Pocas opciones de gobernar

Illa se queda a las puertas de tumbar al independentismo a pesar de su victoria

El PSC dobla sus escaños de 2017 y logra la victoria en votos, pero la fortaleza de ERC y Junts le impiden formar un gobierno alejado de la secesión. El resultado de los 'comuns', insuficiente para su objetivo.

El candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, tras conocerse los resultados de las elecciones del 14-F
Illa se queda a las puertas de tumbar al independentismo a pesar de su victoria
Agencia EFE | Toni Albir

El escrutinio de las elecciones del 14 de febrero comenzó pronto a dar buenas noticias al PSC. Desde el principio lideró en votos y escaños, destacando por ser uno de los pocos partidos que ganaba apoyo con respecto a los anteriores comicios de 2017. También apuntaba a doblar los asientos en el Parlament que tenía hasta ahora. Los estertores del recuento confirmaron todas estas tendencias, facilitando que los socialistas catalanes hayan ganado en Cataluña por primera vez en su historia. Todo un cúmulo de circunstancias positivas que pueden quedarse en nada. Para empezar, Salvador Illa no tiene apoyos suficientes para ser president. El veto de ERC se lo impide. Además, no ha logrado otro de sus cometidos, que era doblegar al independentismo. Un balance agridulce de un movimiento ejecutado desde Moncloa que ha surtido efecto. Pero solo a medias.

El exministro de Sanidad afronta ahora un panorama que es poco favorable para sus intereses. Que los independentistas sumen escaños suficientes para alcanzar la mayoría absoluta va en contra de todas sus expectativas en el nuevo Parlament de Cataluña. Ese será el primer problema al que tendrá que sobreponerse si quiere liderar la Generalitat. Pero no lo tiene fácil, dado que tanto Esquerra como Junts per Catalunya dicen tener claro que no prestarán apoyo alguno a "uno de los partidos del artículo 155", los cuales han logrado sobreponerse a la llegada al tablero político catalán del exministro de Sanidad aun perdiendo votos o escaños. Un hecho que demuestra que su fuerza en el territorio catalán sigue siendo incontestable, incluso aunque no logren sumar el 50% de los apoyos para su causa secesionista. 

La fortaleza de los partidarios de la independencia tanto a derecha como a izquierda también ha jugado en contra de En Comú Podem. El socio natural de Illa para replicar en el Govern una 'Moncloa chica' ha logrado mantener los escaños que alcanzó en los comicios de hace algo más de tres años. Ocho asientos que han evitado un descalabro que se temían en Podemos desde hacía semanas. Las encuestas fueron las que empezaron a tranquilizar a Pablo Iglesias y los suyos, y el escrutinio ha confirmado su supervivencia. La mala noticia para ambos es que ni mejorando o manteniendo sus diputados suman lo suficiente para formar un Ejecutivo bicolor de socialistas y morados. Por lo que los de Jessica Albiach atesoran un éxito pírrico como el de Illa, ya que sobre el papel no pueden ser claves para la futura Generalitat.

Para lo que sí parece haber servido la llegada de Illa es para que miles de votantes de Ciudadanos encontraran refugio. La caída de los naranjas ha coincidido con la ganancia de 16 escaños del PSC, que estaba destinado a ser uno de los que se beneficiaran de la mala salud electoral del partido de Inés Arrimadas. Algo con lo que contaban en la cúpula de la formación, que se preparaba para hacerse con esas papeletas para así imponerse en votos. Una previsión que ha salido tal y como esperaban, por lo que los socialistas catalanes tendrán la satisfacción de hacerse con ese elector que perdieron en los últimos años. Aunque pueda serles insuficientes para el mayor de sus objetivos. 

Otra de las malas noticias para el exministro es que no podrá sumar una mayoría suficiente con los partidos constitucionalistas. Los nueve escaños de la CUP y que ERC y Junts tengan 33 y 32 respectivamente impiden una suma suficiente y mayoritaria que pueda hacer frente al independentismo. Por lo que la fórmula de que le apoyaran Vox, Ciutadans y PP ha dejado de ser viable en cuanto ha finalizado el escrutinio. También puede haberle jugado en contra que el PDeCAT de Àngels Chacón se haya quedado fuera del Parlament por no haber superado el límite del 3% de votos necesario para acceder a la cámara catalana. Por lo que todas sus posibilidades pasan por un giro de ERC

Junto a la de haber aupado a su partido a la primera plaza y haber doblado sus escaños, hay otra lectura positiva para la experiencia electoral de Salvador Illa: que la gestión de la pandemia de coronavirus no le ha pasado factura. Aun con todas las críticas del resto de partidos, los votantes le han respaldado. Incluso se puede decir que su papel como ministro de Sanidad ha jugado a su favor, al haber sido el miembro del Gobierno central más expuesto en medio de la situación más complicada en el último siglo. 

Ese refrendo tampoco le ha bastado para tener opciones claras de llegar a la presidencia. Aun con todas estas malas expectativas, Salvador Illa ha dejado claro que se presentará a la investidura. Pere Aragonès ha anunciado que hará lo mismo. Lo que no hace más que empeorar sus aspiraciones. Una mala noticia también para Moncloa, que ha visto cómo su apuesta casi logra el objetivo. El problema es ese 'casi'.

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