China, lista para impulsar su rol en proceso de reconstrucción de Afganistán

  • China se mostró hoy dispuesta a impulsar su papel en el proceso de reconstrucción de Afganistán con una fórmula basada, en principio, en el apoyo al Gobierno de unidad nacional en la lucha antiterrorista y en vigorizar la economía del país.

Paloma Almoguera

Pekín, 31 oct.- China se mostró hoy dispuesta a impulsar su papel en el proceso de reconstrucción de Afganistán con una fórmula basada, en principio, en el apoyo al Gobierno de unidad nacional en la lucha antiterrorista y en vigorizar la economía del país.

"China ha sido y será parte del proceso de paz (afgano) a través de múltiples vías", dijo hoy el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, durante una rueda de prensa en Pekín junto a su homólogo afgano, Zarar Ahmad Osmani, con motivo de la IV cumbre del Proceso Ministerial de Estambul.

Creado en 2011 para ampliar la cooperación entre Afganistán y sus vecinos, el objetivo primordial de la iniciativa, recordó Wang, es la lucha antiterrorista, algo que aseguró ser "una responsabilidad ineludible, no solo de China, sino de toda la región y de la comunidad internacional".

El ministro de Exteriores chino destacó que los participantes en la cumbre identificaron hoy 64 programas de "prioridad" para ayudar a Afganistán a desarrollarse y fortalecer su gobierno.

Instó también a todos los presentes (más de 40 representantes de rango ministerial) a que se involucren en las iniciativas y provean a Afganistán de ayuda financiera, infraestructura y tecnología para robustecer su economía.

Además, urgió al movimiento talibán y a otras facciones políticas a "dejar atrás el pasado y formar parte del proceso de reconciliación", en la misma línea que hizo hoy el presidente afgano, Ashraf Gani, durante su discurso de apertura de la cumbre.

De visita de Estado en Pekín desde el martes, Gani invitó a la oposición política del país, "particularmente a los talibanes", a unirse al proceso de diálogo y reconciliación.

"La paz es nuestra prioridad máxima", subrayó.

En la que supone la primera vez que China (uno de sus 15 miembros) acoge una cumbre del Proceso de Estambul, esta se celebra en un momento esencial: apenas un mes después de formarse el Gobierno de unidad nacional afgano y dos antes de la retirada de las tropas de la OTAN del país.

Gani está al frente del Gobierno de unidad nacional tras ser proclamado vencedor de los comicios de finales de septiembre, denunciados como un "fraude a escala industrial" por el líder de la resistencia antitalibán, Abdulá Abdulá, nombrado después jefe del Gobierno para conciliar los ánimos.

El mandatario aseguró hoy que Afganistán "asumirá la única responsabilidad de preservar la seguridad del país", algo que secundó después el ministro de Exteriores en la rueda de prensa, si bien se presume que Estados Unidos mantendrá a unos 9.800 soldados en territorio afgano hasta finales de 2016.

Aunque agradeció a las fuerzas de la OTAN y, en particular, al presidente de EEUU, Barack Obama, su "sacrificio" por Afganistán, Gani enfatizó que "no pedimos caridad a la comunidad internacional".

"Haremos lo que sea necesario para poner nuestra casa en orden, pero agradecemos al presidente (chino) Xi (Jinping) y al primer ministro Li (Keqiang) su compromiso con ayudar en Afganistán", añadió.

Durante un encuentro con Gani, Xi anunció el martes que China aportará 300 millones de dólares en asistencia a la reconstrucción de Afganistán hasta 2017.

Además de los intereses de China en el país (Xi mencionó el martes su voluntad de impulsar el proyecto petrolero en la cuenca Amu Darya, que podría contener más de 80 millones de barriles de crudo), un motivo fundamental para la mayor implicación de Pekín radica, para muchos analistas, en el miedo a que la violencia afgana se extienda a su territorio.

Con 75 kilómetros de frontera común con Afganistán, Pekín intenta frenar por todos los medios que el extremismo se contagie en la colindante región china de Xinjiang, donde ya se registran fuertes tensiones entre la población minoritaria uigur, que profesa la religión musulmana, y la mayoritaria han.

La violencia, que Pekín define como ataques terroristas de grupos separatistas influenciados por yihadistas extranjeros y que organizaciones uigures en el exterior achacan a la discriminación que sufren por parte del régimen chino, ya ha dejado este año más de dos centenares de muertos en el país asiático.

Por esa y otras razones, China parece estar más motivada a participar a su modo en Afganistán, según llegaba a reconocer el jueves en una conferencia telefónica a los medios de comunicación un portavoz del Departamento de Estado de EEUU que prefirió no identificarse.

"La forma de comprometerse de China en Afganistán ha cambiado en los últimos años de modo significativo, y, según nuestro punto de vista, en la dirección positiva", aseguraba.

En representación de EEUU, de salida en Afganistán y con la mirada puesta en su independencia energética, acudió a la cumbre John Podestá, consejero del presidente Obama.

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