Una mayoría de los vehículos oficiales que utiliza el Gobierno son contaminantes y tienen una antiguedad de entre diez y veinte años. Pese a los intentos modernizadores de la flota de la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y de su predecesor, Cristóbal Montoro, los coches en los que se desplazan los ministros, la Jefatura del Estado o la cúpula judicial no cumplen actualmente los cánones medioambientales oportunos. Una buena parte de esos utilitarios blindados son diésel y fueron matriculados hace dos décadas.
El Parque Móvil del Estado ha dado a conocer el listado completo de vehículos oficiales a disposición a las altas autoridades del Estado. En él se ofrece, por primera vez, una completa radiografía de la situación de la flota al completo, incluida la fecha de matriculación de los vehículos y el precio de cada uno de ellos.
Las joyas de la corona del Parque Móvil pertenecen a Pedro Sánchez y a la Casa Real. Son el Audi A8 L W12 blindado que adquirió el Gobierno de Mariano Rajoy para los desplazamientos del presidente del Gobierno. Su precio fue de 498.042,04 euros. El Ministerio de Hacienda también tiene catalogado otro Audi A8L 6.0 Q AU blindado, adquirido en 2005 por 353.652,55 euros y un tercer Audi A8L matriculado en 2007 y que costó 395.532,07 euros. La Jefatura del Estado, por su parte, dispone de un Mercedes Benz S 600 blindado matriculado en julio de 2019 y que tuvo un valor de compra de 549.945 euros. Casa Real también dispone de otros cinco Mercedes S 600 y un S 500 blindados de diferente antiguedad.
En cuanto a los vehículos de los ministros, la mayoría, como decimos, son contaminantes y muy antiguos. En concreto, existe una flota de Peugeot V6 Pack Eban blindado que fueron adquiridos en 2001 a un precio de 102.275,43 euros y que son los que, habitualmente, se utilizan para los desplazamientos de los titulares de los ministerios. Otros altos cargos de la administración general del Estado también emplean estos vehículos que en diciembre cumplirán veinte años de antigüedad.
BMW, Volvo, Nissan, Saab, Ford, Citroen... Los coches contaminantes que aún siguen usando las altas instituciones del Estado deberían someterse en los próximos años a un proceso de actualización. El problema surgió en los años de la crisis económica debido a que el Ministerio de Hacienda no autorizó partidas especiales para renovar los vehículos oficiales. En concreto, entre los años 2009 y 2018 no se adquirió ningún coche, salvo un A6 Limousine en 2015 y el citado A8 L blindado para el presidente. Fueron una excepción.
En el año 2018 comenzó el proceso de actualización de la flota para ir convirtiendo estos vehículos en coches más ecológicos. De esta forma, en diciembre de ese año se compró un paquete de Ford Mondeo Hybrid automáticos por un valor unitario de 25.277 euros. O se pusieron en circulación los primeros Renault Zoe. O los primeros Toyota Pryus híbridos.
De hecho, en los últimos años el Parque Móvil ha renovado, a 31 de diciembre de 2020, un total de 724 vehículos de los que 265 son cien por cien eléctricos, 327 híbridos enchufables y el resto híbridos auto recargables. El objetivo este 2021 y durante los próximos años es seguir actualizndo la flota "en línea con los objetivos de la política de Transición Ecológica priorizada por el Gobierno", explica el propio organismo en su informa anual. El año pasado, de hecho, el Parque Móvil instaló en su sede de la madrileña calle de Cea Bermúdez 76 puntos de recarga para vehículos eléctricos.
A continuación se ofrece el informe completo del Parque Móvil. En las últimas páginas se puede consultar el inventario de vehículos a fecha 31 de diciembre de 2020, su fecha de matriculación y su coste:
Pese a los intentos de modernización la flota oficial de vehículos del Estado sigue teniendo una gran cantidad de motores diésel y también se siguen comprando algunos de ellos. Es el caso, por ejemplo, de la adquisición de cuatro furgonetas Mercedes Vito Tourer 114 CDI que se emplean, normalmente, para el traslado de personal. La compra se hizo en enero de 2020.
Durante el año pasado, y con motivo del confinamiento, los coches oficiales redujeron sensiblemente sus servicios y, por tanto, su kilometraje y consumo. En total recorrieron 3.771.581 kilómetros y consumieron 362.072 litros de carburante. Fue una media de 9,6 litros cada 100 kilómetros.
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