CiU y PNV se despistan y apoyan la ley de financiación autonómica

La votación sobre la ley de financiación autonómica pasará a los anales de la historia. Si bien hace poco más de un mes, en su primera votación en el Congreso, la LOFCA salía adelante por los pelos -por tan sólo un voto-, hoy ha sido aprobada por una amplia mayoría que no se esperaba. ¿Los culpables? Los diputados de CiU y PNV, que se han equivocado en la votación y han apoyado el texto, con los únicos votos en contra del PP y UPN.

La votación del texto con carácter orgánico tuvo que repetirse por una consecución de errores y la norma pasó de obtener 180 a 192 votos a favor (la mayoría absoluta está en 176). Por fallar, fallaron hasta los ascensores, que dejaron fuera del Pleno a varios diputados del PP. Pero la polémica surgió cuando  el presidente del Congreso, José Bono, recordó a sus señorías que tras la primera votación, habían quedado algunas enmiendas sin votar. Fue entonces cuando la portavoz del PP, Soraya Sáez de Santamaría, recordó que la Constitución exige que toda ley orgánica -como es el caso de la LOFCA- debe ser votada en su conjunto. Pese a las quejas de los socialistas, Bono ha decidido repetir la votación y entonces es cuando los diputados de CiU y PNV se han equivocado.

El error es grave sobre todo en el caso de los nacionalistas catalanes, que ha sido uno de los grupos parlamentarios que más duras críticas ha presentado a la reforma de la ley de financiación autonómica porque es contraria al Estatut. De hecho, en su intervención de hoy el portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, ha expresado la oposición "frontal" de su grupo a los dos proyectos de ley que lo regulan.

Fuentes de CiU señalaron que Sánchez Llibre se equivocó porque consideraba que se estaba votando otro punto. El PNV tenía previsto abstenerse ya que la LOFCA no afecta al modelo de concierto económico vigente en el País Vasco.

Adelanto del voto por Zapatero

Muchos diputados se podrían haber despistado también porque hoy se ha cambiado el habitual procedimiento de votaciones . Normalmente, éstas se realizan al final del Pleno, pero como el presidente del Gobierno tenía que marcharse antes para acudir a la Cumbre de Copenhague, José Bono anunció ayer que la votación de la LOFCA se haría a primera hora de la mañana.

El error de CiU y PNV ha sido muy comentado en los pasillos del Congreso y entre los periodistas se bromea que también ha influido entre sus señorías la cena de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, que se celebró ayer y que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

"Es el mejor regalo por Navidad"

No ha tardado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en agradecer "el regalo de Navidad"a CiU y, a la salida del pleno, le decía sonriente a una diputada de este grupo: "El favor ha sido inmenso".

Para el secretario general del grupo socialista, Eduardo Madina, lo de hoy ha sido "la cosa más divertida de toda la legislatura". "A quien madruga Dios le ayuda", repetía el presidente del Congreso, mientras la mayor parte de los diputados abandonaban el hemiciclo para dar paso al siguiente debate.La anécdota de los ascensores

Poco después de las diez de la mañana, los diputados presentes en el hemiciclo y también los ausentes eran llamados para votar. Diez minutos más tarde, como es habitual, se cerraron las puertas del hemiciclo para que nadie pudiera entrar ni salir durante la votación. Pero un grupo de diputados del PP y de CiU corrían por los pasillos cuando el habitual timbre de llamada a votar se acababa debido a que habían tenido problemas con un ascensor de uno de los edificios del Congreso. Aunque en teoría, los diputados deberían haberse quedado fuera, al final el presidente del Congreso ha sido condescendiente y les ha dejado pasar, aplicando una excepción pocas veces vista.

De esta condescendencia se ha beneficiado también un parlamentario del PSOE, que igualmente llegaba tarde debido a una avería en la línea de metro en la que se trasladaba al Congreso. Ya con todos dentro, se ha procedido a la votación del nuevo sistema de financiación, respaldado por 180 votos a favor, 150 en contra y siete abstenciones.

Pero Bono ha advertido entonces de que el resto de enmiendas del Senado sobre las que también había que pronunciarse no estaban incluidas en el cuaderno de votaciones. "Al mejor escribano se le escapa un borrón", ha dicho Bono tirando de refranero popular para justificar este error. Y entonces se ha complicado todo y se ha producido una votación que nada tiene que ver con la que debería haberse producido.