Ambiente revuelto en el Centro de Investigaciones Sociológicas. Su presidente, José Félix Tezanos, ha decidido regularizar la situación de los encuestadores tras décadas y el cambio, según denuncian los afectados, va a provocar una reducción de salario en bloque y una pérdida de determinados derechos laborales, según denuncian. Algunos, incluso, van a tener que dejar de trabajar por no tener la titulación que se les va a exigir a partir del próximo 1 de agosto para seguir realizando barómetros. La plantilla se rebela y está peleando por inentar conseguir unas mejores condiciones.
El próximo 31 de agosto, los 150 encuestadores del CIS dejan de pertenecer laboralmente al organismo dependiente del Ministerio de Presidencia para quedar enrolados en Tragsa, a través de su filial Tragsatec. El CIS ha suscrito un convenio de larga duración con la empresa pública dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que ya se está encargando del proceso de selección para cubrir los puestos de trabajo necesarios. El problema es que sus condiciones contractuales cambian y ya han expresado al propio Tezanos y a su equipo directivo que no están de acuerdo con la modificación.
Según explican, el nuevo contrato de los encuestadores del CIS tendrá una duración de 99 horas al mes repartidas en tres semanas de trabajo. 33 horas a la semana, en definitiva, por las que percibirán un salario base de 920 euros y un complemento variable que podrá alcanzar un máximo del 30%. Es decir, el sueldo máximo podría llegar a los 1.200 euros brutos. Una fuente oficial del CIS justifica este salario afirmando que los encuestadores van a ser trabajadores de Tragsa y que "la jornada para la realización productiva de encuestas va a ser de 5 horas y media, por ello el importe de 920 euros va acorde con ese horario". "Puede producirse una ampliación voluntaria de un 30% adicional, irá en función del volumen de estudios que haya que realizar", añade.
Los afectados denuncian que las nuevas condiciones laborales que les ofrecen suponen para ellos una devaluación salarial y que algunos de ellos no van a poder llegar a fin de mes o van a tener que buscarse otro empleo para complear su salario. Actualmente, los encuestadores cobran por encuesta. Por cada entrevista se está abonando 12,06 euros (antes del Covid, cuando los trabajos de campo eran presenciales se pagaban a 17,50 euros). Esa cifra asciende a los 20,40 euros cuando se trata de un "cierre de cuota", el tramo limitado para el último 25% de las entrevistas de un estudio determinado. De esta forma, algunos encuestadores podían alcanzar los 2.000 euros mensuales, relatan. Con las nuevas condiciones sería imposible.
Los trabajadores también han hecho ver a la dirección del CIS que con el cambio de empresa perderán toda la antigüedad que han ido acumulando durante estos años. Algunos llevan más de dos décadas realizando sondeos para el organismo oficial. A partir de ahora, siempre según las condiciones de Tragsatec, firmarán contratos anuales.
Otro problema al que se enfrentan diferentes encuestadores es que para ser contratado por Tragsatec se está exigiendo una titulación media. En concreto, Bachillerato. Algunos no cumplen con este requisito. Tezanos, aseguran, "nos prometió que se iba a tener en cuenta la trayectoria de todos y no es así". De hecho, a la hora de cumplimentar el cuestionario para acceder a los empleos ya se descartaba de primeras a los interesados sin Bachiller Superior o equivalente. Recuerdan que la dirección del CIS les prometió estabilidad laboral o, incluso, un concurso de méritos para afianzar sus puestos de trabajo.
Desde el CIS, una fuente oficial, explica que, "en la Administración, las retribuciones se perciben de acuerdo con el convenio colectivo de aplicación que toma de referencia el nivel formativo de los trabajadores. En este sentido, la única posibilidad para poder establecer una retribución superior a 700 euros y que a la institución le pareciese justa era tener el título de Bachillerato. Se entiende, además, que se trata de una tarea que requiere ciertos conocimientos y de ahí que se pida el título de Bachillerato".
Es importante destacar que el CIS ha incrementado notablemente la carga de trabajo desde la llegada del PSOE al Gobierno, realizando, por ejemplo, un barómetro nacional mensual y poniendo en práctica los sondeos "flash" coincidiendo con las diferentes convocatorias electorales. Este cambio ha acarreado unos costes superiores para el centro, algo que debería tener su reflejo en los próximos Presupuestos Generales del Estado. En las cuentas públicas en vigor, el Gobierno incremento en un 13,2% la partida, que alcanza los 9,1 millones de euros. El CIS, por cierto, ha contratado un sistema propio de entrevistas, el llamado CATI, y está desarrollando una nueva página web.
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