Cataluña. Sánchez vio a mas “empecinado” en convocar la consulta o adelantar las elecciones


El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, vio al presidente de la Generalitat de Catasluña, Artur Mas, “decidido, empecinado” en convocar la consulta soberanista el 9 de noviembre y, en caso de no poder hacerlo, dispuesto a considerar “muy seriamente” el adelanto de las elecciones.
En una entrevista en Antena 3 recogida por Servimedia, no quiso entrar en “cuestiones terminológicas” sobre si Cataluña es una nación o una nacionalidad, pero abogó por reconocer su “singularidad” en la Constitución.
Reiteró que ningún político tiene “derecho a obligar” a los ciudadanos a elegir entre diversas identidades, ni puede situarse “fuera de la ley”, y en ese sentido, desveló que en su reciente entrevista vio a Mas “empecinado en seguir fracturando a la sociedad catalana”, con la consulta o con el adelanto electoral.
Subrayó que Mas se comprometió públicamente a cumplir con la legalidad, y la consulta es ilegal, pero el problema es cómo se gestionará el día después de esa consulta.
Denunció también el “inmovilismo” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del que dijo que “sabe que tiene una oposición leal” en el PSOE, pero que es necesario modernizar la Constitución, sobre la base de defender la unión de los pueblos de España y con la convicción de que “con la soberanía nacional no se va a jugar”.
Sánchez insistió también en preguntar a Mas si la Diada será este año la fiesta de todos los catalanes o solo “de unos pocos, que son los independentistas”-
Al defender la reforma de la Constitución que propone el PSOE, esgrimió la necesidad de clarificar las competencias para superar “el lío que supone la España de las autonomías”, y de convertir el Senado en una cámara de representación territorial, incluso “cerrarlo” si no es así, y dedicar ese dinero a la reindustrialización o a la educación.
Garantizó, además, que sus planteamientos en financiación autonómica no rompen los principios de la solidaridad, pero subrayó la necesidad de reconocer la singularidad de Cataluña, donde también existe desigualdad y hay trabajadores que no llegan a fin de mes.
Cree también “razonable” que la gestión de la política lingüística quede en manos de las instituciones autonómicas.

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