Cientos de personas huyen de una ciudad del sur de Australia por el avance de las llamas

  • Sídney (Australia).- Cientos de personas abandonaron hoy sus hogares en la ciudad de Port Lincoln, al sur de Australia, después de que los bomberos perdieran el control del incendio declarado hace días en las proximidades, indicaron fuentes oficiales.

Sídney (Australia).- Cientos de personas abandonaron hoy sus hogares en la ciudad de Port Lincoln, al sur de Australia, después de que los bomberos perdieran el control del incendio declarado hace días en las proximidades, indicaron fuentes oficiales.

El incendio que amenaza Port Lincoln, localidad de unos 13.000 habitantes y situada en la Península de Eyre, ha destruido al menos cinco casas y otros edificios, incluido el que alojaba la sede del Centro de los Servicios de Emergencia.

Según el Servicio de Extinción de Incendios, las autoridades del estado han reforzado el despliegue de bomberos, camiones cisternas y helicópteros, para intentar contener las llamas, que se encuentran a menos de dos kilómetros de Port Lincoln.

De acuerdo a testigos y oficiales del Servicio de Extinción de Incendios citados por la cadena de televisión ABC, los residentes de Port Lincoln "huyen para salvar la vida" en sus coches o a pie.

Las autoridades han recomendado a la población por medio de un aviso emitido por los canales de radio y televisión, que busque refugio en estructuras solidas y se abstenga de salir a la calle.

El incendio ha destruido hasta el momento cerca de 500 hectáreas de monte bajo y pastos para el ganado, según el balance oficial.

En enero de 2005, nueve personas murieron, 93 casas y 77.000 hectáreas de cultivos quedaron destruidas a causa de un incendio declarado en la zona de Wangari, a escasa distancia de Port Lincoln.

Otro incendio, este en la región de Ninga Ninga, también al sur de Australia ha arrasado cerca de 1.500 hectáreas de bosque y de pastos.

En los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur, al este del país, continúan activos unos 80 incendios.

Las autoridades de Australia pusieron en funcionamiento un nuevo sistema nacional de alarma contra incendios tras el trágico "Sábado Negro" del pasado 7 de febrero, cuando varios incendios causaron 173 muertos, arrasaron pueblos enteros y calcinaron casi medio millón de hectáreas.

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