La Asamblea Nacional Catalana (ANC), organizadora de las multitudinarias manifestaciones independentistas cada 11 de septiembre desde 2012, ha activado desde las 17.00 horas 131 actos descentralizados por toda Cataluña que pese a las limitaciones de aforo por la COVID-19 convoca a 59.500 personas. Lejos de los centenares de miles de personas que cada año desde el inicio del 'procés' suele reunir el independentismo en las calles de Barcelona, esta vez las precauciones obligadas por la pandemia han reducido drásticamente el número de participantes en las movilizaciones convocadas en la calle.
De hecho, las autoridades sanitarias desaconsejaron celebrar este tipo de actos, en plena alerta por la pandemia del coronavirus y a tres días del inicio del curso escolar en Cataluña, pero finalmente la ANC, reivindicando el derecho a manifestación, decidió no eliminar por completo su presencia en la calle este 11 de septiembre y optó por descentralizar sus actos por todo el territorio, para evitar aglomeraciones y acotar el número máximo de asistentes. Son en total más de cien actos en más de 80 municipios catalanes los que están ya en marcha, la mayoría de ellos concentraciones frente a edificios estatales como juzgados, estaciones de Adif o sedes de Hacienda, del Instituto Nacional de la Seguridad Social y del Servicio Público de Empleo Estatal.
Las movilizaciones, por inscripción previa, tienen limitaciones de aforo y medidas de seguridad sanitarias, como la distancia entre participantes, para reducir el riesgo de contagios. Aun así, el Govern teme el contacto social entre asistentes antes y después de los actos, y por ello ha hecho un llamamiento a quienes acudan a las convocatorias de la ANC a extremar las precauciones. Ningún miembro del Govern de Quim Torra asiste al acto central de la ANC, en la plaza Letamendi de Barcelona, junto a la sede central de Hacienda en la ciudad, cuyo aforo se limita a 200 personas, con una separación de dos metros entre sí, y donde a las 18.30 horas tiene previsto pronunciar su discurso la presidenta de la entidad independentista, Elisenda Paluzie.
A diferencia de los años anteriores, en los que horas antes de la habitual manifestación de la Diada miles de personas ya circulaban por las calles de Barcelona, esta vez había una sensación de vacío minutos antes de iniciarse el acto, con las 200 sillas desocupadas en el centro de la calzada de la calle Aragó, con los asistentes en los accesos esperando para entrar a las 17:14.
A quienes no puedan acudir a los actos convocados por limitación de plazas, la ANC los emplaza a salir a los balcones de sus casas a las 17.14 horas –cifra simbólica que evoca el 11 de septiembre de 1714, cuando la ciudad de Barcelona cayó ante el asedio de las tropas borbónicas– para reivindicar la independencia.
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