La situación política en Cataluña restará al menos dos décimas al avance de su economía el año que viene. El PIB autonómico crecerá, así, al 2,5% frente al 2,7% calculado previamente. La advertencia la ha hecho hoy la Cámara de Comercio de Barcelona, que considera "prudente" este escenario y alerta de que si la tensión se prolonga en el tiempo habría que revisar "significativamente a la baja" estas perspectivas.
El cálculo es tres décimas más optimista que el elaborado por el Gobierno Central para el conjunto de España, puesto que a la incertidumbre por el desafío soberanista Moncloa añade la falta de unos Presupuestos ad hoc y la moderación del ciclo económico. La Cámara de Barcelona estima que el crecimiento autonómico se situará este año en el 3,1%, al mismo nivel que avanzará el PIB del conjunto del país.
El presidente de la Cámara, Miquel Valls, contempla que el PIB se reduzca del 1,1% del segundo trimestre al 0,8% en el segundo y que la desaceleración vaya a más a finales de año, cuando se situaría en el 0,5% en relación al trimestre previo. A este empeoramiento contribuiría la situación política, pero también el agotamiento factores que han impulsado el crecimiento en los últimos meses, como el precio del petróleo y el tipo de cambio.
Las perspectivas de los empresarios se moderan en general en toda España, aunque en menor medida. En Catalunya, las empresas más grandes (a partir de 200 trabajadores) anticipan un descenso de la confianza los próximos meses, pero esta percepción negativa no se observa en las grandes empresas encuestadas por el INE en el resto de España.
Las salidas de empresas se aceleran
En cuanto a los movimientos de empresas, Cataluña ha registrado sistemáticamente en los últimos seis años un saldo neto negativo, puesto que salen más empresas de las que entran en la comunidad. Sin embargo, Valls ha destacado que este saldo negativo se ha disparado del 1 al 19 de octubre hasta 1.133 empresas, una cifra superior a la suma de los cuatro años anteriores, lo que expresa la "aversión al riesgo ante la incertidumbre política".
Esto es lo que a su juicio provoca que la inversión extranjera esté reconsiderando su posición inversora en Cataluña "en términos muy importantes". Valls teme que todo esto también perjudique al empleo a medio plazo si se agrava la situación.
Las ventas del comercio minorista han ido cayendo todo el año, aunque empresarios del sector constatan una "importante disminución" en octubre, en particular en las principales arterias comerciales de Barcelona ciudad. Los empresarios catalanes también observan que el turismo extranjero está moderando su crecimiento, tanto en Cataluña como en toda España, aunque lo justifican por factores como el Brexit y la recuperación de otros mercados turísticos.
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