China, India, Europa y Estados Unidos pendientes de Sirisena en Sri Lanka

  • La elección de Maithripala Sirisena como presidente de Sri Lanka despierta expectación en India, Europa y Estados Unidos y dudas en China, que el viernes perdió a un importante aliado, el anterior gobernante Mahinda Rajapaksa, en un estratégico país para su comercio.

José Luis Paniagua

Colombo, 10 ene.- La elección de Maithripala Sirisena como presidente de Sri Lanka despierta expectación en India, Europa y Estados Unidos y dudas en China, que el viernes perdió a un importante aliado, el anterior gobernante Mahinda Rajapaksa, en un estratégico país para su comercio.

Rodeado de cientos de personas y en un entorno ceremonial como el de la Plaza de la Independencia en Colombo, Sirisena se convirtió ayer en el séptimo presidente desde la aprobación de la Constitución de 1978, poniendo fin a una década de controvertido gobierno de Rajapaksa.

"Transformaré la política exterior en una política exterior refinada y mantendremos relaciones cercanas con todos los países y organizaciones internacionales para proteger al pueblo y los intereses" de Sri Lanka, afirmó en ese acto.

Tanto el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, como el primer ministro indio, Narendra Modi, se apresuraron a felicitar a Sirisena apenas se confirmó su triunfo.

Se mire a donde se mire en Colombo, desde el puerto hasta el edificio de comunicaciones que se eleva por encima de la ciudad mientras termina de ser construido, la mano de China está en todas partes.

Rajapaksa vio en el crédito chino una fuente inagotable de recursos para invertir en infraestructuras en un país situado a apenas unas millas náuticas de la denominada Ruta de la Seda marítima, creada imaginariamente por China como canal estratégico para el transporte de recursos energéticos y el comercio.

Analistas consultados por Efe consideran que el nuevo presidente afianzará las relaciones con India -siempre en tensión con China- y Occidente, pero no romperá los lazos con el gigante asiático.

"La percepción era que Rajapaksa era muy cercano a China, ahora con Sirisena China e India equilibrarán su peso en la agenda política de Sri Lanka", indicó el director del Centro de Alternativas Políticas (CPA), Paikiasothy Saravanamuttu, quien agregó que "la política exterior sobre todo será más equilibrada".

En los mismos términos, el profesor de derecho constitucional de la Universidad de Colombo Rohan Edrisinha cree que el cambio de Gobierno supondrá una mejora en las relaciones con India y con Occidente, pero no una ruptura con China.

"Quienes acompañan a Sirisena son políticos extremadamente prácticos, no van a borrar la política que existe con China", consideró.

Durante años los países europeos, Estados Unidos y la propia ONU presionaron al Gobierno de Rajapaksa para que abriera una investigación real sobre las violaciones de los derechos humanos durante la campaña que acabó con el conflicto contra la guerrilla tamil en 2009.

Esa ofensiva, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas, dejó al menos 40.000 civiles muertos.

Las críticas de los países occidentales fueron rechazadas por Rajapaksa, que se cerró a la posibilidad de buscar y condenar a los culpables y mucho menos entregarlos a una corte internacional.

"Siento que este Gobierno pueda tener mas ganas de buscar una investigación sobre los últimos años del conflicto", indicó Edrishina, al considerar que, si Sirisena hace las reformas que ha prometido para garantizar la transparencia y la democracia, la presión internacional en este punto también puede atenuarse.

"La comunidad internacional va a dar una oportunidad a este gobierno y no va a presionar tanto si hace las reformas de fondo que ha prometido", agregó.

Estos cambios tienen que ver con la suspensión de algunas enmiendas constitucionales como la que otorga poderes extraordinarios al presidente bajo la Presidencia Ejecutivo, figura que Sirisena ha prometido abolir.

También el restablecimiento de la autonomía de la Policía, el poder electoral y judicial, en los que Rajapaksa fue interfiriendo durante los últimos años de un Gobierno que comenzó en 2005.

Para Edrishina, el voto en las elecciones del jueves, que dieron el triunfo a Sirisena con medio millón de sufragios de ventaja, da un mensaje claro al presidente.

"El voto que tuvo fue para el cambio, la gente voto para salir de Rajapaksa, por la arrogancia del poder", dijo.

No obstante, queda la duda de si será capaz de sacar adelante una nueva forma de hacer política, sobre todo teniendo en cuenta la heterogeneidad de la alianza que le apoyó y que en el primer semestre de este año habrá elecciones parlamentarias.

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