China lanza inspecciones en busca de abusos en la política del hijo único

  • El Gobierno chino anunció hoy el envío de equipos de inspectores a diversas zonas del país para comprobar los métodos de aplicación de la "política del hijo único", a raíz del escándalo causado después de que una mujer embarazada de 7 meses fuera forzada a abortar en aplicación de la controvertida norma.

Pekín, 29 jun.- El Gobierno chino anunció hoy el envío de equipos de inspectores a diversas zonas del país para comprobar los métodos de aplicación de la "política del hijo único", a raíz del escándalo causado después de que una mujer embarazada de 7 meses fuera forzada a abortar en aplicación de la controvertida norma.

Diez equipos de inspección viajarán a 19 de las 30 divisiones administrativas del país con esta misión, anunció hoy un comunicado de la Comisión Nacional de Población y Planificación Familiar, encargada de la aplicación de esta política desde su instauración a finales de la década de 1970.

Según el diario oficial "China Daily", la medida está directamente relacionada con el escándalo ocurrido este mes en la provincia noroccidental china de Shaanxi, donde una mujer denunció que fue obligada a abortar -una medida que según Pekín es ilegal- al no poder pagar la multa de 40.000 yuanes (unos 5.000 dólares) que se le había impuesto por querer tener un segundo hijo.

Las inspecciones "buscan garantizar una aplicación legal de la política y corregir algunos problemas ocurridos cuando oficiales de base (en alusión a líderes locales o provinciales) la ponen en práctica", señaló la comisión estatal.

El caso actual se dio a conocer cuando el marido de la mujer obligada a abortar, llamada Feng Jianmei, publicó en su microblog una foto de ella tendida en la cama junto al feto sin vida, una dura imagen que se extendió como la pólvora en las redes sociales y aumentó las críticas de la sociedad china a la política del hijo único.

Se produce, además, en un año en el que volviera a las portadas de los medios, a raíz de su huida y posterior refugio en EEUU, el disidente chino Chen Guangcheng, quien denunció la pasada década abortos y esterilizaciones forzosas en el este de China también por una aplicación extrema de la política del hijo único.

El Gobierno chino defiende la controvertida política argumentando que, si no se hubiera aplicado, actualmente el país acusaría mayores problemas de superpoblación, pues tendría 1.700 millones de habitantes, en lugar de los 1.300 millones actuales.

También ha contribuido a la mejora de la renta per cápita, la extensión de la educación, la esperanza de la vida o la disminución de la pobreza, según Pekín, pero ha tenido igualmente efectos negativos para el país, como el envejecimiento poblacional, los abortos selectivos y los abandonos de niñas por familias que prefieren tener un hijo varón.

Se espera que el país llegue a su pico de población en unas dos décadas, y que antes de esto se vea superado por la India, sin medidas de control demográfico tan drásticas, como el país más poblado del mundo.

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