Elecciones Cataluña 2021

Moncloa teme un nuevo gobierno de los secesionistas con la economía en el aire

En el Gobierno dan por seguro que Aragonès intentará la investidura después que Illa, con JxCAT o en solitario. Los comunes se presentan como decisivos. La coalición PSOE-Unidas Podemos se ve reforzada.

El líder de ERC, Oriol Junqueras, en un acto de campaña de ERC junto al exconseller Raül Romeva y el candidato de ERC a la Presidencia, Pere Aragonès.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, en un acto de campaña de ERC junto al exconseller Raül Romeva y el candidato de ERC a la Presidencia, Pere Aragonès.
DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

Los catalanes se han expresado en las urnas y ahora llega el momento de la política y las negociaciones en la sombra. Las elecciones del 14-F arrojan un complicado escenario de gobernabilidad, con pocas opciones con posibilidades de sumar mayoría absoluta o más síes que noes en la segunda votación de investidura. Lo reconocen en todos los partidos con opciones de jugar un papel decisivo en la legislatura. También en Moncloa, donde consideran que la opción más plausible es la de un nuevo Govern de corte independentista, pero con los papeles cambiados: Pere Aragonès de presidente y JxCAT jugando un papel secundario. Salvador Illa, el claro ganador de los comicios, ya ha anunciado que lo va a intentar pero el PSC tiene escasas posibilidades de conseguirlo.

ERC tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña, lo que supone un hecho insólito en el independentismo. Es la primera victoria de los republicanos en el bloque secesionista, que vuelve a sumar mayoría, por apenas siete décimas y seis escaños, y eso implica que Aragonès es el único candidato con opciones reales de lograr una investidura. Dos opciones sobre el papel: una reedición del gobierno con los postconvergentes con la opción, de nuevo, del apoyo externo de la CUP, que ha pasado de 4 a 9 escaños, un resultado histórico para ellos. O un Govern de los republicanos en solitario o junto a los comunes facilitado 'in extremis' por Illa. La llamada geometría variable a la catalana. Es una opción remota, en este momento, pero posible. El tripartito de izquierdas, por el cordón sanitario fijado por ERC durante la campaña, lo han descartado unos y otro.

Que pueda ser Aragonès el presidente de la Generalitat tendría sus consecuencias en la política y en la economía. En el terreno político, Moncloa considera a ERC su socio de referencia para el llamado "reencuentro". De hecho, la mesa bilateral de negociación fue pactada con ellos y no con JxCAT. La interlocución directa entre Madrid y Barcelona agilizaría las negociaciones. El candidato republicano, por su parte, ya puso en la noche de ayer las cartas sobre la mesa, mandando un mensaje directo a Pedro Sánchez: "Es la hora de sentarse y ver cómo resolvemos esto votando en un referéndum". También habló de "amnistía", opción descartada en Moncloa. Los indultos, en cambio, están pendientes y también pueden allanara el camino para ese "reencuentro" interrumpido por la pandemia.

En el terreno económico, un gobierno "moderado" de Aragonès es la opción preferida por el empresariado catalán. El candidato de ERC ha sido conseller de Hacienda y dispone de una relación fluida y cercana con los sectores económicos de la autonomía. En las últimas semanas sí que ha habido un 'impasse' en ese entendimiento por las medidas restrictivas -excesivas para la patronal- pero en el empresariado confían en que un Govern liderado por los de Oriol Junqueras abra la puerta a la recuperación de la crisis y a la correcta gestión en el reparto de los fondos europeos. Una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el futuro Ejecutivo catalán, de hecho, será la aprobación de unos Presupuestos para encauzar ese camino de salida de la crisis. Y pendiente queda la 'operación retorno' de las empresas que se marcharon de Cataluña por el procés. Sólo un gobierno moderado y alejado de la vía rupturista que han imperado en las etapa donde JxCAT tenía el mando propiciaría la vuelta de las compañías. 

Aragonès, por cierto, proviene de una familia de tradición empresarial. Su abuelo, Josep Aragonés, fue un empresario textil y hotelero que en 1958 impulsó Industrial Aragonés, en el Maresme. Tras décadas de andadura, y siempre asociados a la patronal Foment del Treball, el holding pasó a principios de siglo por problemas y tuvo que cerrar. Pero los Aragonès pagaron todo lo que debían, tanto a trabajadores como a proveedores. Cercanía con el mundo de la empresa, por tanto, tiene.

La primera negociación que se debe abrir ahora es la composición de la Mesa del Parlament y su presidente. El PSC tiene opciones de nombrar un candidato. También JxCAT y los comunes. La negociación va a arrancar en las próximas horas porque los socialistas quieren mover ficha rápido. Y luego vendrá la negociación de la investidura y sus implicaciones en el tablero nacional, que las tendrá.

En Moncloa consideran que los resultados de las catalanas refuerzan al Gobierno de coalición. Lo mismo opinan en Unidas Podemos. De hecho, y aunque ERC conforme un Govern con JxCAT, la proyección que hacen en el Ejecutivo central es que el bloque de los Presupuestos sale reforzado y que la entente de socialistas y morados tendría estabilidad para varios meses más, algo que hasta anoche se encontraba en duda. En primer lugar, porque a los republicanos no les ha penalizado apoyas los PGE de Sánchez. Además, porque el bloque de la oposición, esencialmente tras la debacle de Cs, queda desdibujada. Gana la 'vía Iglesias', que impulsó con ahínco el vicepresidente segundo, y pierde la llamada "geometría variable". Y un detalle importante a tener en cuenta: quedan dos años para las próximas elecciones, las andaluzas, si Juanma Moreno no las adelanta.

Una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el futuro Ejecutivo catalán será la aprobación de unos Presupuestos para encauzar el camino de salida de la crisis y los fondos europeos

En el PSOE la sensación en la noche de este domingo era agridulce. De amarga victoria. Sánchez tiene motivos para presumir de estrategia. Hubo 'factor Illa' y acertó relevando a Miquel Iceta, con quien la victoria electoral hubiera sido inimaginable. La estrategia de campaña ha estado dirigida en todo momento desde el cuartel general de Moncloa, con Iván Redondo y su equipo a la cabeza. De hecho, el jefe de gabinete del presidente del Gobierno llevaba instalado en Barcelona, junto al candidato del PSC, desde el viernes. Desde el entorno de Sánchez presumen del "ciclo PSOE" y ya velan armas para ejecutar nuevos movimientos internos tras el Congreso Federal socialista de octubre. Todas las miradas se dirigen, en primer lugar, a Andalucía y a Susana Díaz. Pero habrá más.

Los comunes también celebraban anoche el resultado. Hablan de "éxito" y de haber podido mantener los 8 escaños en un ambiente de gran dificultades para ellos: el 'efecto Illa' amenazaba con darles un mordisco. La campaña de Jéssica Albiach funcionó y, de hecho, los morados no han cedido ni un escaño al PSC, y eso a pesar de que las CUP han conseguido un resultado histórico. Desde Madrid, con Pablo Iglesias a la cabeza, se empujó, marcando una identidad propia y diferenciada en el seno del Gobierno de coalición, lo cual no estuvo exento de polémica. Los comunes podrían ser decisivos si ERC abre la vía de esa geometría variable.

En el terreno del centro derecha el PP queda tocado tras estos comicios al perder un representante. Es la derrota de Pablo Casado, ya que el candidato, Alejandro Fernández, era el de Génova y la dirección nacional se había volcado en los últimos días. El fichaje de Lorena Roldán tampoco funcionó. El proyecto alternativo a Sánchez queda debilitado. Lo mismo ocurre en Ciudadanos, que se desinfla como formación alternativa a ERC de apoyo parlame del Gobierno. El proyecto de Inbés Arrimadas queda tocado. En el otro lado de la balanza se sitúa Vox, otro de los grandes vencedores de la noche electoral. Irrumpen como cuarta fuerza en el Parlament con 11 diputados y dan el 'sorpasso' al PP, algo que hasta ahora sólo había ocurrido en las generales en Murcia. Cataluña ha provocado una sacudido en el tablero político nacional.  

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