El 'efecto Illa' se convirtió en 'factor Illa' y los independentistas lo han vetado. El pacto anti-PSC de los partidos secesionistas, difundido este miércoles por la noche justo un día antes del último debate electoral, amenaza con provocar un corrimiento de tierras en el tablero catalán. Las intenciones de los partidos se van aclarando en la semana decisiva y las opciones para formar gobierno van siendo cada vez menos. Dos opciones sobre la mesa, en este momento: nuevo Govern del mismo signo que el actual o una suma de los socialistas con algunos partidos constitucionalistas. No hay geometría variable que valga, al menos antes de abrirse las urnas el próximo domingo.
El documento firmado por Junts, ERC, la CUP y el PDeCAT aclara relativamente las intenciones de los partidos secesionistas. Los republicanos han intentado marcar distancias con el partido de Carles Puigdemont y su candidata, Laura Borrás, sobre un nuevo referéndum pero la firma de Sergi Sabrià está ahí. Fue, por cierto, la única rúbrica en sumarse y ello implica que Pere Aragonès aleja aún más la opción de un nuevo tripartito, por si hasta ahora no era ya una vía un tanto rocambolesca.
Los independentistas tienen ahora que sumar 68 diputados y es ahí cuando surgen las dudas. Las encuestas arrojan serias dudas sobre esa posible aritmética. Luego hay otros factores que no hacen prever un camino sencillo al sector secesionistas del hemiciclo: cuáles serán las condiciones de la CUP (basta recordar el papel que jugó el partido en la investidura de Puigemont), el futuro judicial de Borràs, aún por despejar, y, especialmente, quién ganará la batalla por este voto. ¿Dará ERC el sorpasso a Junts? ¿O los de Puigdemont conseguirán mantener su hegemonía? ¿Entrará el PDECat de Chacón en el Parlament? Son dudas que se resolverán el domingo.
En el otro lado de la partida la situación es también altamente inestable. Que ha habido 'factor Illa' pocos los dudan pero las opciones para gobernar del candidato impulsado por Moncloa y Ferraz son pocas. Si los independentistas consuman lo firmado, a los socialistas sólo les valdría un pacto con los comunes de Jéssica Albiach, Cs y el PP. El papel de Vox en el caso de decidir una investidura también plantea serias dudas. Tampoco es seguro que estos partidos lleguen a los 68 escaños en alguna de sus fórmulas. Incertidumbre en el aire.
El 14-F también debe despejar cuál es el 'efecto Bárcenas' en el resultado del PP. En Génova se están volcando en los últimos días de campaña para arañar votos en las cuatro provincias. Por escasos cientos de papeletas los populares se juegan varios escaños. La cúpula, con Pablo Casado a la cabeza, está en la carretera. E incluso han vuelto a echar mano de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que este miércoles protagonizó un acto en Barcelona. La dirección nacional se la juega este domingo.
En este escenario en los diferentes partidos no descartan que la opción que salga de las elecciones del domingo sea una repetición electoral. No se oculta ni en el PSC ni en las formaciones independentistas que es una posibilidad muy plausible a la vista del Parlament fraccionado que se formará y de los vetos cruzados que hay ya sobre la mesa.
La repetición electoral sumiría a Cataluña aún más en la incertidumbre. Hay que recordar que los Presupuestos autonómicos de 2021 y la no conformación de un Govern prolongaría esta situación de interinidad al menos hasta el verano. Es lo que demandan, precisamente, los empresarios: un Ejecutivo con estabilidad parlamentaria capaz de abordar la salida de la crisis económica y el reparto de los fondos europeos.
Inestabilidad en Cataluña también supondría inestabilidad en Madrid. Hasta ahora el Gobierno de Sánchez se ha apoyado en ERC para sacar los Presupuestos, como el mayor acuerdo logrado hasta la fecha por el Gobierno. El propio vicepresidente Pablo Iglesias impulsó esta vía. Que los republicanos no gobiernen tendría, por tanto, sus consecuencias en el Congreso y en ese bloque en el que se ha apoyado el Gobierno central hasta la fecha. El domingo, por tanto, la coalición también se juega su futuro.
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