China juzga a la "voz moderada" de los uigures en medio de tensiones

  • China inició hoy el juicio contra el académico uigur Ilham Tohti, uno de los casos políticos más importantes de este año cuyo desenlace, según alertan organizaciones y activistas, puede agravar la tensión entre etnias en el país asiático, donde ya se ha elevado la violencia.

Tamara Gil

Pekín, 17 sep.- China inició hoy el juicio contra el académico uigur Ilham Tohti, uno de los casos políticos más importantes de este año cuyo desenlace, según alertan organizaciones y activistas, puede agravar la tensión entre etnias en el país asiático, donde ya se ha elevado la violencia.

Bajo medidas de extrema seguridad, el Tribunal Popular Intermedio de Urumqi, la capital de la región noroccidental de Xinjiang, comenzó hoy el proceso contra Tohti, acusado de liderar un grupo separatista de ocho personas, que serán procesadas por una corte distinta en un caso aparte.

Vestido con ropa de calle y sin esposas, el académico, que lleva años impartiendo clases en la Universidad Minzu de Pekín -especializada en minorías-, se declaró inocente de los cargos de los que se le acusa, que le pueden llevar a pasar diez años encerrado en una cárcel de Xinjiang o, incluso, a ser condenado a la pena capital.

Su mujer, Guzailai Nu'er, pudo hoy presenciar el juicio junto a otros tres familiares y ver a su esposo tras siete meses, desde que Tohti fue arrestado en enero por la Policía mientras ambos estaban en su casa en Pekín.

De forma previa, la mujer manifestó a Efe sentirse "preocupada" por la salud de Tohti, después de que los abogados alertaran del maltrato psicológico y físico que ha recibido en la cárcel este tiempo, con periodos sin comida y esposado de pies durante más de un mes por una supuesta disputa entre compañeros de celda que el intelectual desmintió.

Uno de sus letrados, Liu Xiaoyuan, comentó hoy a Efe desde Urumqi que iba a ser "un proceso complicado" que durará varios días, y denunció algunas irregularidades, como que el docente esté siendo juzgado en Xinjiang, cuando es la Policía de Pekín la que le acusó y es en la capital donde tiene el permiso de residencia.

"Es un juicio totalmente injusto y político", opinó al respecto el reconocido abogado Teng Biao y amigo del acusado, quien auguró que el Gobierno castigará a Tohti "con una pena muy dura".

Ante esa posibilidad, diplomáticos de nueve países europeos y americanos se desplazaron hoy hasta Urumqi y trataron de presenciar el juicio para mostrar su apoyo, sin éxito.

"Estamos aquí porque nos preocupa la sentencia que dicten contra Tohti, que siempre ha manifestado sus críticas de manera moderada y cumpliendo con las leyes chinas", señaló a Efe Raphael Droszewski, miembro de la delegación de la Unión Europea en Pekín, quien pidió la liberación del intelectual.

Para la comunidad de activistas y organizaciones de derechos humanos, Pekín está utilizando el caso de Tohti, una de las únicas voces defensoras de los uigures en China, "para dar ejemplo" tras el aumento de los enfrentamientos étnicos y la sucesión de atentados atribuidos por Pekín a grupos de esta etnia, que profesan la fe musulmana.

"El resultado (del juicio) a largo plazo es grave. El Gobierno lo está utilizando para lanzar un mensaje y advertir sobre las críticas a la gestión del Ejecutivo en Xinjiang", manifestó a Efe Renee Xia, directora internacional de Chinese Human Rights Defenders.

En opinión de Xia, "encarcelar a un erudito que se dedica a promover el entendimiento entre etnias y la solución pacífica a los conflictos sólo llevará a que se profundice la tensión étnica".

"Con ello, junto a la represión a gran escala -con penas de muerte y largas sentencias para uigures acusados de terrorismo o separatismo-, el Gobierno está minimizando cualquier posibilidad de encontrar una solución pacífica", aseguró.

Tan sólo este verano, Xinjiang ha sido escenario de múltiples enfrentamientos entre chinos de etnia uigur y fuerzas de seguridad, que han resultado en la muerte de cientos de personas.

En los últimos años, la violencia se ha traducido en graves atentados, como en mayo, cuando varios coches irrumpieron en un mercado abarrotado en Urumqi y causaron la muerte de 39 personas.

Pekín atribuye todos los incidentes al terrorismo, y ha comenzado a imponer medidas más restrictivas en la región, algunas de ellas muy polémicas y condenadas por los uigures desde el exilio, como prohibir utilizar los autobuses a las mujeres cubiertas con velo o a los hombres con barba abundante.

Desde EEUU, la hija de Tohti, Jewher Ilham, que fue separada de su padre cuando ambos iban a coger un vuelo a ese país el año pasado -al que sólo ella consiguió subir-, mostraba su desesperación en una carta publicada de manera previa al juicio y en la que consideraba la acusación contra su padre "ridícula", dado que su progenitor nunca abogó por el separatismo.

"Si de algo es culpable, es de hablar de verdades incómodas", señalaba hoy en Twitter la hija, a cuya misiva contestó el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hong Lei, en la habitual línea dura del Gobierno.

"Ninguna carta, sin importar quién la escriba, afectará" al proceso, sentenció.

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