahogamiento' bajo el sello Waterloo.

Respecto a las figuras que pelearán en las elecciones catalanas por presidir la Generalitat la terna de nombres está encabezada por Pere Aragonès. No hay dudas de que será el candidato republicano. En JxCAT las miradas se dirigen hacia Jordi Puigneró, onsejero de Políticas Digitales y Administración Pública del Govern. En el PNC de momento no está decidido si Pascal encabezará la lista.

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