Claves para entender el debate de la despedida de Zapatero

  • No ha habido un claro ganador ni tampoco grandes anuncios salvo una nueva medida para ayudar a las familias que no puedan pagar la hipoteca. Zapatero se ha limitado a defender sus reformas en un debate más agresivo que los anteriores en el que Rajoy ha presentado pocas alternativas (tres proyectos de ley ya redactados), sólo ha pedido una vez más adelantar las elecciones. El Movimiento 15M ha estado muy presente en el Congreso gracias al resto de portavoces.
El debate, salpicado de murmullos, aplausos y aspavientos
El debate, salpicado de murmullos, aplausos y aspavientos
Beatriz Toribio / Creu Ibáñez

Era el último debate entre Zapatero y Rajoy. Era la oportunidad de ambos de dar respuesta –consensuada o no–  a la crisis y las inquietudes de los ciudadanos. Pero ha sido más de lo mismo, aunque con más agresividad y sin apenas contenido.

1. Un cara a cara descafeinado y muy agresivo. Los dos principales líderes del país dedicaron el sexto y último debate de esta legislatura para echarse los trastos a la cabeza y ahondar en sus críticas habituales.

Uno, Rajoy, no ha presentado ninguna alternativa a las reformas del Gobierno pese a que todo apunta a que será el próximo inquilino de La Moncloa. En unas de las réplicas a Zapatero, el dirigente popular, tras la acusación de no llevar propuesta, enseñó en la tribuna tres cuadernillos azules con proyectos para una ley de emprendedores, otra para el techo de gasto y una tercera relativa al buen gobierno.

Una vez más el líder de la oposición sólo se limitó a pedir de nuevo elecciones y ensañarse con su rival: "Le he visto de los nervios y le entiendo" porque "es difícil presentarse así con un balance como el suyo", ha señalado.

Otro, Zapatero, se ha lanzado a un ataque sin frenos, con un tono más duro del habitual y reiterando que el PP no arrima el hombro en esta crisis. "Ha gastado casi 40 minutos en decir que quiere elecciones cuando le bastaba un solo minuto", ha dicho.

2. Nuevas medidas. Las únicas iniciativas novedosas las lanzó el presidente del Gobierno en su primera intervención, cuando anunció "nuevas medidas de protección para ayudar a aquellas personas que no puedan pagar la hipoteca" pero no la concretó hasta el turno de réplica a Josep Antoni Duran i Lleida, el portavoz de CiU. Estas nuevas medidas consistirán en que se elevará a 961 el dinero que no podrán embargar con la hipoteca.

El presidente del Gobierno también ha anunciado una nueva regla de techo de gasto para las autonomías con el objetivo de limitar su gasto; una nueva línea ICO para que los ayuntamientos puedan pagar a los proveedores e iniciativas para favorecer a las pymes.

3. Un discurso a la defensiva. Pero a lo que dedicó Zapatero la mayor parte de su discurso fue a defender sus reformas y la gestión de su Gobierno. 'Hemos hecho lo que teníamos que hacer' vino a decir el líder del PSOE, que en todo momento no abandonó su tono defensivo ni el tono de despedida, como si ésta fuera la última oportunidad para poner de relieve su trabajo.

"Comprendo la impaciencia por ver el final del túnel. La comprendo porque siento esa impaciencia todos y cada uno de los días. Pero esa impaciencia no me ha llevado nunca a dudar del rumbo elegido".

El presidente apostó por agotar la legislatura para finalizar este proceso de reformas y poner en marcha las nuevas medidas que anunció, aunque no fue muy incisivo en este punto. "El Gobierno se propone culminar su proceso de reformas en la última parte de la Legislatura" fue la única frase que utilizó Zapatero para negar un adelanto electoral.

4. Rajoy, la obsesión con el adelanto electoral. Aunque ha tardado 18 de sus 30 primeros minutos en pedir las elecciones anticipadas, después ha reiterado hasta la saciedad su petición. Y pese a los ataques directos de Zapatero pidiéndole una alternativa concreta, Rajoy seguía la estrategia marcada de enumerar los motivos por los que la legislatura ya estaba agotada.

Calvario o agonía, han sido dos de los calificativos escogidos por el líder de la oposición para explicar la situación que vive, a su juicio, España al no convocar unas elecciones para ayuden a "recobrar la confianza perdida" para salir de la crisis.

Solo ha habido un pequeño paréntesis para referirse a Bildu. "Han vuelto la intimidación, la chulería y el desprecio a la ley en los ayuntamientos y diputaciones vascas", ha lamentado Rajoy.

5. Los mejores, Duran y Erkoreka. Tanto por el contenido como por el tono las intervenciones de los portavoces de CiU y el PNV han sido las más destacas.

Josep Antoni Duran i Lleida realizó una dura crítica a la gestión del Ejecutivo: "El país necesita un horizonte a medio plazo que este Gobierno ya no puede ofrecer" porque "han sido demasiados los errores, fallos y las negligencias".

Detalló un amplio abanico de medidas en el ámbito laboral, financiero y para la estabilidad de la administración como viene siendo una constante en sus intervenciones. Y tampoco se cortó con el PP: "Me preocupa que nuestro futuro en manos de un partido que admite pocos consensos".

Josu Erkoreka, del PNV, fue mucho más benigno en sus ataques a Zapatero. De hecho, en ocasiones las alabanzas entre ambos chocaban frente a la agresividad del resto de enfrentamientos. Eso sí trató de poner distancia con el PSOE, destacando que de los 40 decretos que ha aprobado el Parlamento, el PNV sólo ha apoyado 26. "No somos el principal apoyo del Gobierno", destacó.

Pero el valor del discurso de Erkoreka estuvo en el análisis de la situación económica y de incidir en la necesidad de "apostar por Europa" y por el euro. "Las opciones son dos: o seguimos la política de austeridad promovida desde Bruselas, o nos abrazamos al rescate", afirmaba tras destacar que sea Rubalcaba o Rajoy quien llegue a La Moncloa tendrá que seguir las directrices de la UE.


6. Los indignados muy presentes, gracias a toda la oposición salvo al PP

Rajoy ha sido el único que en este debate no ha hecho ninguna referencia al Movimiento 15M. Han sido el resto de grupos de la oposición los que han realizado una defensa de esta "indignación" ciudadana, aunque Zapatero ha pedido respeto para sus manifestantes aunque discrepe con algunas de sus propuestas.

Duran ha lanzado una reflexión que sobrevuela el Congreso desde el 15M: "La democracia parlamentaria es susceptible de mejora". "Debemos cambiar la ley de listas cerradas y repensar el funcionamiento del Congreso para ser menos rígido e incluir debates de urgencias", ha propuestos el portavoz de CiU.

Entre los grupos de izquierdas, ha destacado la defensa que ha realizado Gaspar Llamazares. "Usted tiene que responder ante los ciudadanos, no ante los mercados" le ha espetado el portavoz de IU.

Llamazares asegura que los ciudadanos "están muy preocupados por la salud democrática".

7. Los debates paralelos de los pasillos y en Twitter. Tras el cara a cara entre Zapatero y Rajoy ha habido una estampida en el hemiciclo. "No se vayan que ahora empieza lo bueno", decía Duran cuando subía a la tribuna después del enfrentamiento PSOE-PP. Era la hora de intentar hacer llegar a los medios los mensajes que los líderes no han sabido transmitir en la tribuna.

"Zapatero está muerto. Hoy ha quedado claro que el fin de la legislatura está más cerca", decía en un corrillo Esteban González Pons, mientras en otro Soraya Saénz de Santamaría explicaba que no hay nada nuevo bajo el sol con las propuestas de Zapatero.

Los socialistas que permanecían dentro apoyando a Zapatero, que tenía que continuar escuchando a Duran i Lleida tuiteaban alabando las virtudes parlamentarias de su líder. Es mejor en las réplicas que su rival, más ácido y eso se ha notado, aunque con un excesivo tinte agresivo.

8. Las frases de despedida. Zapatero ha abierto la caja de las truenos cuando, por sorpresa, una vez acabado su discurso ha improvisado unas palabras de despedida como si no fuera a volver a intervenir en el Congreso.

Visiblemente emocionado, sobre todo al bajarse de la tribuna, Zapatero ha recordado que ha participado en seis debates como presidente y tres como líder de la oposición para pedir "respeto primero a los ciudadanos, a esta Cámara, a todos los grupos y a sus señorías Este respeto es más profundo a mi país, a España, sobre la que expreso mi máxima confianza sobre el futuro".

Las palabras de Erkoreka han sido de las más emotivas: "Nos han unido acuerdos pera también desacuerdos. No soy quién para evaluar su acción de gobierno pero sí que puedo decir que es una persona accesible, llana y normal con sus convicciones y que se ha volcado al servicio público con un alto coste personal y familiar y esto hay que reconocérselo".

La despedida de Rajoy, preparada en su discurso inicial aunque dicha en una de las réplicas, ha sonado más a un finiquito al no mencionar su futuro político: "Mis mejores deseos para su futuro personal y familiar".

Llamazares ha cogido este guante y ha sido más irónico: "Le deseo lo mejor desde el punto de vista familiar y personal pero también político, porque no creo que se jubile".

Mostrar comentarios