China desentierra un crimen con conexiones políticas tras 20 años de silencio

  • Hace casi 20 años, una brillante estudiante de la mejor universidad de China, Zhu Ling, era envenenada con talio por otra chica que la envidiaba, un caso que fue entonces ocultado por la Justicia por las conexiones políticas de la familia de la envenenadora y que ahora la sociedad china se propone desenterrar.

Antonio Broto

Pekín, 6 may.- Hace casi 20 años, una brillante estudiante de la mejor universidad de China, Zhu Ling, era envenenada con talio por otra chica que la envidiaba, un caso que fue entonces ocultado por la Justicia por las conexiones políticas de la familia de la envenenadora y que ahora la sociedad china se propone desenterrar.

Un envenenamiento ocurrido el pasado abril en otra universidad prestigiosa de China y en parecidas circunstancias, aunque esta vez resuelto, ha recuperado el llamado "Caso del Talio", que en 1995 sacudió conciencias en el país y sigue abierto.

Zhu, entonces estudiante de primer grado de química en la Universidad de Tsinghua y una joven inteligente, atractiva y con dotes para la música, sobrevivió al envenenamiento pero quedó casi completamente ciega y con daños cerebrales. Hoy es una mujer de 40 años con la mente de una niña de seis.

A finales de 1994, la entonces prometedora muchacha fue hospitalizada con síntomas de intoxicación. Se recuperó y regresó a las aulas, pero meses después, en marzo de 1995, recayó, esta vez de forma irreversible.

Una de sus compañeras de clase se hizo entonces eco del suceso en la red universitaria Usenet, una antecesora de Internet, y con la ayuda de estudiantes de otros países se descubrió el envenenamiento con talio.

Las sospechas enseguida recayeron en la compañera de habitación de Zhu, llamada Sun Wei, quien fue interrogada por la Policía pero no resultó procesada. Años después se cree que cambió de nombre para emigrar a EEUU, donde reside.

Muchas pruebas apuntaban a su culpabilidad, como que Sun presionó a otras compañeras, quizá cómplices, para que mintieran en su favor en los interrogatorios policiales, o que se llevó misteriosamente todos los vasos de la habitación.

Los rumores de entonces, recuperados ahora en redes sociales y noticias de los medios, aseguraron que Zhu pudo huir porque era sobrina del ex teniente de alcalde de Pekín Sun Fuling y nieta de Sun Yueqi, asesor político y amigo del entonces presidente Jiang Zemin.

Para muchos, el caso marcó el "inicio de la impunidad", la sensación de que las familias en el poder de China podían cometer cualquier delito y aun así serían protegidas por un sistema judicial que también controlaban.

Un suceso parejo ocurrido el pasado abril en la Universidad de Fudan, la mejor de Shanghái, ha ayudado a recuperar la memoria de Zhu: en este último caso, un estudiante de Medicina llamado Huang Yang murió envenenado por su compañero de habitación, que lo envidiaba por haber sido admitido a los cursos de doctorado.

El asesino fue arrestado -alegó que se había tratado de "una broma", ya que lo cometió el 1 de abril, equivalente anglosajón al Día de los Inocentes- y millones de chinos siguieron apasionados el caso de Huang, procedente de una familia muy humilde.

El caso de Huang devolvió la memoria del de Zhu con millones de peticiones de reapertura, hasta el punto de que incluso "Diario del Pueblo", voz del Partido Comunista, se unía a las peticiones.

"Zhu Ling tiene 40 años ahora, está completamente paralizada ¿Qué ocurrió exactamente hace 19 años, quién estaba detrás de su envenenamiento?", señaló un comentario en el diario.

Hay quien analiza que los casos, si bien aislados, son una muestra de los problemas sociológicos de una sociedad de hijos únicos, "niños mimados" en una China muy competitiva, en la que el éxito ajeno es envidiado y algunos piensan que se pueden tomar atajos para frustrarlo.

Algunos observadores consideran por otro lado que las llamadas a resucitar el caso no sólo tienen que ver con la aparición de uno similar en 2013, sino también con el relevo de poder en China y la llegada de unos líderes sobre los que el ex presidente Jiang (86 años) podría tener menor influencia.

Aunque el optimismo se podría ver truncado por el hecho de que el pasado 3 de mayo (Día Internacional de la Libertad de Prensa) la censura china empezó a borrar en redes sociales y blogs muchos comentarios sobre el caso de Zhu Ling.

Ese mismo día, búsquedas de palabras como "Zhu Ling" o "talio" ya no podían usarse en los buscadores del país, una muestra de que, aunque la sociedad china cada vez pide más justicia y respuestas a casos como éste, el avance no será siempre fácil.

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