Los servicios secretos toman medidas

El CNI investiga el daño de desvelar la identidad confidencial de su número tres

El CNI investiga el daño de desvelar la identidad confidencial de su número tres
El CNI investiga el daño de desvelar la identidad confidencial de su número tres
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El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se ha movilizado para conocer el daño que puede haber provocado haber revelado la identidad del número tres de los servicios secretos españoles, el jefe de Inteligencia. Los investigadores de la Casa están evaluando en estos momentos los contras del error cometido por el Gobierno en un documento oficial, un fallo que no tiene precedentes. El Ejecutivo ya ha asumido que se equivocó pero tardó más diez horas en eliminar la identidad del agente, un tiempo en el que numerosos curiosos, incluidos servicios de inteligencia extranjeros, pudieron acceder a esa información que era pública.

El CNI, explican fuentes cercanas al Centro a las que ha tenido acceso La Información, "investiga las consecuencias de todas las operaciones y decisiones", por pequeñas que puedan parecer. Nada se deja al albur en un servicio especializado tanto en inteligencia como en contrainteligencia y con intensas relaciones con sus 'colegas' del Mossad israelí, la CIA estadounidense o MI6 británico. En el caso de la revelación del nombre del número tres de la institución y primer agente 'secreto' en el escalafón, este trabajo se hace aún más prioritario.

Lo primero que se ha hecho es comprobar si el hecho ha sido un error o ha habido una intencionalidad. Tras la publicación de la noticia, el Gobierno actuó este mismo miércoles siguiendo los trámites oportunos. Moncloa se dirigió al Congreso de los Diputados y solicitó eliminar el nombre y apellidos del alto cargo del CNI.  El PP no puso pegas y la identidad desapareció a lo largo del día de la respuesta parlamentaria ofrecida por el Ejecutivo. Ahora solo se puede leer que a la reunión del Comité de Situación celebrada en Moncloa el pasado 16 de marzo asistió un integrante del CNI.

El nombre del alto cargo del CNI desapareció a primera hora de la tarde
El nombre del alto cargo del CNI desapareció a primera hora de la tarde

Fue a primera hora de la mañana, a las 8:35 horas en concreto, cuando el Gobierno hizo esta solicitud al Congreso. Es el momento que consta en el registro general de la Cámara Baja. Sin embargo, los servicios de la cámara, centrados este miércoles en el pleno y la sesión de control, no modificaron esa información hasta las primeras horas de la tarde. Más de diez horas a la vista de todo el mundo. 

"Exponer su nombre saca al alto cargo del anonimato", explica una fuente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad consultada. "Lo primero es conocer quién ha podido acceder a la información" y "qué consecuencias puede tener" para "operaciones en curso" y también para la propia "seguridad" del funcionario del Estado. "¿Hasta dónde va a llegar ese nombre y apellidos?" Alguna fuente no descarta que la filtración haya sido premeditada.

En este sentido la principal consecuencia puede ser el uso que de esa información confidencial pueda hacer un servicio de inteligencia considerado "hostil". "Podrían tener algo para tirar de ello", apuntan las fuentes consultadas. El error se hace aún más grave en el caso de que el afectado trate con fuentes de información totalmente anónimas que no conozcan su identidad y que ahora sí pueden saber quién es y a qué se dedica. Todas estas cuestiones serán dilucidadas por esta investigación interna en los servicios secretos. Alguna fuente prefiere no emplear el término "investigación" y prefiere hablar de un "procedimiento común".

Nunca antes en la corta historia del moderno CNI se había producido un error de esta calibre. Fuentes del entorno de la Casa solicitaron el pasado martes a La Información no hacer público el nombre de su número tres por razones de seguridad. Este diario, atendiendo a estas peticiones, declinó desvelar esta identidad, incluidas sus iniciales, para no perjudicar operaciones de Inteligencia en curso o futuras actuaciones de los servicios secretos en beneficio de los intereses nacionales.

Paz Esteban y Margarita Robles.
Paz Esteban y Margarita Robles en las instalaciones del CNI / Defensa

Fuentes del Gobierno atribuyen la difusión de la identidad de este alto cargo del CNI a "un error" por "copiar y pegar" la lista completa de asistentes. No repararon que el nombre y apellidos de los miembros del servicio secreto, desde el número tres hasta el último de los más de 3.500 agentes que trabajan o colaboran con los servicios de Inteligencia, no deben conocerse para garantizar su seguridad y la de las operaciones en marcha. De hecho, hay quien apunta que probablemente muy pocos en el centro conozcan la identidad real del afectado.

La identidad de los agentes del CNI que participan en reuniones con el Gobierno debe mantenerse en secreto en todo momento, indican fuentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es una norma básica. También en este tipo de preguntas y respuestas a nivel político. De hecho, el propio número tres de los servicios secretos ha acudido en más de una ocasión a Moncloa para encuentros puntuales con altos cargos del Gobierno y nunca se ha conocido esta situación. También se hacía durante la etapa del PP y hasta ahora solo se han dado a conocer la identidad de dos cargos: el del director secretario de Estado y el del secretario general.

Las mismas fuentes del entorno de los servicios de Inteligencia añaden que todas sus actuaciones se rigen por el Estatuto del personal del Centro Nacional de Inteligencia y que desvelar este nombre y apellidos podría llegar a constituir un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

El Gobierno procedió a la renovación de la cúpula de los servicios de Inteligencia el pasado mes de febrero, unas semanas antes del 'shock' de la Covid. Paz Esteban fue confirmada como la primera jefa de los servicios secretos y eligió como número dos a Arturo Relanzón Sánchez-Gabriel, designado también hace ahora algo más de tres meses secretario general. Ambas designaciones se realizaron a propuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y previa deliberación del consejo de ministros.

El PP, por su parte, que fue a quien iba dirigida la información del Gobierno ha decidido no polemizar con este error para no aumentar el daño causado al alto cargo del CNI afectado.

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