Cisma del BdE en el caso Bankia: "Poned una cosa que no comprometa mucho"

José Antonio Casaus Banco de España
José Antonio Casaus Banco de España
Fernando Villar / EFE

Era una de las declaraciones más esperadas en el procedimiento y no defraudó. El inspector del Banco de España crítico con la salida a bolsa de Bankia, José Antonio Casaus, desgranó como testigo durante más de siete horas en el juicio que acoge la Audiencia Nacional no solo los pormenores de los famosos correos en los que advertía de la inviabilidad del Grupo sino otros aspectos hasta ahora no tan conocidos como la influencia que ejerció su superior en la redacción de los informes de seguimiento del plan de integración. "Poned una cosa que no comprometa mucho", le dijo el entonces director de supervisión del Banco de España, Pedro Comín, para evitar reflejar la falta de saneamientos que en realidad existía en la entidad y que el experto cifró entre 8.000 y 10.000 millones de euros. Una declaración clave a la que está por ver si se suma la de la jefa del FMI, Christine Lagarde, ya que el fondo quiere evitar que testifique por videoconferencia y su respuesta se limite a un cuestionario.

Su testifical ha puesto de manifiesto que la crisis que existía entonces en Bankia alcanzó hasta el mismo supervisor, gobernando en esos momentos por Miguel Ángel Fernández Ordóñez. De esta forma, Casaus reveló cómo en marzo de 2011 el equipo que hacía el seguimiento del plan de integración de las siete cajas del que nació BFA-Bankia ya advertía acerca de serias dudas de viabilidad. Sin embargo, lejos de plasmar ese extremo en su dictamen trimestral, suavizaron el veredicto hasta apuntar que gracias a los saneamientos registrados en los últimos ejercicios se podrían afrontar deterioros por otros tres años; pero nada más lejos de la realidad: 14 meses después, la entidad recibió su primera inyección de 19.000 millones de euros.

"Fue nuestro gran error", reconoció Casaus tras entonar el 'mea culpa' por incluir esa modificación en contra de lo que pensaban y por la falta de "coraje" que le faltó entonces para no ceder a lo que calificó como "sugerencia" de Comín, el cual está citado a declarar como testigo los próximos días 23 y 24 de este mes. Con todo, aunque intentó restar importancia a las discrepancias asegurando que nunca tuvo ninguna duda "de la buena intención y la profesionalidad" del Banco de España, de su extenso relato quedó patente las tensiones latentes en el seno del supervisor los meses previos a la salida a bolsa de Bankia.

Desde el mismo momento en que se incorpora al grupo de seguimiento de Caja Madrid, advirtió ya que la entidad madrileña tenía un "perfil de riesgo de alto". "Si las cajas hubieran hecho todos los saneamientos que pensábamos que le faltaban hubieran entrado en pérdidas", expuso en el arranque del intenso interrogatorio al que le sometió la Fiscalía Anticorrupción. Pese a los repetidos requerimientos de la presidenta del tribunal, la magistrada Ángela Murillo, acerca de que estaba preguntando a un testigo y no a un perito, la fiscal Carmen Laúna logró sacar al inspector que, efectivamente, existía una "sensación bastante clara de que faltaban saneamientos".

Ya cerrando el año 2010, los inspectores del supervisor se encontraron con una "sorpresa". Se refirió Casaus a la reunión en la sede de PwC a la que fueron convocados y donde les trasladaron las conclusiones del informe elaborado por la firma que ampliaba el rango de ajuste inicial recogido en el plan de integración hasta 11.500 millones de euros. Sobre este documento, incorporado a la causa al arranque del juicio y crucial para Anticorrupción ya que pretende demostrar que las cajas ocultaron su verdadera situación con la integración, el testigo aseguró que se trató de un "ropaje técnico" auspiciado por los entonces gestores a sabiendas de que o saneaban el patrimonio de Bankia o "se iban al garete". "No perdí mucho tiempo en analizar los numeritos que había ahí. Se seguía quedando corto", añadió.

"Estaba en un punto de no retorno. Sin aire"

De hecho, casi la totalidad de su testifical -que se reanuda de nuevo este miércoles- estuvo centrada en exponer una y otra vez que el sentir general era "siempre" que faltaban saneamientos aunque trazó una clara línea entre BFA y Bankia asegurando que si el grupo "reventó" es porque la matriz era "inviable". Es más, el inspector del Banco de España aseguró que si hubieran sido dos bancos separados BFA hubiera sido intervenido y Bankia no. Conclusiones que plasmó en los famosos correos que envió a sus superiores en abril y mayo de ese año, previo debut bursátil de la entidad, y que implicaron la imputación de la cúpula del BdE y de la CNMV en la causa, aunque finalmente evitaron el banquillo.

Como era de esperar, el contenido de estos mails -de los que llegó a decir en instrucción que fueron como lanzados al ciberespacio- fue uno de los asuntos claves para la fiscal Laúna. Sobre estos, el inspector ratificó lo expuesto en anteriores declaraciones y aseguró que simplemente planteaban una tesis sencilla: el problema no se iba a solucionar con la salida a bolsa. De hecho, esta maniobra-auspiciada a juicio de Rato por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- implicaría captar 3.000 millones de euros, lo que equivale a "un chute, una bombona de oxígeno", pero la realidad es que se estaba en "un punto de no retorno" puesto que la cúpula de entonces se negaba a acceder a una intervención del FROB ya que esta llevaría aparejado un cambio de gestores de la entidad que no estaban dispuestos a asumir.

De hecho, relató como los días 6 y 7 de mayo se reunieron altos cargos del supervisor con Rato y con el exconsejero delegado Francisco Verdú Pons, respectivamente. En el primer encuentro, siempre según su versión, le comunicaron "sin miedo" al entonces presidente del banco la verdadera situación de insolvencia de la entidad y la respuesta por parte del exvicepresidente económico del Gobierno fue que "estaba de acuerdo".  Sin embargo los encuentros no solo se limitaron a la cúpula de Bankia; Casaus también ha reconocido que se reunió con el socio externo de Deloitte Francisco Celma poco antes de que la entidad presentara a la CNMV los estados anuales de 2011 sin auditor. Como ya avanzó el propio auditor en sede judicial, en dicho encuentro le trasladó al supervisor su angustia debido a que le faltaba documentación clave para dar el visto bueno a los estados y su preocupación por la "incertidumbre" que generaba la aprobación del segundo decreto de Guindos.

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