Perfil | Josep Rull, el exconseller capaz de paralizar puertos por el éxito del 1-O

Una firma. Poner su nombre en el decreto autonómico para convocar el referéndum de autodeterminación de Cataluña llevó a Josep Rull a entrar en prisión por el juicio del ‘procés’. La Justicia ha cargado contra el abogado por el uso de su autoridad en la gestión de la consulta. Especialmente por su presunto papel en la prohibición de la entrada de un ferry en el puerto de Palamós que transportaba policías nacionales para mantener el orden en la localidad. 

Josep Rull, natural de  Terrassa, estuvo siempre vinculado a la extinta Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y durante los meses más convulsos del 'procés' ejerció el cargo de conseller de Territorio y Sostenibilidad en la Generalitat. Es uno de los funcionarios que desencadenaron la activación del artículo 155 de la Constitución al declarar la independencia de Cataluña el 27 de octubre de 2017 de forma unilateral.

La medida no parecía asustarle. Al día siguiente fue uno de los pocos acusados que acudió a su despacho a trabajar con normalidad y se dejó fotografiar, pero fue detenido el 2 de noviembre de ese año. En esa ocasión el pago de una fianza le otorgó la libertad en aproximadamente un mes, pero las autoridades lo encerraron nuevamente, sin derecho a fianza, el 23 de marzo del año pasado. 

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El político tiene dos hijos y durante su estancia en la cárcel obtuvo un escaño en el Parlament, fue nombrado nuevamente conseller de Territorio y tuvo la oportunidad de acompañar a uno de sus pequeños durante una operación en el hospital infantil de la Vall d'Hebron (Barcelona). Ante los altercados en las calles de Cataluña, el parlamentario ha defendido la actuación "pacífica" de los ciudadanos y aseguró en sus redes sociales que no se sorprendería si las autoridades decidieran sitiar la provincia. 

Es un hombre de partido. Rull militó en CDC desde 1989 donde ejerció como secretario de Organización entre 2012 y 2014 y coordinador general entre 2014 y 2016. Después pasó a ser miembro del Consejo Nacional del  PDeCAT. Llegó al Parlament como diputado en 1997, donde ha ostentado diversos puestos destacados como la secretaría tercera de la Mesa y varias portavocías.

Como diputado comenzó a ganar notoriedad con sus controvertidas intervenciones contra el antiguo consejero de política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal. Sus dotes de oratoria han sido elogiadas por políticos como Jordi Pujol, que escuchó una discurso suyo durante un curso de verano.