Cerca de 400 personas despiden a la joven asesinada en Mutxamel (Alicante)

Sant Joan d'Alacant.- Cerca de cuatrocientas personas han acompañado hoy a la familia de la joven Mireia Roma, asesinada anteayer presuntamente por su marido en Mutxamel (Alicante), durante el funeral celebrado en su localidad natal de Sant Joan d'Alacant.

La parroquia de este municipio alicantino, situada a menos de un kilómetro de la vivienda donde ocurrió este trágico episodio de violencia machista, no ha podido acoger en su interior a todas las personas que han querido dar su último adiós a la joven Mireia, de 29 años.

Una amplia representación oficial y de vecinos de los municipios de Sant Joan d'Alacant y Mutxamel, pueblo este último donde residía la ahora fallecida junto a su marido y sus dos hijos, de 1 y 5 años de edad, ha asistido a esta misa religiosa oficiada por el párroco titular del templo, Lucas Galvañ.

Familiares de la joven, amigos de ésta y personas cercanas a su entorno, profundamente afectados por la muerte de Mireia, han ocupado los primeros bancos de la parroquia, donde sólo el color de los ramos de flores y los mensajes de cariño de las coronas han mitigado el dolor que se ha sentido en el templo.

Los familiares han recibido el féretro a las puertas de la iglesia, en un acto en el que todas y cada una de las personas que han accedido a la parroquia les han expresado sus condolencias.

En su homilía, el párroco ha lamentado "la lacra" de la violencia machista y ha pedido a los asistentes que "escuchen" y "ayuden" a quienes "viven con temor" y no se atreven a denunciar situaciones de maltrato.

"No podemos permitir que ni una sola mujer más figure en la triste lista" de la violencia machista, ha dicho Galvañ, quien ha expuesto que "nadie de los aquí presentes puede entender que alguien pueda hallar la muerte de este modo".

"Cualquier acto de violencia es rechazable e inaceptable", ha remarcado el párroco, quien ha instado a la sociedad a "pedir justicia, pero nunca a exigir venganza".

El cadáver de Mireia Roma fue hallado el pasado martes carbonizado en su casa de Mutxamel (Alicante) tras registrarse un incendio en la vivienda, un ático situado en el número 12 de la calle Pau.

Antes de iniciarse el fuego, cuyo origen aún se está investigando, la joven recibió nueve puñaladas presuntamente asestadas por su marido, según han informado fuentes de la Guardia Civil y de la Subdelegación del Gobierno.

Aunque la pareja estaba en trámites de separación, ambos vivían en la misma casa y, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, no existía ninguna denuncia previa por maltrato.

El marido de la mujer, que resultó intoxicado por inhalación de humos en el incendio y permanece ingresado en el Hospital de San Juan de Alicante, todavía no ha declarado ante la Guardia Civil.